miércoles, 30 de noviembre de 2011

Breve diccionario senequista

Continuamos con el Diccionario senequista; hoy con las letras E, F y G

E

Edad
La edad se descubre más cuando se disimula con arte.

Enemigo
El peor enemigo es el traidor.
Más difícil es vencernos a nosotros mismos que a
nuestros enemigos.
Presume de tu amigo que puede ser en algún tiempo tu
enemigo.
Más daño hace el enemigo al que huye.
Enfermedad
La enfermedad que sobreviene al convaleciente es más
peligrosa.

Enfermo
No puede el médico curar bien sin tener presente al
enfermo.
No quiere el enfermo médico elocuente, sino que le
sane.
Envidioso
Igual es el número de los envidiosos que el de los
aduladores.
Error
No consienten que le reprendan el que no reconoce
haber errado.
Yerra el que por odio del malo pone su inocencia en
peligro.
Esclavitud
No hay esclavitud más vergonzosa que la voluntaria.
Pero se sufre el menosprecio que la esclavitud.
Esfuerzo
Tanto más crece el esfuerzo, cuanto más consideramos
la grandeza de lo emprendido.
Esperanza
Siempre el esperar, aunque sea el bien, da cuidado.
Quien no tiene que esperar, de nada debe desesperarse.
Las esperanzas se encadenan.
Esperanza es nombre de un bien dudoso.
Estudio
Los estudios, aunque no tengan efecto, son dignos de
alabanza.
Procura en tus estudios no saber más que los otros,
sino saberlo mejor.
Experiencia
A los que poca experiencia tienen, mucho les
acrecienta su mal pensar que no tienen semejante.
Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa.
El que más experiencia tiene, teme más los peligros.





F

Fama
Bueno es tener fama, pero más seguro es tener dinero.
Felicidad
Necesarios son nuevos favores de la fortuna para
conservar la felicidad.
La felicidad no mira de dónde nace, sino adónde puede
llegar.
Se puede llamar felicidad aquella que se mide con
nuestros deseos.
No hay felicidad tan perfecta que carezca de todo
sinsabor.
No hay felicidad que mucho dure.
La felicidad de nuestra vida no consiste en vivir,
sino en vivir bien.
Sirven de impedimento para la felicidad las muchas
ocupaciones.
La felicidad no tiene cosa semejante a lo que muestra.
Felicidad es no necesitar de ella.
Feliz
Feliz quien desprecia la fortuna.
Firmeza
Prueba de buen espíritu es tener firmeza.
Flaqueza
Flaqueza es temer lo que nunca experimentamos.
Fortuna
Para mayores desgracias guarda la fortuna a quien
favorece.
La fortuna teme a los valientes y avasalla a los
cobardes.
La fortuna puede robarnos la hacienda, pero no el
valor.
No puede la fortuna quitar lo que no dio.
No se contenta la fortuna de hacer un solo daño.
La fortuna no tiene poder sobre el tiempo que pasa.
La fortuna no tiene poder en nuestras costumbres.
Si a las lágrimas no vence la razón, la fortuna las
aumenta.
Nunca te rindas a la fortuna.
Más seguro está contra la fortuna aquel a quien
después de la fortuna le queda alguna cosa.
De ninguna fortuna debemos fiarnos salvo de la buena.
No se debe menospreciar la fortuna de alguien cuando
el que la menosprecia puede descender a ella.
Frugalidad
La frugalidad es una pobreza voluntaria.
Futuro
Mejor es precaver lo venidero que disputar sobre lo
pasado.





G

Gloria
El que sin peligro vence no consigue la gloria
Gozar
Cada uno sufre o goza según sus obras.
Grandeza
El que siempre busca grandezas, alguna vez las
encuentra.
Guerra
No hace solamente la guerra el que se halla en el
campo de batalla.
El buen capitán no ha de confiar tanto en la paz, que
no se prepara para la guerra.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Comentar textos literarios

Concluimos hoy las entradas de Textos literarios comentados con los
siguientes:

Ejemplo 6
Poema de Cántico.
Jorge Guillén.

"Dije: ¡todo ya pleno!
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
sonaron con amor.
Los verdes eran grises, 5
el amor era sol.
Entonces, mediodía,
un pájaro sumió
su cantar en el viento
con tal adoración 10
que se sintió cantada
bajo el viento la flor
crecida entre las mieses,
más altas. Era yo,
centro en aquel instante 15
de tanto alrededor,
quien lo veía todo
completo para un dios.
Dije: todo completo.
¡Las doce en el reloj!" 20

SITUACIÓN
Dentro del Grupo del 27, la producción de Jorge Guillén es la
que representa la tendencia pura de la poesía. La concisión es esencial. Con las
menos palabras posibles se expresa el máximo de contenido. Cántico, título que
abarca la mayor parte del quehacer poético de Guillén (la otra se denomina
Clamor), alude al tono festivo, de júbilo y exaltación que adopta el poeta para
cantar al mundo, que "está bien hecho", con palabras suyas. El poema presente se
ajusta a esos postulados.

CONTENIDO
El poeta se encuentra en el centro del universo, viéndolo
todo, completo y hermoso, como si fuera un dios. Es la hora perfecta: las doce
del mediodía. Todos los elementos giran en torno suyo cantando al simple vivir,
jubilosos y enamorados. El amor lo domina todo: las hojas del álamo, los verdes,
el sol, el pájaro, el viento, la flor...Hay en el texto tres partes: dos
simétricas, el principio (primer verso) y el final (los dos últimos), que
insisten en la perfección de todo lo que rodea al poeta, y la más amplia, la
central (versos 2-18), que enumera los elementos naturales y telúricos inmersos
en su cántico de amor.

ANÁLISIS.
La estructura externa del poema está formada por veinte
versos heptasílabos que riman asonantemente en los pares (ó aguda) formando un
romancillo; así que su esquema estrófico es 7- 7a 7- 7a 7- 7a 7- 7a 7- 7a 7- 7a
7- 7a 7- 7a 7- 7º 7- 7a. El encabalgamiento más amplio se da en los versos 8 al
14; los demás se hallan en los versos 3-4, 15-16, 17-18. Relacionada con la
estructura interna del poema está la simetría del principio y el fin que forman
una especie de estribillo, con alguna variante: "Dije: ¡todo ya pleno!" (primer
verso), "Dije: todo completo." (verso 19). Simetría que se remata en el último
verso: "¡Las doce en el reloj!" (hora del mediodía que causa el efecto
entusiasta y amoroso retratado por el poeta en el resto de los versos). Respecto
de los recursos expresivos de que se vale el poeta para intensificar el canto de
todos esos elementos, destacan en primer lugar las personificaciones ("las hojas
plateadas sonaron con amor", "el pájaro sumió su cantar en el viento con tal
adoración", "se sintió cantada bajo el viento la flor"). Es de notar la
metáfora, por su significación, "el amor era sol". Y los nombres del poema,
todos referidos a elementos naturales, plantas, pájaros. Y las repeticiones (la
más significativa, la de "todo". Y las elipsis ("todo completo" "las doce en el
reloj" "todo ya pleno"). Y las exclamaciones (expresión de la emoción de alegría
del poeta). Y el empleo del estilo directo para expresar lo que siente y el
indirecto para hablar de él como centro de tanta dicha.

CONCLUSIÓN
Modelo de poesía pura, el texto cuenta y canta con las
palabras justas la emoción inmensa que siente el poeta al sentirse centro de la
belleza, júbilo y amor del universo, en consonancia con los temas de su
principal libro Cántico.

Ejemplo 7
Poema de Lo eterno.
Blas de Otero

"Sólo el hombre está solo. Es que se sabe
vivo y mortal. Es que se sabe huir
--ese río del tiempo hacia la muerte--.
Es que quiere quedar. Seguir siendo,
subir, a contra muerte, hasta lo eterno. 5
Le da miedo mirar. Cierra los ojos
para dormir el sueño de los vivos.
Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata." 10

SITUACIÓN
En la lírica de la posguerra Blas de Otero representa la
tendencia desarraigada, opuesta a la conformista; al lado de los temas
religiosos y profundamente humanos aparecen los sociales y políticos; de ahí que
sirva de referencia a posteriores generaciones de poetas, desde la de Claudio
Rodríguez y Ángel González hasta la de los últimos nombres. En cuanto al poema
que comentamos, se encuentra al principio de Ángel fieramente humano, libro que
con Redoble de conciencia forman el núcleo esencial de la primera época del
autor. Después vendrían otros, como Pido la paz y la palabra, En castellano, Que
trata de España... Al poeta más que la poesía en sí, le interesa la vida y por
eso sus versos, vitales, expresan la vida y al hombre y están escritos para
despertar la conciencia humana y hacer creer en el hombre, en la paz y en la
patria.

CONTENIDO
El poema recoge lo que de eterno hay en el hombre, pese a que
sabe que está solo y que su vida es un paso hacia la muerte. Ese deseo de
eternidad es una vacuna contra la muerte; quiere quedarse, seguir siendo el
hombre que es y existiendo en medio de la vida. Vemos en esta inquietud
existencial de Otero, la misma inquietud vital de otro bilbaíno, del
noventayochista Unamuno, su mentor en muchas ocasiones. Le da miedo mirar
alrededor porque todo le recuerda que es mortal, tiempo en manos del tiempo. Por
eso cierra los ojos para seguir soñando el sueño de los vivos, que es no querer
morir nunca. Pero eso sólo es una mentira piadosa que se cuenta a sí mismo.
Porque sabe que la muerte tarde o temprano le hará suyo. El hombre está solo, es
vivo y mortal: esas son las tres notas que caracterizan la esencia humana.
ANÁLISIS
Son diez versos endecasílabos blancos (el cuarto tiene diez
sílabas). El primer verso anuncia la verdad existencial del hombre, su soledad.
El juego de esos dos "solo" (epanadiplosis), uno con acento (solamente) y otro
sin él (único, solitario) la confirma. La inquietud insistente del hombre solo,
vivo y mortal y su deseo de vivir siempre se intensifica con la anáfora o
repetición de la expresión "Es que..." en los versos 1, 2 (también paralelismo:
"Es que se sabe...") y 4. La clásica metáfora del río hacia la muerte (verso 3)
resume su situación vital. Por otro lado, el deseo de permanencia y, por tanto
llegar a ser eterno, queda perfectamente reflejado por la perífrasis durativa
del verso 4 y las construcciones de infinitivo que la acompañan. Intensificado
por el juego de la frase hecha, "a contra corriente", aquí transformada por "a
contra muerte". Los versos 6 y 7 insisten en la idea del sueño de los vivos,
creerse eternos. Pero los tres versos últimos, ejemplo perfecto de paralelismo,
se encargan de recordarle insistentemente que la muerte está dentro de cada uno
de nosotros y que gradualmente nos ve, nos vigila y, finalmente, nos mata.

