jueves, 23 de mayo de 2013

NUEVAS PINTURAS DE ZAMORA

SANTA LUCÍA Y SAN CIPRIANO

Hace unas semanas comencé a pintar una nueva serie basada en Zamora; esta vez en iglesias y templos de la ciudad del Duero y de su provincia. Hasta el momento he realizado tres cuadros con estos motivos: el primero, con la iglesia de Santa María de Tábara; el segundo, con el templo prerrománico de San Pedro de la Nave, y el tercero, con las iglesias de Santa Lucía y San Cipriano, de la capital, que es el que presento hoy.
 
 
 
 
Esta plaza mágica, con la presencia constante del templo de Santa Lucía con su espadaña y su nido de cigüeña, acompañados fielmente por la torre singular de la iglesia de San Cipriano, es un símbolo de mi adolescencia, una estampa insustituible en el desván de mis recuerdos. No en vano incluí en mi libro Zamora entre la ausencia y el reencuentro, publicado generosamente por el Instituto de Estudios Zamoranos "Florían de Ocampo" en 1995, el siguiente romance sobre la Plaza de Santa Lucía:
 
Zamora tiene una plaza
con palacio y con iglesia
en cuya espadaña anidan
desde siempre las cigüeñas.
Por ese cuadrado dulce
vino y fue mi adolescencia:
de ida hacia el instituto;
hacia mi casa de vuelta.
 
El Cordón de San Francisco,
relieve de oro en la piedra,
quedó para siempre atado
en mi mirada de fiesta.
Y sobre la alta espadaña,
fiel con pluma blanquinegra,
la cigüeña señalaba
la luz de la primavera.
¡Ay, si en la plaza del alma
tuviera yo una cigüeña
que me trajera el milagro
del sol de mi edad primera!

miércoles, 1 de mayo de 2013

CURSO DE LITERATURA CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA E HISPANOAMERICANA (3)


NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS
 
En la segunda década del siglo XX, coincidiendo con la producción literaria de los escritores de la Generación del 98 apareció un grupo de jóvenes autores que, sin renegar de los anteriores, empezaron a superar sus postulados ideológicos y estilísticos, sirviendo así de puente entre la Generación del 98 y la del 27. Ortega y Gasset  es su líder intelectual, y entre las características ideológicas y estilísticas del grupo sobresale en primer lugar su preocupación por España; mantienen contactos con la cultura europea, en especial, Eugenio D'Ors, Pérez de Ayala u Ortega, cuyas estancias en Alemania fueron frecuentes. Anteponen las ideas y los valores  a lo meramente individual y humano; la inteligencia a la sensibilidad (por algo el género más cultivado es el ensayo). Su formación es universitaria y diferencian claramente la vida y la realidad de la obra de arte, a la que otorgan un valor estético independiente. Así buscan una forma cuidada, creando un lenguaje rico y conceptual, con cultismos, metáforas...
También cultivaron otros géneros, como la poesía (caso de Juan Ramón Jiménez) o la novela, en la que destacan Ramón Pérez de Ayala o Gabriel Miró.
 