CONCLUSIÓN
El tema de la mortalidad del hombre, asunto que siempre ha
inquietado a los grandes poetas de todos los tiempos, Otero lo trata en esta
lacónica pero sentenciosa composición poética con la forma y expresión que él
mejor domina: el empleo del endecasílabo, repeticiones, contrastes, juegos de
palabras y, en especial, la metáfora aprendida en Manrique: "nuestras vidas son
los ríos / que van a dar en la mar/, que es el morir", y que él, magistralmente
resume en el verso "ese río del tiempo hacia la muerte."

Ejemplo 8
Poema de Sepulcro en Tarquinia.
Antonio Colinas

"Escuchadme, Señor, tengo los miembros tristes.
Con la Revolución Francesa van muriendo
mis escasos amigos. Miradme, he recorrido
los países del mundo, las cárceles del mundo,
los lechos, los jardines, los mares, los conventos, 5
y he visto que no aceptan mi buena voluntad.
Fui abad entre los muros de Roma y era hermoso
ser soldado en las noches ardientes de Corfú.
A veces he sonado un poco el violín
y vos sabéis, Señor, cómo trema Venecia 10
con la música y arden las islas y las cúpulas.
Escuchadme, Señor, de Madrid a Moscú
he viajado en vano, me persiguen los lobos
del Santo Oficio, llevo un huracán de lenguas
detrás de mí, de lenguas venenosas. 15
Y yo sólo deseo salvar mi claridad,
sonreír a la luz de cada nuevo día,
mostrar mi firme horror a todo lo que muere.
Señor, aquí me quedo en vuestra biblioteca,
traduzco a Homero, escribo de mis días de entonces, 20
sueño con los serrallos azules de Estambul."
SITUACIÓN
Antonio Colinas (La Bañeza, León,1946) es un poeta
perteneciente a las últimas generaciones de la lírica española. Sepulcro en
Tarquinia, libro a que pertenece el poema, posee un lenguaje brillante que busca
la belleza clásica y modernista y no desdeña las referencias culturalistas
aunque vayan acompañadas de elementos sentimentales e intimistas.
CONTENIDOGiacomo Casanovas se dirige al Conde de Waldstein para aceptar el cargo
de bibliotecario que le había ofrecido en Bohemia. De paso le cuenta los
avatares de su vida, los viajes que ha tenido que realizar, unos por placer y
otros obligado por su proceder y las actividades religiosas, militares que ha
llevado a cabo. Ahora sólo desea la tranquilidad, que espera encontrar en la
biblioteca traduciendo a Homero, escribiendo sus memorias o soñando con placeres
pasados.
ANÁLISISLa estructura externa está formada por 21 versos alejandrinos
libres, sin rima (algunos, como el 9 hay que leerlo así: "a veces el sonado / un
poco el vïolín (con cesura entre "sonado" y "un" y diéresis en vï-o-lin; o como
el 14, cesura entre "llevo" y "huracán").El yo del poeta se dirige a un tú
mayestático presente en el texto por el vocativo "Señor" (hasta cuatro veces),
las formas verbales en imperativo (segunda persona del plural, como conviene el
trato: escuchadme, miradme permitidme...) y otras formas pronominales, verbales
y determinantes ( vos, sabéis, vuestra biblioteca...). El resto habla de sí
mismo en primera persona, unas veces en presente actual (tengo, llevo, deseo, me
quedo, traduzco, escribo, sueño..), otras, en pretérito perfecto compuesto de
acciones pasadas en un tiempo reciente (he recorrido, he visto, he sonado, he
viajado...)y alguna en pretérito perfecto simple de acciones acabadas en el
tiempo (fui), y todas para narrar la vida que ha llevado hasta el momento
presente en que se halla en la biblioteca del receptor de las palabras. Además
de ser, pues, un poema básicamente narrativo, posee recursos estilísticos de
gran belleza, junto con referencias culturalistas, tan propias de este tipo de
poesía tan cercano a la de los Novísimos: Revolución Francesa, Venecia, Madrid,
Moscú, el Santo Oficio, Homero, serrallos de Estambul... Entre los recursos
expresivos más importantes destacan los siguientes: asíndetos, polisíndetos,
personificaciones (cómo trema Venecia), metáforas (salvar mi claridad)...
CONCLUSIÓN
Se trata, pues de un poema de brillante lenguaje (con múltiples
referencias culturalistas y versos alejandrinos, propios de la poesía última, en
la que destaca no tanto la intimidad del poeta como las impresiones lujosas y
exóticas recibidas de sus múltiples viajes y lecturas.
AHORA TE TOCA A TI
COMENTAR UN TEXTO.
Ya has visto cómo se hace. De todos modos, quiero guiarte
mientras lo vas realizando. Antes debes leer con atención y detenimiento el
poema:
Adolescencia
Juan Ramón Jiménez
“En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día éramos novios.
--El paisaje soñoliento 5
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño--.
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena los ojos 10
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
--Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún 15
un perfume de heliotropos--.
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios...
y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos." 20
SITUACIÓN
a)Sitúa este poema en la trayectoria de la obra de
Juan ramón Jiménez y la obra de éste en su movimiento correspondiente. razona tu
respuesta.
CONTENIDO
b) Resume el contenido del poema.
c)¿Qué elementos naturales
son objeto de la atención del yo poético? ¿Por qué crees que el poeta los
utiliza?
d) Confecciona un campo semántico relacionado con la estación del año
que figura en el poema.
ANÁLISIS
e) ¿Qué clases de versos emplea Juan Ramón
Jiménez en este poema? ¿Qué estrofa forma? Escribe su esquema métrico.
f) Diferencia las dos partes del poema; la descriptiva y externa a los personajes;
y la referida al diálogo y la escena que mantienen ellos. ¿Cómo los separa el
poeta?
g) Comenta el hipérbato y el encabalgamiento presentes en los primeros
cuatro versos.
h) Localiza la personificación de los versos 5 a 9 y explícala.
i) En el poema se emplea el estilo indirecto en dos ocasiones. Explica ambas y
transfórmalas en estilo directo.
j) Explica la comparación que existe en los
versos 9 a 12.
k) Comenta los elementos sensoriales presentes en el poema. ¿De
qué movimiento literario son propios? Razona la respuesta.
CONCLUSIÓN
l) ¿Qué opinión te merece la forma elegida por el poeta para expresar el contenido de
los versos?
m) Redacta un comentario que englobe los aspectos
analizados.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Comentar textos literarios


Seguimos con el Comentarios de textos literarios
Ejemplo 2
Poema.
Antonio Machado
"¿Por qué, decidme, hacia los altos llanos
huye mi corazón de esta ribera,
y en tierra labradora y marinera
suspiro por los yermos castellanos?
Nadie elige su amor. Llevóme un día 5
mi destino a los grises calvijares
donde ahuyenta al caer la nieve fría
las sombras de los muertos encinares.
De aquel trozo de España, alto y roquero,
hoy traigo a ti, Guadalquivir florido, 10
una mata del áspero romero.
Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero...
¡El muro blanco y el ciprés erguido!"
SITUACIÓN
Antonio Machado es el poeta por excelencia de la Generación del 98 aunque empezó siguiendo los dictados del Modernismo en Soledades. Pero es en Campos de Castilla donde incorpora los tres grandes temas de aquélla: la preocupación histórica, el paisaje y el amor. En el poema que nos ocupa aparecen dos de ellos: el paisaje (aquí referido a los dos que el poeta frecuentó: el de su tierra natal, Andalucía, y el de Soria, donde se enamoró y fue feliz hasta la muerte de su esposa Leonor). Pertenece al apartado de Sonetos que tituló el poeta Los sueños dialogados (concretamente es el II).
CONTENIDO
El poeta se pregunta por qué, estando en su tierra natal, sigue añorando la meseta castellana. Y se contesta que el destino humano, siempre misterioso, un día lo llevó hasta allí para enamorarse y sentir el amor como nunca lo había sentido. Por eso, a su Guadalquivir florido le trae de aquellas tierras sorianas una mata de romero, y acaba confesando que su corazón sigue allí, junto al Duero, donde conoció a su mujer Leonor y donde hoy yace en su cementerio. El contenido puede distribuirse en tantas partes como estrofas tiene el poema: 1ª, el poeta añora en su tierra natal los yermos castellanos; 2ª, el destino le llevó un día a enamorarse allí; 3ª, el poeta trae al Guadalquivir florido una mata de romero soriano; 4ª, su corazón se encuentra donde conoció el amor y lo perdió.
ANÁLISIS
El poema, compuesto de 14 versos endecasílabos, es un soneto poco común, pues en vez de dos cuartetos tiene uno solo (la segunda estrofa de cuatro versos es en realidad un serventesio); así que su esquema métrico es 11A 11B 11B 11A; 11C 11D 11C 11D; 11E 11F 11E; 11F 11E 11F. Los encabalgamientos no abundan tanto como en otros poemas de Machado, excepción hecha en las dos primeras estrofas, en especial, el serventesio, que forma todo él un encabalgamiento. Veamos ahora los recursos expresivos más destacables. La primera estrofa forma una interrogación retórica (en realidad, afirma que su corazón huye de su tierra natal, labradora y marinera, a la desnuda meseta castellana). Notemos de paso el verbo que emplea, "huye", que intensifica su nostalgia y que constituye una personificación ("huye mi corazón"). La segunda estrofa comienza con la oración "Nadie elige su amor", (amor aquí es metáfora de destino, que aparece a continuación). Adviértanse las perífrasis que emplea el poeta para aludir a los dos paisajes queridos a lo largo del soneto (Andalucía: esta ribera, tierra labradora y marinera; Soria: altos llanos, yermos castellanos, grises calvijares, nieve fría, encinares, aquel trozo de España alto y roquero, áspero romero...); sólo en los tercetos nos encontramos con los nombres de los dos ríos representativos de ambos paisajes: el Guadalquivir y el Duero. Notemos también el léxico propio de Machado: altos llanos, mi corazón, tierra labradora, grises calvijares, nieve fría, sombras, muertos encinares, romero (nombres y adjetivos de signo negativo los que se refieren al paisaje castellano ( añadamos aquí el sintagma "áspero romero"). Por último, señalemos la aseveración del segundo terceto :"Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor, cerca del Duero" (de ahí que haya huido de su tierra natal, como nos decía en el primer cuarteto), afirmación resuelta en ese prodigio de asíndeton de los versos 12 y 13. Finalmente, los puntos suspensivos del verso 13 preparan la emoción y el sentimiento expresados en el último verso, "¡El muro blanco y el ciprés erguido!", sentida metáfora que alude al cementerio donde yace su joven esposa Leonor.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un soneto donde expresa Machado su amor por las tierras sorianas donde, ya mayor, nació al amor y a la vida al conocer a la mujer que sería su esposa en una tierra y un paisaje, el de la meseta regada por el Duero, que siempre estaría presente en su poesía, pese a que allí también sufriera la terrible desaparición de su mujer. El amor y el paisaje, dos temas del 98, aparecen, pues en el poema que acabamos de analizar.
Ejemplo 3
Fragmento de La dama del alba.
Alejandro Casona
"PEREGRINA.- (Con profunda emoción de queja.) Entonces, ¿por qué me condenas sin conocerme bien? ¿Por qué no haces un pequeño esfuerzo para comprenderme? (Soñadora.) También yo quisiera adornarme de rosas como las campesinas, vivir entre niños felices y tener un hombre hermoso a quien amar. Pero cuando voy a cortar las rosas todo el jardín se me hiela. Cuando los niños juegan conmigo tengo que volver la cabeza por miedo a que se me queden fríos al tocarlos. Y en cuanto a los hombres, ¿de qué me sirve que los más hermosos me busquen a caballo, si al besarlos siento que sus brazos inútiles me resbalan sin fuerza en la cintura? (Desesperada.) ¿Comprendes ahora lo amargo de mi destino? Presenciar todos los dolores sin poder llorar... Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usar ninguno... ¡Y estar condenada a matar siempre, siempre, sin poder nunca morir!(Cae abrumada en el sillón, con la frente entre las manos. El ABUELO la mira conmovido. Se acerca y le pone cordialmente una mano sobre el hombro.)
ABUELO.- ¡Pobre mujer!
PEREGRINA.- Gracias, abuelo. Te había pedido un poco de comprensión y me has llamado mujer, que es la palabra más hermosa en labios de hombre. (Toma el bordón que ha dejado apoyado en la chimenea.) En tu casa ya no tengo nada que hacer esta noche; pero me esperan en otros sitios. Adiós."
SITUACIÓN
Casona es, dejando aparte a Lorca, el verdadero dramaturgo de la Generación del 27, en cuyas obras se mezcla la realidad y el misterio. Dentro de la producción teatral de este maestro de escuela (La sirena varada, Los árboles mueren de pie, La barca sin pescador...) destaca por su belleza y poesía La dama del alba, cuya acción transcurre en una casa de labor asturiana, en la que reina el dolor desde que cuatro años atrás Angélica, la primogénita de la familia, según cree la gente, muriera ahogada en el río. El texto corresponde al momento en que la Peregrina (la Muerte) habla con el abuelo de la casa, tras haber jugado con los nietos y caer rendida por el sueño. Luego seguirá su camino hacia el paso del Rabión, donde tiene una cita. El viudo de Angélica se vuelve a casar aunque sabe que su mujer se fue de casa y se lo cuenta a su esposa. La Muerte lo oye. Y cuando durante el baile de San Juan aparece Angélica en la casa se encuentra con la Peregrina, a quien le dice que es mejor morir que destruir la felicidad que reina en la casa. Así sucede. Angélica aparece flotando en el río con una sonrisa y adornada con flores. Todo el pueblo la mira como a una santa.
CONTENIDO
La Muerte le confiesa al abuelo la amargura de su destino, sus temores inconsolables y sus deseos irrealizables, resumidos en no poder llorar y estar condenada a matar siempre y nunca morir. Puede dividirse en las siguientes partes:
1, la confesión de la Peregrina (su parlamento y las acotaciones narrativas y descriptivas);
2, la reacción comprensiva y apenada del abuelo (la segunda acotación y las palabras del hombre referidas a la desgracia de la mujer),
3, el agradecimiento de la Peregrina al abuelo por haberla llamado mujer y su despedida por el momento (su parlamento y la acotación narrativa que lo acompaña).
ANÁLISIS