En esta época tienen presencia en España las vanguardias, en especial el Creacionismo, nacido en París y difundido por el poeta chileno Vicente Huidobro, el cual propugna la capacidad creadora de las imágenes y convierte cada poema en un mundo creado y perfecto; el Ultraísmo, que, cultivado por el español Guillermo de Torre, intenta captar la realidad con aisladas percepciones e imágenes irracionales; y el Surrealismo, que había dado a conocer también en París André Breton y basa sus postulados en la libertad de imaginación y en la asociación irracional de ideas, buscando ante todo la expresión del mundo de las emociones y de los sueños.
Estos movimientos vanguardistas aparecen en la obra de Ramón Gómez de la Serna y de la mayoría de los poetas del 27.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Juan Ramón Jiménez (1881-1958) nació en Moguer (Huelva) y estudió bachillerato con los jesuitas del Puerto de Santa María. Luego Derecho en Sevilla. Se trasladó a Madrid, pero al morir su padre regresó a Moguer y padeció una profunda depresión. Viajó por Europa y a su vuelta ingresó en un sanatorio de Madrid. Tras una nueva estancia en Moguer, regresó a la Corte, donde vivió en Residencia de Estudiantes. Marchó a Estados Unidos donde se casó con Zenobia Camprubí, su más fiel colaboradora. Luego vivió en Madrid hasta el estallido de la Guerra Civil, en que abandonó definitivamente España para vivir en Cuba, Estados Unidos y Puerto Rico. Aquí recibió la noticia de que había obtenido el Premio Nobel, sufrió la muerte de su esposa y finalmente murió. Hoy sus restos yacen en Moguer.
Escribió ensayo con rasgos líricos (La colina de los chopos) y destacó especialmente en la poesía, obra que puede dividirse en varias etapas: la primera, sencilla y sentimental, abarca aproximadamente hasta 1915 y posee ecos de Bécquer, Rubén Darío, y otros, y en la que destacan títulos como Arias tristes, o Pastorales.
En 1914 escribió Platero y yo, un conjunto de poemas en prosa cuyo protagonista en un burrito suyo que le sirvió de confidente para hablar de las cosas pequeñas de la vida que contienen una belleza sin igual. La segunda etapa se inicia con Diario de un poeta recién casado y se despoja de adornos modernistas, pasando a ser una poesía más personal y desnuda, entre cuyos poemarios sobresale el titulado Eternidades. En la última etapa, donde la desnudez y la pureza son casi absolutas, el poeta expresa su plenitud espiritual y estética en libros como Animal de fondo o  Dios deseado y deseante.
Él mismo dejó descrita en 1917 su evolución poética hasta ese momento, como puede leerse en el poema siguiente:
 "Vino, primero, pura,
vestida de inocencia,
y la amé como a un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a se una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y  sinsentido!
Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Y se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica
y apareció desnuda toda...
¡Oh, pasión de mi vieja poesía,
desnuda para siempre!"
 (Eternidades)

 
 
 
 
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962) nació en Oviedo. Acabó el bachillerato con los jesuitas en Gijón. Estudió Derecho en la capital de Asturias. Viajó por Europa y América. Ingresó en la Real Academia de la Lengua y perteneció con Ortega y  Marañón a  la Agrupación de intelectuales al servicio de la República. Fue nombrado embajador en Londres hasta 1936. Unos años más tarde  marchó a  la Argentina.  Finalmente, en 1954 regresó a Madrid, donde vivió hasta su muerte.
 
Escribió libros de poesía como La paz del sendero, en el que se aprecian influencias modernistas y de ensayo, como los dos volúmenes dedicados a crítica teatral, Las máscaras, donde entre otras cosas defiende el teatro de Galdós o Arniches y ataca el teatro poético o el de Benavente. Pero su éxito lo obtuvo con la novela, género que podemos dividir en tres etapas: una tradicional y autobiográfica, en la que destaca Troteras y danzaderas, sobre el Madrid bohemio de entonces; otra de transición y de tonos poemáticos, en la que sobresale La caída de los Limones, mezcla de lirismo y crítica social; y  la tercera, más lograda y de tono claramente intelectual con temática referida al lenguaje, la educación sexual o el honor, entre otros; Tigre Juan es un excelente ejemplo de esta etapa y para muchos una de sus mejores novelas.

 
 
 
Gabriel Miró (1879-1930) nació en Alicante. De niño estudió en un internado de los jesuitas en Orihuela. Estudió Derecho en Valencia y Granada. Opositó sin éxito a judicatura y trabajó de funcionario en Alicante y Barcelona. Después lo hizo en el Ministerio de Trabajo y en el de Instrucción Pública en Madrid.  Fue candidato a la Real Academia de la Lengua. Finalmente, murió prematuramente en Madrid.
 