Dado que es un texto teatral, conviene que empecemos hablando de los elementos teatrales visibles en el fragmento. Los nombres de los personajes aparecen con mayúscula, tanto al principio de los parlamentos (PEREGRINA, ABUELO) como en cuantas acotaciones se refiera el autor a ellos (ABUELO). Las acotaciones narrativas y descriptivas aparecen entre paréntesis (indican los gestos, emociones y movimientos que deben manifestar en la escena.El lenguaje empleado, aunque sencillo y claro no está exento de belleza. Algunos recursos expresivos presentes en el texto son: las dos interrogaciones retóricas del principio (en realidad, la Peregrina pide al abuelo que no la condene antes de conocerla y que se esfuerce por entender su destino. La correlación entre los deseos (adornarse de rosas, vivir entre niños felices, amar a un hombre hermoso) y la penosa realidad (las rosas se le hielan, los niños pueden quedarse fríos si los mira y los hombres hermosos dejan caer sus brazos inútiles) La anáfora del "cuando" en las tres circunstancias mencionadas. Respecto al uso de ciertos rasgos gramaticales, destacamos la abundancia de infinitivos verbales, unas veces formando parte de perífrasis verbales (voy a cortar, tengo que volver) y la mayoría como constituyentes de oraciones independientes, si bien se identifican con "lo amargo de su destino": Presenciar todos los dolores sin poder llorar, Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usas ninguno, y estar condenada a matar... sin poder nunca morir. Notemos de paso el paralelismo que existe entre estas tres oraciones, con la nota común de la subordinada "sin poder..."
CONCLUSIÓN
En resumen, se trata de un texto en el que el contenido, de alcance transcendente, se viste de un lenguaje bello, aunque sencillo, lleno de rasgos emocionales y humanos, pese a que es la Muerte la que habla, una muerte que echa de menos lo que cualquier mujer posee a lo largo de su vida.
Ejemplo 4
Fragmento de Mala hierba.
Pío Baroja
“La superioridad del espíritu de Langairiños no le permitían suponer que un hombre que no fuera él valiese más que otro.Su obra maestra era un artículo titulado “Todos golfos”. Se trataba de una conversación entre un maestro del periodismo –él—y un aprendiz de periodista.Aquel derroche de sal ática terminaba con este rasgo de humor:El aprendiz.- Hay que tener principios.El maestro.- En la mesa.El aprendiz.- Hay que decir con verdadera crudeza al país.El maestro.- Se le van a indigestar. Acuérdese usted de los garbanzos de la casa de huésped.El Superhombre escribía siempre así, de un modo terrible, shakesperiano.A consecuencia del desgaste cerebral producido por sus trabajos intelectuales, el Súper se encontrabaneurasténico, y para curar su enfermedad tomaba glicerofosfato de cal en las comidas y hacía gimnasia.”
SITUACIÓN
Pío Baroja es el novelista por excelencia de la Generación del 98. Entre sus novelas destaca Mala hierba, perteneciente a la trilogía La lucha por la vida, donde Manuel Alcázar, el protagonista, lucha en un Madrid difícil por salir adelante. En su camino se encuentra a personajes curiosos como el Langairiños del texto.
CONTENIDO
El texto en su concisión, exactitud y brevedad se limita a retratar al periodista Langairiños en dos apartados: en el primero se alude a sus aires de superioridad, ironía, ocurrencia, y con estilo shakesperiano... Conviene citar el título de su obra maestra, Todos golfos, por lo que aporta; en el segundo apartado se habla de su enfermedad y sus causas ( está neurasténico por el desgaste cerebral que implica su trabajo; por ello se ve obligado a medicarse y hacer gimnasia.
ANÁLISIS
El narrador, omnisciente, habla de Langairiños en tercera persona y en pretérito imperfecto (propio de la descripción: no le permitían suponer, era, terminaba, escribía, se encontraba, tomaba...), excepto en el diálogo (perífrasis obligativas en presente). Hay dos lenguajes diferentes: el del retrato de Langairiños (que se hace de dos maneras: por lo que dice de él el narrador omnisciente y por lo que dice de él el maestro de periodismo, que es el propio Langairiños en el texto teatral) y el del diálogo. Nótese la perífrasis del primer párrafo para decir que no había nadie superior a él) o la ironía en sus réplicas al aprendiz; la primera, "en la mesa"( a la afirmación de "hay que tener principios"); y la segunda, respecto a criticar duramente al país, con la referencia a la indigestión de los garbanzos de la pensión. Que no es otra cosa que una metáfora (crítica dura al país=indigestión alimenticia). Asimismo, conviene destacar la presencia del narrador omnisciente en el juego que hace con los apodos del maestro periodista y su superioridad (Superhombre, Súper). también emplea el narrador el tono de zumba en el último párrafo del texto ("desgaste cerebral producido por sus trabajos intelectuales"). No podían faltar las referencias médicas tan abundantes en la novelística de Baroja (desgaste cerebral, neurasténico, enfermedad, glicerofosfato de cal...)
CONCLUSIÓN
Este texto es un ejemplo de la eficacia de expresión del autor vasco. Con las menos palabras posibles, la exactitud, la claridad y la rapidez que le caracterizan, retrata el modo de ser, de hacer y decir del periodista Langairiños.
Ejemplo 5.
Fragmento de Platero y yo.
J. R. Jiménez.
"Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo...--Pero, hombre, ¿qué te pasa?Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino.Con una solicitud mayor, sin duda, que la del viejo Darbón, su médico, le he doblado la manoy le he mirado la ranilla roja. Una púa larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa y me lo he llevado al pobre al arroyo de los lirios amarillos, para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura, la heridilla.Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda."
SITUACIÓN
Dentro de la obra poética de Juan Ramón destaca el librito en prosa Platero y yo por su tono lírico, tan alto como el que se halla en su verso. En realidad, el libro es un conjunto de poemas en prosa donde el poeta muestra su ternura franciscana hacia los animales, y en especial hacia su asnillo Platero. El texto presente es un ejemplo palpable de esa ternura.
CONTENIDO
A Platero se le ha clavado en la parte más blanda del casco una púa de naranjo y empieza a cojear por el dolor. El poeta se interesa por el animalillo y, tras descubrir la causa de su cojera, le extrae la púa. Luego le lleva al arroyo para que el agua lave la herida. Finalmente, continúan el camino hacia el mar mientras el burrito le cabecea en la espalda en señal de gratitud.
ANÁLISIS
El narrador testigo cuenta la anécdota del texto, unas veces en tercera persona y otras en primera y en pretérito perfecto compuesto, como si acabara de pasar, lo que le ha ocurrido a Platero y lo que hace él (ha comenzado a cojear, me he echado al suelo, ha dejado, le he doblado, he tirado, hemos seguido...). La estrecha relación que hay entre el poeta y el animal queda determinada, no sólo por lo indicado, sino también por el diálogo que entabla Juan Ramón con Platero (las palabras no pueden ser más entrañables y cercanas: "Pero, hombre, ¿qué te pasa?") o la expresión inequívoca "estremecido del dolor de Platero...". En cuanto a los recursos expresivos empleados en el texto, son muy abundantes. El asíndeton del tercer párrafo y la anáfora de la proposición "sin" introduciendo complementos circunstanciales de modo o la aliteración "sin tocar casi con el casco..." (mostrando el dolor de Platero). Léxico preciso (dehesa, ranilla, casco...). Metáforas ("puñalillo de esmeralda= la púa de naranjo), comparaciones ("...como un redondo puñalillo...). Epítetos (ardiente, roja, verde, redondo, amarillos, corriente, larga, pura, suaves...). Diminutillos apreciativos (puñalillo, heridilla). Personificaciones ("para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura"). Etcétera.
CONCLUSIÓN
A una anécdota entrañable como la que cuenta el texto, le corresponde el lenguaje y la expresión que ha elegido el poeta para vestirla. El tono lírico empleado no deja lugar a dudas y así ha quedado explicado en el análisis.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Comentar textos literarios




Comentar un texto literario es, a grandes rasgos, indicar por escrito qué dice y cómo lo dice y señalar la relación que guardan entre sí ambos aspectos, que corresponden, respectivamente, al plano del contenido y al de la expresión. El primer paso que hay que dar para comentar un texto literario con acierto, obviamente hay que leerlo con atención para entenderlo en su totalidad y en cada una de sus partes. A continuación, tanto si el texto que se acaba de leer está en verso como si está en prosa, hay que intentar situarlo (o contextualizarlo, como se dice ahora) junto con su autor, en la época en que se escribió, señalando de qué modo respetan uno y otro las características generales de esa etapa o movimiento literario, en cuyo seno nacieron.
Veamos un ejemplo. Sea la Fábula de Samaniego siguiente:
"Bebiendo un perro en el Nilo
al mismo tiempo corría.
--Bebe quieto --le decía
un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente: 5
--Dañoso es beber y andar,
¿pero es sano el aguardar
a que me claves el diente?
¡Oh, qué docto perro viejo!
Yo venero tu sentir 10
en esto de no seguir
del enemigo el consejo."
Tras leer y comprender el contenido de la fábula, pasamos a la
SITUACIÓN
Samaniego es un autor típico del Neoclasicismo español y sus fábulas se hallan dentro de uno de los postulados típicos del movimiento: ilustrar, educar en la estética y en la moral al hombre del siglo XVIII, en el que reinan la razón y las normas de buen comportamiento.
Una vez hemos situado el texto y su autor en el tiempo y escuela a que pertenecen, debemos indicar de qué trata el texto en cuestión, es decir, dar cuenta de su contenido semántico y señalar las partes en que se estructura, haciendo referencia a los versos o líneas que abarcan dichas partes. Algo así:
CONTENIDO
La fábula presente pretende enseñar a no seguir los consejos del enemigo, porque siempre encierran un peligro En este caso, un perro experimentado prefiere beber corriendo antes que caer entre las fauces del taimado cocodrilo, que le aconseja beber quieto. Podemos dividir el contenido en varias partes:
1, el perro bebe corriendo en las aguas del Nilo (versos 1 y 2);
2, diálogo entre el cocodrilo y el perro: el primero le aconseja que beba tranquilo y el segundo le contesta que prefiere beber como lo hace a acabar entre los dientes de su enemigo (versos 3 a 8); y 3, moraleja: el autor alaba el hecho de no seguir el consejo del enemigo.
Luego se pasará al análisis o comentario propiamente dicho, en el cual se indicará, en el caso de que el texto esté en verso, de qué clase son los versos y estrofas que lo componen, para enseguida hablar del lenguaje empleado y sus niveles principales: vocabulario, morfología, sintaxis, etcétera, así como las figuras expresivas utilizadas en el texto. Explicando siempre de qué modo la expresión empleada enriquece y apoya el contenido del texto. Veamos cómo se haría en el ejemplo escogido.
ANÁLISIS
La fábula está compuesta de 12 versos octosílabos distribuidos en tres redondillas con rima diferente en cada una; así que su esquema métrico es 8a 8b 8b 8a; 8c 8d 8d 8c; 8e 8f 8f 8e. El lenguaje empleado es claro y sencillo, como exige este tipo de poesía que lo que busca es favorecer su comprensión. Los encabalgamientos entre los versos son suaves y apenas aparecen recursos expresivos complicados en la composición. A no ser los múltiples pero sencillos hipérbatos, exigidos en muchos casos por la rima consonante de la fábula, y en cambio, la moraleja, parte esencial de la composición, respeta al máximo el orden lógico de la frase, salvo el último verso, también por exigencias de la rima (Sujeto, verbo, complemento directo, complemento circunstancial). Conviene señalar, sin embargo, los epítetos taimado (cocodrilo) y prudente (perro), aplicados a los dos personajes de la historia (al protagonista de ella, el autor le añade más adelante otros dos: docto y viejo). También la interrogación retórica de los versos 7 y 8 y la exclamación del verso 9, con la que expresa el poeta su sentimiento de admiración por el protagonista de la fábula. Por otra parte, también están presentes en la fábula la narración (versos 1 y 2), el diálogo (versos 3 a 8) y la digresión filosófica o moral en primera persona dirigida a un tú (versos 9 a 12).
Finalmente, se hará un balance o conclusión valorativa del texto a que el lector ha llegado tras su lectura. Así:
CONCLUSIÓN
En resumen, la intención didáctica con que el texto fue escrito se cumple perfectamente con la forma empleada para llevarla a cabo, una fábula, en la que se cuenta con amenidad una especie de breve apólogo seguido de una moraleja, y en verso para que sea fácilmente recordada.
Vamos a hacer lo mismo con un texto literario en prosa. Se trata de un fragmento de la novela El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón, y te presento el comentario de textos completo y seguido.
"Lucas era en aquel entonces, y seguía siendo en la fecha a que nos referimos, de pequeña estatura (a lo menos en relación con su mujer), un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable. Dijérase que sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea; que tan pronto como empezaba a penetrarse dentro de él aparecían sus perfecciones, y que estas perfecciones principiaban en los dientes. Luego venía la voz, vibrante, elástica, atractiva; varonil y grave algunas veces, dulce y melosa cuando pedía algo, y siempre difícil de resistir. Llegaba después lo que aquella voz decía: todo oportuno,, discreto, ingenioso, persuasivo... Y, por último, en el alma del tío Lucas había valor, lealtad, honradez, sentido común, deseo de saber y conocimientos instintivos o empíricos de muchas cosas, profundo desdén a los necios, cualquiera que fuese su categoría social, y cierto espíritu de ironía, de burla y de sarcasmo, que le hacían pasar, a los ojos del académico, por un don Francisco de Quevedo en bruto."
SITUACIÓN
Pedro Antonio de Alarcón es uno de los primeros novelistas del Realismo español, junto con Cecilia Bölh de Faber, que firmó con el seudónimo de "Fernán Caballero". Alarcón sabe despegarse del subjetivismo propio del Romanticismo para hablar de vidas ajenas a él y pintarlas con objetividad, aunque sin olvidarse de rodearlas de sentimientos y notas pintorescas y singulares. Dentro de su producción novelística (El escándalo, El niño de la bola, El Capitán Veneno, La pródiga...), El sombrero de tres picos, obra a la que pertenece el texto, destaca por su naturalidad, amenidad y belleza, y su acción está basada en romances y canciones tradicionales españoles (la venganza del molinero en el Corregidor de su pueblo por intentar seducir a su esposa). El fragmento corresponde a las primeras páginas de la narración donde se caracteriza a los tres principales personajes de la historia: el Corregidor, el molinero Lucas y su esposa Frasquita.
CONTENIDO
Se trata del retrato del molinero Lucas; en la primera parte (desde "Lucas era..." hasta "su dentadura inmejorable") se describen sus rasgos físicos, todos negativos (pequeña estatura, cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiños, narigón, orejudo y picado de viruelas), excepto la boca, que es perfecta. Entre la primera parte y la segunda el narrador incluye una frase de transición entre la prosopografía y la etopeya del protagonista, que es un acierto inmejorable (desde "Dijérase..." hasta "estas perfecciones principaban en los dientes"), acierto que consiste en entrar en el interior del personaje partiendo de un rasgo externo, la boca. La segunda parte (desde "Luego venía..." hasta el final) describe los rasgos morales del personaje, todos de signo positivo (la voz seguida de una serie de cualidades, de las que se deducen las de Lucas: oportunidad, discreción, ingenio...; el alma valerosa, leal, honrada...) Finalmente, se añaden otros caracteres y comportamientos del molinero, como sentido común, ansia de saber, empleo de la ironía...
ANÁLISIS
Con un lenguaje claro y eficaz Alarcón en este fragmento retrata de modo muy original al tío Lucas (ya lo hemos apuntado antes). Ahora destacaremos la abundante adjetivación aplicada tanto a los elementos físicos como a los morales. Se trata de una adjetivación especificativa e identificadora: pequeña (estatura), regular (boca), inmejorable (dentadura), vibrante, elástica, atractiva, varonil, grave, dulce, melosa (voz). Otras veces los adjetivos hacen referencia a virtudes del personaje: oportuno, discreto, ingenioso, persuasivo... En cambio, otras virtudes son mencionadas por medio de nombres abstractos: valor, lealtad, honradez, sentido común, desdén... Insistimos en las frases que sirven de puente natural entre la descripción física y psicológica del tío Lucas. Además citamos la metáfora incluida en la mencionada transición: "Sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea" o la comparación que se le hace al protagonista con Quevedo por su ironía, burla y sarcasmo. Finalmente, señalamos las constantes enumeraciones y asíndetos del fragmento y, sobre todo, el empleo de los adverbios de tiempo necesarios para ordenar los elementos del retrato: luego, después, por último.
CONCLUSIÓN
En resumen, estamos ante un texto meramente realista en el que con un lenguaje eficaz y claro, se retrata al personaje central de la novela, valiéndose, entre otros recursos expresivos, de abundante adjetivación y nombres abstractos, metáforas, comparaciones y asíndetos.
A continuación y para que sigas adquiriendo las técnicas y recursos correspondientes para realizar tus propios comentarios de textos, te ofrezco unos cuantos ejemplos desarrollados que siguen el método expuesto anteriormente y que pertenecen a diversos movimientos literarios.
Primer ejemplo
Rima II, Gustavo Adolfo Bécquer
"Saeta que voladora
cruza arrojada al azar,
y que no se sabe dónde
temblando se clavará;
hoja que del árbol seca 5
arrebata el vendaval,
sin que nadie acierte el surco
donde al polvo volverá;
gigante ola que el viento
riza y empuja en el mar, 10
y rueda y pasa, y se ignora
qué playa buscando va.
Luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar
y que no se sabe de ellos 15
cuál el último será.
Eso soy yo que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni adónde
mis pasos me llevarán." 20
SITUACIÓN
Bécquer es un romántico rezagado (1836-1870) que como Rosalía de Castro sigue fielmente los postulados del Romanticismo aunque con tono más contenido y expresión envuelta de un misterio y un simbolismo de que adolecían sus antecesores, como Espronceda o Zorrilla. En sus Rimas, que, dentro de su producción literaria (Leyendas, Cartas Literarias a una mujer, Cartas desde mi celda, etc.), ocupan un lugar destacadísimo, expresa sentimientos universales como el amor desde todas sus facetas, el dolor, la soledad, la desolación que deja la muerte o el azar del destino del hombre, como en la Rima presente; pero también trata de otros temas que hasta ese momento no se habían tocado, como el del acto creador y la poesía misma.
CONTENIDO
El poeta compara su destino respectivamente al de una saeta, una hoja de árbol, una ola, una luz en el sentido de que todos ellos están sujetos al azar; el poeta añade las dos preguntas típicas del destino humano: ¿de dónde venimos? y ¿adónde vamos? El contenido puede dividirse en cinco partes: las cuatro primeras se refieren al destino de los cuatro objetos con los que se compara el poeta: la saeta, la hoja, la ola y la luz; todos ellos están sujetos al azar, la incertidumbre y la ignorancia sobre su fin (versos 1 a 16); y la quinta al destino del propio poeta, también sujeto al azar y a las eternas preguntas sobre su origen y fin.
ANÁLISIS
La Rima II está formada por veinte versos octosílabos que componen un romance (rima asonante en á en los pares); así que su esquema estrófico es 8- 8a 8- 8a 8- 8a 8- 8a... Abundan los encabalgamientos (el más largo abarca los cuatro últimos versos de la Rima). La misma construcción (antecedente, pronombre relativo, proposición adjetiva) se repite en las cinco partes (saeta que...; hoja que...; gigante ola que...; luz que...; eso soy yo que...), si bien en la última aparece la oración "eso soy yo", como reuniendo en la persona del poeta los destinos de los cuatro objetos o elementos anteriores. El empleo del futuro (se clavará, volverá, será, llevarán) está justificado por la incertidumbre del final de cada uno de los elementos comparados. También hay que añadir los hipérbatos (hoja que del árbol seca arrebata el vendaval; qué playa buscando va; y que no se sabe de ellos cuál el último será...), algunos de ellos exigencia de la rima. El polísindeton del verso 10 (y rueda y pasa, y se ignora) expresa demora, duda, incertidumbre, tal y como exige el contenido.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un tema propio del Romanticismo, el del desconocimiento del destino humano, comparado aquí con cuatro elementos que dependen de otras fuerzas ajenas a ellos (la inercia de la saeta, el vendaval, el mar, el temblor de la luz); en el caso del poeta son las múltiples circunstancias, altibajos y adversidades que la misma vida, en su dolorosa contingencia, ofrece. El lenguaje y los versos y la comparación están perfectamente elegidos para lograr la intención del poeta.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Recursos expresivos, géneros literarios, tópicos y mitos