Con un estilo lento, impresionista, cultivó preferentemente la narrativa, en la que destacan tanto sus  novelas cortas, como Nómada, con la que obtuvo el premio de El Cuento Semanal, como las extensas, entre las que destacan Las cerezas del cementerio, que cuenta el trágico amor de Félix Valdivia con una mujer mayor en un ambiente de erotismo y voluptuosidad que sólo puede acabar en enfermedad y muerte. Nuestro padre San Daniel está ambientada en la ciudad de Oleza (Orihuela), envuelta en un sopor de misticismo y sensualidad y cuyos habitantes aparecen reprimidos por la intolerancia y la religión más reaccionaria. También escribió las Figuras de la Pasión del Señor, que es un conjunto de estampas bíblicas más que una novela, en las que destacan al lado de las figuras elegidas, descritas con patetismo propio de los imagineros castellanos, la descripción topográfica de los paisajes levantinos.

 
       
 
Lecturas y actividades
 
       1. Lee los dos siguientes poemas de Juan Ramón Jiménez y contesta las preguntas:


 
1
" Ya están ahí las carretas...
--Lo han dicho el pinar y el viento,
lo ha dicho la luna de oro,
lo han dicho el humo y el eco--.
Son las carretas que pasan                       5
estas tardes, al sol puesto,
las carretas que se llevan
del monte los troncos muertos.
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!                      10
Los bueyes vienen soñando,
a la luz de los luceros,
en el establo caliente
que sabe a madre y a heno.
Y detrás de las carretas,                          15
caminan los carreteros,
con la aijada sobre el hombro
y los ojos en el cielo.
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!                     20
En la paz del campo, van
dejando los troncos muertos
un olor fresco y honrado
a corazón descubierto.
                        Y cae el ángelus desde                          25
la torre del pueblo viejo
sobre los campos talados
que huelen a cementerio.
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!"                   30
 
 (Pastorales)
 
2.
"¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.             5
Que por mí vayan todos
los que no las conocen a las cosas;
que por mi vayan todos
los que ya las olvidan a las cosas;
que por mí vayan todos                           10
los mismos que las aman a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!
 
(Eternidades)
 


 
a) Cuenta brevemente el contenido del primer texto y escribe un título que le vaya bien. Razona tu respuesta.
b) Di qué clases de versos son los presentes y qué tipo de estrofa forman. ¿Existe algún tipo de estribillo? Indica los casos de encabalgamiento y escribe el esquema métrico de la composición.
c) ¿Qué significan las palabras siguientes: heno, establo, aijada, ángelus? Luego construye un campo semántico con el vocabulario perteneciente a las labores campesinas.
d) Localiza los casos de paralelismo y personificación en los cuatro primeros versos.
e) Explica la metáfora de "la luna de oro".
f) Comenta la adjetivación empleada en el primer poema.
g) Haz un estudio de las formas verbales empleadas en el poema y explica por qué crees que el poeta las ha escogido.
h) Transforma el contenido de estos versos en un relato en prosa en el que tú seas narrador testigo.
i) Enuncia la idea central del segundo poema.
j) Localiza el caso de paralelismo presente en el poema y explícalo razonadamente.
k) Explica la semejanza y la diferencia de sentido y forma que existe entre los dos primeros versos y los tres últimos.
l)¿Qué forma verbal se emplea en el segundo poema? ¿Qué relación guarda con la idea central del mismo? Razona tu respuesta.

 


 
 
TEXTO COMENTADO Fragmento de Platero y yo, de J. R. Jiménez.
 
"Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo...
--Pero, hombre, ¿qué te pasa?
Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino.
Con una solicitud mayor, sin duda, que la del viejo Darbón, su médico, le he doblado la mano
y le he mirado la ranilla roja. Una púa larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa y me lo he llevado al pobre al arroyo de los lirios amarillos, para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura, la heridilla.
Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda."
 
SITUACIÓN
Dentro de la obra poética de Juan Ramón destaca el librito en prosa Platero y yo por su tono lírico, tan alto como el que se halla en su verso. En realidad, el libro es un conjunto de poemas en prosa donde el poeta muestra su ternura franciscana hacia los animales, y en especial hacia su asnillo Platero. El texto presente es un ejemplo palpable de esa ternura.
 
CONTENIDO
A Platero se le ha clavado en la parte más blanda del casco una púa de naranjo y empieza a cojear por el dolor. El poeta se interesa por el animalillo y, tras descubrir la causa de su cojera, le extrae la púa. Luego le lleva al arroyo para que el agua lave la herida. Finalmente, continúan el camino hacia el mar mientras el burrito le cabecea en la espalda en señal de gratitud.
 