1. La comunicación literaria
La comunicación común se diferencia de la literaria en que el emisor y el receptor deben estar inmersos en la misma situación y en el mismo tiempo. También el mundo de las ideas, costumbres, etc, al que se refiere el emisor en su mensaje, debe ser el del receptor. En cuanto al código, si el emisor quiere que el receptor entienda el mensaje referencial que le envía, deberá emplear un lenguaje literal, denotativo, frente al figurado, connotativo, propio de la comunicación literaria.
Comparemos estos dos modos de comunicación:
1.“Tú y yo no acabaremos bien porque nuestros caracteres son incompatibles.”
2.“Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder.
¡Tenías que estrellarte o que abatirme!…
¡No pudo ser!”
El primero es una comunicación común, el segundo es una comunicación literaria, propia de la poesía (pertenece a una Rima de Bécquer). Los poemas, los cuentos, las obras de teatro, etc., pertenecen al grupo especial de comunicación llamada Literatura. Veamos cuáles son sus principales características:
La primera está relacionada con el emisor o autor de la obra y el receptor, lector o espectador de teatro: el emisor y el receptor pueden ser contemporáneos pero ignorarse mutuamente o pertenecer a épocas diferentes. Una vez publicada la obra, el emisor o escritor no puede modificarla.
La segunda tiene que ver con el mundo que refleja la obra literaria (conjunto de ideas, visión de la realidad, costumbres de la época…) : ese mundo puede no ser el del receptor, pero éste lo acepta como algo convencional (caso de la Novela picaresca, que refleja un mundo perteneciente a los Siglos de Oro de nuestra literatura).
La tercera característica se refiere al uso de la lengua literaria, la cual es una derivación de la lengua común pues, aunque emplea sus palabras, las relaciones que establece entre ellas se desvían del uso cotidiano y lo llena de connotaciones (otros significados secundarios y subjetivos de las palabras), dando lugar al llamado lenguaje figurado.
La función poética
La función poética es la propia del código literario, y se da cuando el escritor emplea el lenguaje para llamar la atención del lector sobre la forma del mensaje (estilo elaborado, belleza…) presente en la obra literaria. Observa los dos ejemplos siguientes:
1.“El arpa se encontraba cubierta de polvo en el ángulo oscuro del salón.”
2.“Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.”
G. A. Bécquer
En el primer ejemplo no actúa la función poética, sólo la referencial o representativa. En el segundo, sí: entre otros rasgos poéticos, emplea una métrica (versos, estrofa) determinada, alteración del orden de las palabras (hipérbaton), rima (asonante en los versos pares), ritmo propio de la poesía (acento en la tercera, sexta y novena sílaba de los tres primeros versos; y en la segunda y quinta del cuarto verso), personificación (se atribuye al arpa una cualidad humana, la de estar silenciosa), adjetivación abundante (oscuro, olvidada, silenciosa, cubierta), etc.
Pero donde mejor se nota sin duda la función poética del texto es en la utilización de las llamadas figuras retóricas o recursos expresivos en él. Veamos algunos de los más frecuentes.
Antítesis: consiste en enfrentar pensamientos opuestos para resaltar la idea central; se emplean generalmente los antónimos. “Ayer era rey de España / y hoy no soy de una villa.”
Perífrasis: se da cuando el autor expresa con varias palabras lo que se puede decir con una sola o muy pocas. “Oh sagrado mar de España, / famosa playa serena…” (en vez del Mar Mediterráneo).
Hipérbole: recurso que desfigura conscientemente la realidad aumentando o disminuyendo sus rasgos fundamentales. “Érase un hombre a una nariz pegado.”
Asíndeton: suprime intencionadamente los nexos que unen palabras, sobre todo, formas verbales, u oraciones para conseguir viveza y dinamismo. “Acude, corre, vuela, / traspasa la alta sierra, ocupa el llano, no perdones la espuela.”
Polisíndeton: figura contraria, acumula nexos, sobre todo, la conjunción y, entre palabras u oraciones para destacar unas y otras. “Y el santo de Israel abrió su mano, / y las dejó y cayó en despeñadero / el carro y el caballo y caballero.”
Calambur: juego de palabras que consiste en unir las sílabas de dos palabras diferentes para crear otra, o bien separar las sílabas de un vocablo para lograr uno nuevo. “Entre el clavel y la rosa, / su majestad escoja.”
Personificación: atribuye cualidades y acciones de seres animados o corpóreos a seres inanimados o abstractos. “La tierra se estremece alborozada.”
Anáfora: se da cuando una palabra se repite al principio de dos o más versos u oraciones. “Temprano levantó la muerte el vuelo / temprano madrugó la madrugada, / temprano estás rodando por el suelo.”
Retruécano: se forma cuando una frase está compuesta por las mismas palabras que la anterior, pero en orden inverso. “¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? / ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?”
Elipsis: se omite algún elemento de la oración porque se sobreentiende. “Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; por un beso…¡yo no sé / qué te diera por un beso!” (Se suprime el verbo dar en los tres primeros versos.)
Aliteración: consiste en repetir unos mismos sonidos en varias palabras próximas para imitar fenómenos naturales. “En el silencio sólo se escuchaba / un susurro de abejas que sonaba.”
Paronomasia: tiene lugar cuando aparecen cercanas dos palabras muy semejantes en los sonidos, pero con significación diferente. “La verdad padece, pero no perece.”
Hipérbaton: ocurre cuando se altera el orden normal de los elementos de una oración. “Cerca del Tajo, en soledad amena, / de verdes sauces hay una espesura.” (Hay una espesura de sauces verde cerca del Tajo en soledad amena).
Símil o comparación: se compara un hecho o ser real con otro que tiene parecidas cualidades por lo general mayores. “Brillaban / como aceros los ojos victoriosos.”
Metáfora: se da cuando el ser real se identifica con el imaginario en virtud de cierta semejanza que hay entre ellos. “Por donde traza el Duero / su curva de ballesta. “ Existen matáforas de muchos tipos.
Epíteto: es un adjetivo de adorno e innecesario que embellece la expresión. “Y las doradas abejas / iban fabricando en él / con las amarguras viejas / blanca cera y dulce miel.” (doradas, blanca, dulce)
Paralelismo: consiste en repetir dos más versos u oraciones seguidos variando el final. “El Dios que todos llevamos, / el Dios que todos hacemos, / el Dios que todos buscamos.”
Ironía: consiste en expresar una idea con palabras que significan lo contrario. “Comieron una comida eterna sin principio ni fin.”
Alegoría: tiene lugar cuando se encadenan varias metáforas formando una unidad de significado. “Pobre barquilla mía / entre peñascos rota/ sin velas, desvelada / y entre las olas sola.” (barquilla: alma; peñascos: problemas; olas: adversidades; sin velas: extraviada).
Metonimia: consiste en nombrar un objeto con el nombre de otro cuando entre ambos existe una relación de contigüidad, de causa y efecto, del lugar por el objeto que de él procede, de la parte por el todo, etc. “En el estadio no cabía un alma más.” “Camarero, sírvame un jerez, por favor.”
Actividades
a) Explica la diferencia de los elementos de la comunicación presentes en estos dos tipos de mensaje: el de una noticia emitida por la radio y el del ejemplo que te propongo de paralelismo en la lección.
b) Inventa un ejemplo de comunicación común y luego transfórmalo en comunicación literaria. Di qué características de las apuntadas en la lección se dan en los dos tipos de comunicación propuestos por ti.
c) Clasifica los recursos expresivos de la unidad según los grupos del cuadro de las figuras retóricas.
d) Localiza metáforas, epítetos, comparaciones y elipsis en los ejemplos siguientes y explica la respuesta:
“En la agostada senda
he visto al buen lagarto (gota de cocodrilo) meditando.”
F. G. Lorca
“¡Perla del mar!,
¡estrella de Occidente!
¡Hermosa Cuba!,
tu brillante cielo
la noche cubre con opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.”
G. Gómez de Avellaneda
“Cercenado tiene el brazo,
mas entero el corazón.
La mesa tiene delante,
los jueces en derredor,
los corchetes a la puerta
y en la derecha el bastón.”
José Zorrilla
“La niña, rosa, sentada.
Sobre su falda,
como una flor,
abierto, un atlas.
Su dedo, blanco velero,
desde las Islas Canarias
iba a morir al Mar Negro.”
Rafael Alberti
e) Identifica las figuras literarias de los siguientes textos:
“Tu hermana es clara y débil
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los lirios glaucos.”
Antonio Machado
“Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.”
Fray Luis de León
f) Explica la anáfora, la antítesis, la personificación y la perífrasis que hay en los siguientes textos:
“Las blancas hijas de las conchas bellas.”
“Tan airoso, tan ligero, tan gallardo era su porte.”
“Goza tu juventud y tu hermosura, oh sol.”
“Cuando quiero llorar, no lloro
y, a veces, lloro sin querer.”
g) Haz lo mismo con la asíndeton, la elipsis, la metáfora los siguientes:
“Y ella sola es el rumor, y la armonía, y el estruendo, y la luz,y la elocuencia, y la poesía, y el arte, y la hermosura.”
“Llegué, vi, vencí.”
“Esquilas dulces de sonoras plumas.”
“Lo bueno, si breve, dos veces bueno.”
2. Los géneros literarios
Los géneros literarios son los grupos en que se pueden clasificar las obras literarias atendiendo a unas características comunes (temática, métrica, etc.). La distinción entre géneros se observa ya en la República de Platón y en la Poética de Aristóteles; uno y otro hablan de tres maneras de ficciones poéticas semejantes a la narración, la poesía y el teatro, que para el segundo se originan en el modo de ser innato de la persona.
Así pues, estos son los tres grandes géneros literarios que el paso del tiempo ha ido consolidando:
El épico o narrativo, cuya difusión comenzó haciéndose a través de la relación oral. Pertenecen a él subgéneros en verso, como la epopeya, el poema épico o el romance, entre otros, aunque este último puede contener elementos líricos también. Y subgéneros en prosa, entre los cuales destacan la novela, el cuento, la biografía o la leyenda (que también puede aparecer en verso). Al género épico pertenecen las obras que narran hechos ficticios ajenos al autor. En la narrativa la función dominante es la referencial pues el narrador aparece como testigo de unos hechos protagonizados por los personajes que él mismo ha inventado.
“La abuela escudriñaba el mar con sus gemelos de teatro, que desempañaba con una punta de su pañuelo, y nada, nada. Un par de veces, muy altos, pasaron aviones enemigos. Sin embargo, algo había, como un gran mal, debajo de la tierra, de las piedras, de los tejados, de los cráneos. Cuando en el pueblo caía la hora de la siesta, o al resguardo de cualquier otra quietud, en esos momentos como de espera, resonaban en las callejuelas las pisadas de los hermanos Taronjí. Los Taronjí, con sus botas altas, sus guerreras a medio abotonar, rubios y pálidos, con sus redondos ojos azules, de bebés monstruosos y sus grandes narices judías.”
Ana María Matute
El lírico, que empezó difundiéndose por medio del canto. Subgéneros suyos son, entre otros, la canción, la oda, la elegía, la égloga, el madrigal o la letrilla. El género lírico engloba todas aquellas producciones literarias en las que su autor nos confiesa sentimientos íntimos. De ahí que la función propia de este género sea la expresiva.
“Acabo de volver
y traigo el pecho
cuajado de latidos
de cirios y de azudas
de mi sonante Duero,
del río besador de aceñas y murallas,
del agua que alimenta mis raíces.
Y compruebo que sigo siendo algo
del niño que ayer fui
cuando subía
aquellas cuestas hechas a las andas
de sangrantes yacentes.”
E. Conde
El dramático, cuya difusión empezó siendo la representación escénica. A él pertenecen la tragedia, la comedia o el drama, entre otros subgéneros. En el género dramático el autor cuenta hechos y confiesa sentimientos valiéndose de unos personajes que dialogan en un escenario. En el dramático la función dominante es la apelativa pues la intención del dramaturgo es influir en los espectadores para conmover su corazón o variar su conducta.