ANÁLISIS
El narrador testigo cuenta la anécdota del texto, unas veces en tercera persona y otras en primera y en pretérito perfecto compuesto, como si acabara de pasar, lo que le ha ocurrido a Platero y lo que hace él (ha comenzado a cojear, me he echado al suelo, ha dejado, le he doblado, he tirado, hemos seguido...). La estrecha relación que hay entre el poeta y el animal queda determinada, no sólo por lo indicado, sino también por el diálogo que entabla Juan Ramón con Platero (las palabras no pueden ser más entrañables y cercanas: "Pero, hombre, ¿qué te pasa?") o la expresión inequívoca "estremecido del dolor de Platero...". En cuanto a los recursos expresivos empleados en el texto, son muy abundantes. El asíndeton del tercer párrafo y la anáfora de la proposición "sin" introduciendo complementos circunstanciales de modo o la aliteración "sin tocar casi con el casco..." (mostrando el dolor de Platero). Léxico preciso (dehesa, ranilla, casco...). Metáforas ("puñalillo de esmeralda= la púa de naranjo), comparaciones ("...como un redondo puñalillo...). Epítetos (ardiente, roja, verde, redondo, amarillos, corriente, larga, pura, suaves...). Diminutillos apreciativos (puñalillo, heridilla). Personificaciones ("para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura"). Etcétera.
 
 
CONCLUSIÓN
A una anécdota entrañable como la que cuenta el texto, le corresponde el lenguaje y la expresión que ha elegido el poeta para vestirla. El tono lírico empleado no deja lugar a dudas y así ha quedado explicado en el análisis.

 


 

José Ortega y Gasset (1883-1955)  nació en Madrid en una familia de intelectuales. Se doctoró en Filosofía y amplió sus conocimientos en Alemania. Fue catedrático de Metafísica en la Universidad de Madrid. Colaboró con la República, pero desilusionado con sus postulados, se exilió en 1936 y viajó por Francia, Holanda, Argentina... De vuelta a Madrid fundó el Instituto de Humanidades y se dedicó a dar conferencias por medio mundo hasta su muerte.

 

Ensayista y filósofo de primera línea, su obra es extensísima y abarca una temática muy amplia que va desde la filosofía a la crítica y teoría del arte, pasando por la política o la literatura. En Meditaciones del Quijote explica el sentido del quijotismo español con postulados opuestos a los de Unamuno. España invertebrada es una reflexión sobre la esencia de nuestro país como colectividad nacional. En La rebelión de las masas, continuación del anterior y para muchos su obra más lograda, interpreta la historia analizando sus modos de gobierno, entre los que prefiere el de las minorías selectas. En El tema de nuestro tiempo resume todo su sistema filosófico (la realidad básica del hombre es la razón vital : "yo soy yo y mis circunstancias").

El estilo de Ortega se acerca más a la literatura que a la filosofía  y no desdeña el lenguaje adornado con metáforas inteligentes y adjetivación matizada.


 

 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) nació en Madrid en una familia acomodada. Estudió Derecho pero se dedicó de lleno a la Literatura. En Madrid dirigió la tertulia Pombo, entregada, entre otras cosas, a difundir los movimientos vanguardistas En 1936 se exilió a Buenos Aires, donde vivió hasta su muerte.

 Su extensa obra abarca casi todos los géneros: teatro (Los medios seres), biografía (Retratos completos, entre otros, de Baroja, Unamuno, Chagall, Picasso... ), ensayo, novela (El torero Caracho) y, sobre todo, Greguerías, género al que definió como una suma de humor más metáfora, si bien no todas sus greguerías responden a esta fórmula. He aquí algunas muestras: "Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia". "El agua se suelta el pelo en las cascadas". "El obelisco es la palmatoria de los siglos". "La lava parece un cocodrilo que avanza". "Las espigas son langostinos vegetales". "El rayo es un sacacorchos  encolerizado"."El más pequeño ferrocarril del mundo es la oruga". En realidad, muchos de sus escritos son pretextos para encadenar greguerías.