“LEANDRO.-¿Qué es esto, Crispín? ¿Qué pretendes? ¿Hasta dónde has de llevarme con tus enredos? ¿Piensas que lo creí? Tú pagaste a los espadachines; todo fue invención tuya. ¡Mal hubiera podido valerme contra todos si ellos no vinieran de burla!
CRISPÍN.- ¿Y serás capaz de reñirme, cuando así anticipo el logro de tus esperanzas?
LEANDRO.- No, Crispín, no. ¡Bien sabes que no! Amo a Silvia y no lograré su amor con engaños, suceda lo que suceda.
CRISPÍN.- Bien sabes lo que ha de sucederte… ¡Si amar es resignarse a perder lo que se ama por sutileza de conciencia…, que Silvia misma no ha de agradecerte.
LEANDRO.- ¿Qué dices? ¡Si ella supiera quién soy!”
J. Benavente
Sin embargo, a los tres anteriores, suelen añadirse otros géneros menores aunque no exentos de interés, entre los cuales figuran:
El didáctico, cuya intención principal es facilitar conocimientos sobre temas variados: morales, religiosos o intelectuales. Pertenecen a él, entre otros, la fábula, la epístola o el ensayo.El histórico, género entre científico y didáctico que cuenta hechos sucedidos realmente. Con él se relacionan otros como la biografía, las crónicas o las memorias.
El oratorio, cuya intención principal es convencer, se refiere a obras escritas para lograr un resultado práctico y justo, que tienen que ver con intereses religiosos, artísticos, civiles o políticos, sin dejar de lado los literarios.
Actividades
a) Identifica los géneros literarios de los siguientes textos, razonando la respuesta:
1.“Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla el año 1836. Quedó huérfano muy pequeño y fue recogido por su madrina hasta 1858, en que se trasladó a Madrid para abrirse paso en la vida literaria. Pero en la capital de España sufrió penurias sin cuento hasta que el ministro González Bravo le ofreció un cargo en la administración pública. Se casó con Casta Esteban y tuvo dos hijos con ella. Contrajo la tuberculosis y se alojó unos meses en el Monasterio de Veruela para curarse…”
2.“Y no es verdad, dolor, yo te conozco;
tú eres nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.”
3.“Una vez había un rey que tenía dos hijas hermosísimas. La mayor era voluble y envidiosa y la pequeña trabajadora y sencilla. Un día llegó al reino un príncipe apuesto buscando una mujer para contraer matrimonio. En cuanto vio a la menor hija del rey, se enamoró de ella y pidió su mano. Pero la mayor de las hermanas tramó un plan para ocupar su sitio en el corazón del príncipe…”
4.“(De Zaragoza a Madrid, en un departamento de segunda)
PEDRO.- ¿Quiere usted comer?
ANTONIO.- Gracias, ¡Que aproveche!
PEDRO.- Vamos a hacer por la vida, que la muerte ya hará por nosotros.
ANTONIO.- Ya lo sabe: de la panza sale la danza.
PEDRO.- ¡Y no lo haga usted! ¡Verá cómo le luce el pelo!
ANTONIO.- De esto nadie se escapa…”
5.“Las doce sonaron en el reloj del Postigo. Beatriz oyó entre sueños las vibraciones de la campana, sordas, tristísimas, y entreabrió los ojos. Creía haber oído, a la par de ellas, pronunciar su nombre; pero lejos, muy lejos, y por una voz apagada y doliente. El viento gemía en los vidrios de la ventana…”
6.“Hojas del árbol caídas,
juguetes del viento son;
las ilusiones perdidas
son hojas, ¡ay!, desprendidas
del árbol del corazón.”
7.“Los pueblos del Norte apenas hablan. El frío y la nieve les tapa la boca. En Inglaterra las conversaciones más interesantes están prohibias. Es de mal gusto hablar de muertos, de amor, de religión. Es decir, de los temás más importantes del Hombre. El diálogo queda reducido al deporte y a los perros…”
3. Los tópicos literarios
Los tópicos o lugares comunes de la Literatura son ideas, temas, motivos o fórmulas fijas que algunos escritores incluyen en sus obras, siguiendo la tradición de otros que les precedieron en la historia. He aquí algunos de los más conocidos y cultivados:
El “Ubi sunt?”(“ubi sunt qui ante nos in hoc mundo fuere?”: ¿dónde están quienes existieron antes que nosotros?”) tiene sus raíces en la Biblia, se renovó en la Edad Media y no se ha dejado de cultivar en tiempos posteriores.
“¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón,
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿Qué fue de tanta invención
como trajeron?”
Jorge Manrique
El “Beatus ille”, palabras iniciales de un verso de Horacio que significan “feliz aquel”. Con ellas se quiere expresar el deseo humano de alejarse de las inquietudes provocadas por la vida social y refugiarse en la vida tranquila y libre del campo.
“¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido.”
Fray Luis de León
El lamento del ruiseñor o Filomena (nombre que Virgilio da a este pájaro) por el robo de su nido. Tópico muy presente en nuestra Literatura durante los Siglos de Oro (XVI y XVII).
“Cual suele el ruiseñor con triste canto
quejarse entre las hojas escondido,
del duro labrador que cautamente
le despojó su caro y dulce nido…”
Garcilaso de la Vega
El “Carpe diem” horaciano, que significa “vive el día o el momento”, muy parecido al “Collige virgo rosas” (“coge, doncella, las rosas”), de Ausonio. Este tema de difrutar de la vida mientras se sea joven también estuvo muy presente en los siglos mencionados y lo siguen siendo en los nuestros.
“Goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o víola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.”
Luis de Góngora
La “Descriptio puellae”(“retrato de la dama”), relacionado con el “Donna angelicata”, escoge generalmente los siguientes elementos de la dama: el rostro (blanco y rosado), el cabello (de oro, largo y ondulado), los dientes (perlas), el cuello (marfil), etc.
“En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color de vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió…”
Garcilaso de la Vega
El “Locus amoenus” (“lugar ameno”), donde casi siempre hay un prado de flores, árboles que dan sombra, un riachuelo que pone música suave alrededor y aves que cantan…). Entre otros autores, lo utilizó abundantemente Garcilaso de la Vega.
“Movióla el sitio umbroso, el manso viento
el suave olor de aquel florido suelo;
las aves en el freco apartamiento
vio descansar del trabajoso vuelo;
secaba entonces el terreno aliento
el sol, subido en la mitad del cielo;
en el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba”.
Garcilaso de la Vega
El “Locus amoenus” es un tópico relacionado con el de la Edad de Oro y el de la Vida retirada o Menosprecio de corte y alabanza de aldea. De la literatura grecolatina pasa a la renacentista (Garcilaso, Fray Luis de León…) y barroca ( el Cervantes del Quijote, Quevedo o Góngora).
Su opuesto es el “Locus eremus” (“lugar solitario y poco agradable”), que sirve de marco al enamorado cuyos amores no son correspondidos; la naturaleza se impregna de elementos hostiles y desagradables.
El “Sic transit” (“sic transit gloria mundi” : “así se desvanece la gloria del mundo”), tópico muy propio del Barroco, donde el pesimismo se acentúa ante la visión, sobre todo, de cadáveres, despojos, ruinas o flores ajadas, que simbolizan el paso del tiempo y lo efímero de toda clase de esplendor y lozanía en las personas.
“A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botón hallaron.
Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y expiraron;
que pasados los siglos horas fueron.”
Calderón de la Barca
Actividades
Identifica los tópicos literarios empleados en los siguientes textos:
1.“Dichoso el que jamás ni ley ni fuero
ni el alto tribunal ni las ciudades
ni conoció del mundo el trato fiero;
que por las inocentes soledades
recoge el pobre cuerpo en vil cabaña
y el ánimo enriquece con verdades. “
Fray Luis de León
2.“Corrientes aguas, puras, cristalinas;
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedras que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno…”
Garcilaso de la Vega
3.“Dejad las hebras de oro ensortijado
que el ánima me tienen enlazada,
y volved a la nieve no pisada
lo blanco de esas rosas matizado.
Dejad las perlas y el coral preciado
de que esa boca está tan adornada…”
Francisco de Terrazas
4.“Cual suele en torno de álamo frondoso
el ruiseñor con dulce voz quejarse
del cazador solícito, que cuando
miraba el edificio artificioso
de su nido amoroso dilatarse,
el salitrado polvo disparando…"
Lope de Vega
5.“Estas que fueron pompa y alegría,
Despertando al albor de la mañana,
A la tarde serán lástima vana,
Durmiendo en brazos de la muerte fría…”
Calderón de la Barca
4.Los mitos
Los mitos, como los tópicos literarios, pertenecen a la tradición literaria. En la medida en que unos y otros sean más o menos conocidos por los lectores, así les parecerán más o menos comprensibles aquellos pasajes de las obras en que se recurra a ellos para imitarlos, parodiarlos o, simplemente, expresar sentimientos y vivencias parecidos a lo que vivieron en la leyenda los dioses, semidioses o héroes de las mitologías que existieron en los inicios de todas las culturas. Así pues, la Mitología se ocupa del estudio de esas historias fabulosas. La que más ha influido en nuestra Literatura ha sido la grecolatina. Primero, los ríos de la Iliada y la Odisea y los de los trágicos griegos, y luego los de la Eneida y los de los poetas latinos dejaron sus aguas mágicas en los ríos de nuestros poetas. En todas las épocas de la Literatura española hay presencias de esos mitos antiguos, aunque es a partir del siglo XV y sobre todo en los Siglos de Oro (XVI y XVII) cuando más se recurre a ellos. Muchos de esos mitos fueron recogidos por el poeta latino Ovidio (siglo V) en Las metamorfosis. Conozcamos algunos de los más repetidos.
El mito de Acis, pastor que, enamorado de la bella Galatea, es aplastado por una roca que le arroja el cíclope Polifemo, celoso de los amores de los dos pastores; aunque los dioses, compadecidos del infortunado Acis, lo convierten en un río. Góngora, entre otros, lo revive en su famoso Poema de Polifemo y Galatea.
El mito de Dafne, ninfa acosada por el dios Apolo que, a punto de ser alcanzada por el dios, se transforma en laurel.; desde ese momento es la planta favorita de Apolo, al que se suele representar tocado con una corona de laurel. En nuestra literatura Garcilaso y Quevedo se sirven de este mito para hablar de sus cuitas amorosas, el primero melancólicamente; el segundo, de manera menos seria.
El de Faetón, que simboliza el peligro que entraña ser excesivamente audaz, recoge la historia del hijo de Apolo que intenta conducir sin éxito el carro del sol, hasta que, amenazando quemar con su fuego a la Tierra, ésta pide ayuda al padre de los dioses, el cual fulmina con uno de sus rayos al atrevido joven. Góngora, entre otros, utiliza este mito en el soneto que comienza “Verdes hermanas del audaz mozuelo”.
El de Hero, sacerdotisa de Afrodita a quien cada noche iba a ver su amado Leandro, atravesando a nado el estrecho que los separaba y guiado por una antorcha que la mujer encendía; pero una noche, desencadenada una tormenta, la antorcha se apagó y Leandro no supo llegar a la costa, por lo que murió ahogado; al día siguiente la sacerdotisa descubrió el cadáver de su amado flotando en la orilla y, desesperada, se arrojó al vacío. El mito ha sido recreado, entre otros, por Boscán en el poema que lleva el nombre de los dos enamorados, Góngora en una letrilla y Quevedo en el soneto que comienza “En crespa tempestad del oro undoso”.
El mito de Ícaro, parecido al de Faetón, cuenta la historia de Ícaro que, tras haberse colocado unas alas que su padre Dédalo le había fabricado con plumas pegadas con cera para que escapara del laberinto en que ambos estaban prisioneros, no hizo caso de las advertencias de su progenitor y se acercó demasiado al sol, con lo que el calor derritió la cera, haciendo que el imprudente joven se precipitase al vacío.
El de Narciso, joven apuesto y hermoso que despreciaba el amor y a cuantas mujeres se le acercaban; a petición de las doncellas despechadas, fue castigado a enamorarse de su propia imagen, reflejada en una fuente, y a morir de inanición junto a ella; de su cuerpo muerto nació la flor que lleva su nombre.
O el de Orfeo, que perdió a su amada Eurídice al ser picada por una víbora y, llorando su muerte ante los dioses del Hades, consigue de éstos que Eurídice vuelva a la vida con la única condición de que Orfeo no se gire para verla; pero el héroe, impaciente, no cumple el requisito de los dioses, y la ninfa se sumerge en las sombras para siempre. Es uno de los mitos más citados. Garcilaso, Góngora y Quevedo, entre otros, se sirvieron de él.

sábado, 19 de noviembre de 2011

El café de máscaras


EL CAFÉ DE MÁSCARAS, de don Ramón de la Cruz
PERSONAJES (Por orden de aparición)
DON MAURO. Hombre metódico y padre celoso de sus obligaciones.
DOÑA MENDA. Viuda.
PAQUITA. Hija de la anterior.
DON MANUEL. Galán.
DOÑA JULIA. Dama ligera de cascos.
NISO. Marido de la anterior.
DON QUIROTECA, amigo de Don Mauro.
UN CAMARERO.
UNA PAREJA.
GITANA. De verdad.
HOMBRE. Su marido.
ESCOTOFINA. Hija de don Mauro.
CASILLENO. Su novio.
PRIMER CUADRO
En la calle, a la puerta del café donde más tarde se celebrará el baile de máscaras. Es por la tarde. La luz del día irá apagándose a medida que avance la obra.
DON MAURO (En la puerta del café, amparado por un árbol y disfrazado de caballero con antifaz mientras ve llegar gente disfrazada.) Este don Quiroteca siempre acaba liándome. Y aquí estoy, a la puerta del café, aguantando el mal gusto de la gente. Ya no es como antes, que se tenía gran cuidado con los disfraces y había porte y distinción en los disfrazados. Me estoy arrepintiendo. Menos mal que he dejado acostada en la cama a mi querida hija Escotofina. Ahí llegan doña Menda y su hija Paquita. ¡Qué descoque! Si apenas lleva muerto su marido dos semanas y ya tiene ganas de celebrarlo.
DOÑA MENDA. (De luto y con un velo negro tapándole la cara. A su hija.) No te apartes ni un instante de mi lado y no se te ocurra quitarte el velo que te cubre la cara. No sea que el diablo lo enrede todo y dé que murmurar.
PAQUITA (Enfadada.) Entonces qué. ¿Me has traído aquí para que me quede tiesa como un palo? (Entran en el café.)
(Llega DON MANUEL.)
DON MAURO. Ahí viene ese Don Juan de pacotilla en busca de algún plan para burlar a algún marido.
DON MANUEL. (Descubierto. Contando el dinero que lleva en la mano.) Uno, dos, tres, cuatro duros. No sé si tendré bastante para pasar la noche. Y tampoco me acaba de gustar el plan de doña Julia. Eso de que me presente así, sin taparme para que luego en medio del barullo del baile ella se junte conmigo en el primer descuido de su marido me tiene escamado. Ya veremos qué pasa. (Entra en el café.)
DON MAURO. Ahí llegan doña Julia y su marido Niso, blanco de los planes de Don Manuel.
DOÑA JULIA. (Disfrazada de gitana y con un capote de raso.) ¿Me traes algo para después, cariño mío?
NISO. (Haciéndole carantoñas.) Pues claro, mujercita. En la faldriquera te he metido almendras y un buen trozo de jamón para que tomes un bocado a medianoche.
DON MAURO. (Aparte.) Este tío sí que es ridículo. ¿Qué pretenderá un pobre oficinista con seis reales de sueldo? (Espera a que DOÑA JULIA y NISO entren en el café para hacer él lo mismo.)
SEGUNDO CUADRO
En el interior del café. Mesas ocupadas por algunas personas. En la barra hay algún parroquiano. Columnas y espejos. Están encendidas las lámparas del techo.
DON MAURO. (Se arrima a DON QUIROTECA, que con una careta de payaso está apoyado en la barra ante una taza de café.) A menudo sitio me has traído. Con lo bien que estaba yo en casa.
DON QUIROTECA. Paciencia. Dentro de nada verás al mundo tal como es, pese a las máscaras y disfraces que lleva puestos. Mira a la parejita de esa mesa.
(El CAMARERO se acerca a la PAREJITA, ella disfrazada de gata y él de gato, para servirles.)
EL CAMARERO. ¿Qué van a tomar ustedes?
LA PAREJITA. (Visiblemente enfadada.) ¡Nada!
EL CAMARERO. Pues para asado es muy bueno. (Vuelve a la barra. A DON MAURO.) ¿Y usted? ¿Va a tomar algo?
DON MAURO. Nada, gracias. En casa me espera la cenita y no quiero perder el apetito. (El CAMARERO (Se pone a fregar unos vasos.) (A DON QUIROTECA.) Lo que quiero es quitarme este antifaz. ¡Vaya calor hace aquí dentro! Pero por otra parte, no quiero que nadie me reconozca.
DON QUIROTECA. (Levantándose la careta de payaso.) Pues yo tengo que quitármela para tomar el café. (Da un sorbo a la taza.) Mauro, mira a Don Manuel montando el número con esa mujer sola disfrazada de gitana.
(DON MANUEL y la mujer disfrazada de gitana pasan por delante de DON MAURO y DON QUIROTECA.)
DON MANUEL. ¿Pero quién eres, mujer?
LA MUJER SOLA. Una mujer que se va.
DON MANUEL. Pues si te vas, ¿por qué no nos vemos mañana a las once en los Capuchinos?
LA MUJER SOLA. Lo podría ver doña Julia.
DON MANUEL. ¿Qué Julia? Julia es una birria. A quien yo quiero es a ti.
LA MUJER SOLA. (Se va enfadada.) Esta me las paga el muy imbécil.
DON MAURO. Ese tío es un infeliz. No sabe el muy bruto que esa mujer es precisamente doña Julia.
DON QUIROTECA. ¡No me digas! ¿Qué te decía yo? Aquí el mundo se muestra tal como es. Mira, si no, a ese energúmeno que viene hacia aquí gritando.
NISO. (Hecho un basilisco.) ¿En dónde se habrá metido esta mujer mía? (Vocea.) ¡Julia!, ¡Julia! (A DON MAURO.) ¿Ha visto usted a mi mujer?
DON MAURO. Si le digo la verdad, hace un momento la vi salir del café.
(NISO tropieza con DON MANUEL.)
NISO. ¿Ha visto usted a mi mujer?
DON MANUEL. ¿De qué va disfrazada?
NISO. De gitana.
DON MANUEL. (Asombrado.) ¿De gitana dice? (Titubea.) Pues… pues…, no, no, no creo.
(Se van cada uno por su lado.)
DON MAURO. Me alegro de haber venido. Esto es verdaderamente un sainete donde el mundo se retrata a sí mismo. Y ahora veo que he hecho bien en no traer aquí a mi Escotofina del alma. ¡Qué ricamente debe estar en la cama!
(Aparecen por la puerta del café una GITANA y un SEÑOR que traen a NISO desmayado.)GITANA. (Rodeada de gente.) He aquí lo que ha pasado. (Señala a NISO.) Este hombre desmayado iba buscando ansiosamente a su mujer, disfrazada de gitana, y al verme se ha creído que era ella, y me ha abrazado con fuerza sin apreciar que llevaba de mi brazo a mi hombre aquí presente (Señala a su acompañante.) Entonces se han puesto a pelear y mi marido le ha sacudido un mamporro que ha dado con él en el suelo. Y se ha traspuesto, como ven.
(Todos se van quitando los disfraces. DOÑA JULIA, regañando con DON MANUEL, se acerca a NISO, que en ese momento abre los ojos.)
DOÑA JULIA. (A NISO con mimo.) Hola, cariño. Gracias por volver en ti y gracias por todo. De ahora en adelante verás cómo cambio y estoy sólo por ti.
(La parejita disfrazada de gatos también se quita las caretas. Ella es ESCOTOFINA, la hija de DON MAURO, y él, DON CASILLENO, el novio de ella. DON MAURO, al ver a su hija se acerca a ella visiblemente sorprendido.)
DON MAURO. ¡Hija ingrata! ¿Tú aquí sin saberlo tu padre? (A su novio.) ¿Y usted quién es, joven? ¡Cómo se atreve…!
DON CASILLENO. (Con gesto de pedir calma.) Paciencia, don Mauro. No estropeemos la función. En pocas palabras se lo digo: Desde este mismo momento usted es mi suegro; lo demás se lo diré en casa.
(Todos ríen y aplauden.)
FIN
Adaptación libre de Esteban Conde Choya