martes, 27 de diciembre de 2011

Breve diccionario senequista

Hoy vamos con las
Letras M, N, O


M

Mal
Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho.
El bien se conoce más tarde que el mal.
Causa es de obrar mal el haber obrado.
Los males dudosos atormentan más.
Hasta de males hay ambición.
Los últimos males en ninguna manera nos sosiegan.
Mejor sufre el mal quien siempre lo teme.
El que airado procura hacer mal, no se guarda del que
le puede suceder.
No es grave el mal que admite consejo.
Maldad
Ofensa hace a los buenos el que a los malos perdona.
Se considera virtud la maldad que sucede bien.
Maldad es no dejar el beneficio a merced del que lo hace.
Algunas veces una maldad se encubre con otra.
No hay maldad tan grande que carezca de ejemplos.
Maleficio
Todos están conformes contra los maleficios.
Mar
Sin razón se queja del mar el que otra vez navega.
Memoria
Procuramos olvidar lo que, traído a la memoria, nos entristece.
En los hombres grandes no es menos provechosa la memoria que la presencia.
Más dura la memoria de las injurias recibidas que de los beneficios.
La buena memoria es principio de sabiduría.
Miedo
El miedo se pinta en el rostro.
El miedo hace a los hombres valientes.
El miedo es guarda de reinos.
Misericordia
Especie de misericordia es matar súbitamente.
Mozo
Mozos fueron primero los que ahora son hombres.
La ira del mozo, súbito se enciende y fácilmente se apaga.
No se puede formar de los mozos un juicio exacto.
Muerte
Demasiado pronto muere el hombre para llegar a conocer las cosas inmortales.
Otra muerte es no poder llorar en la muerte.
Nunca hubo muerte de que no hubiese queja.
Dos veces muere el que a voluntad de otro muere.
Triste cosa es no saber morir.
Todo lo que de nuestra edad queda atrás, lo tiene la muerte.
Muy sentida es la muerte en que el padre queda vivo.
No murió temprano el que no había de vivir más de lo que vivió.
Es morir bien, morir voluntariamente.
Manchada deja su vida el que procura su muerte.
Para morir, el mejor de los tiempos es el próspero.
Debe esperarse la muerte que la naturaleza ordena.
Por demás se impide la muerte al que está determinado a morir.
Poco importa carecer de sepultura.
Hasta la muerte huye de los desgraciados.
De vivir y de morir nos pesa.
Bien se sufre sola una muerte.
Nadie muere sino a su tiempo.
A hombre muerto toda tierra es natural.
Poco tiene que esperar aquel a quien la vejez hizo vecino de la muerte.
En todas partes se muere.
El que llamas muerto no murió, sino que partió primero.
Uno y otro es cobardía: querer y no querer morir.
El que aconseja que se piense en la muerte, la libertad aconseja.
Mujer
Buena es la mujer cuando abiertamente es mala.
La virtuosa mujer manda a su marido obedeciéndole.
La mujer no admite medio: o ama mucho o aborrece mucho.
Natural es de mujeres deleitarse.
Amor de mujer casta, perpetuo es.




N

Naturaleza
Todo lo que por arte se hace, es más incierto y desigual que lo que naturaleza reparte.
Necesidad
Para nuestra avaricia lo mucho es poco, y para nuestra necesidad lo poco es mucho.




O

Obediencia
La obediencia del vasallo hace pacífico al señor.
Obligación
Cumple religiosamente tus obligaciones del modo mismo que las contrajeres.
Olvidar
Lo que de raíz se aprende, nunca del todo se olvida.
Opinión
De los males posibles ninguno peor que la opinión del vulgo.
No hagas juez de la vida a la opinión popular, sino a tu sola conciencia.
Orden
No puede haber orden cuando hay mucha prisa.
Osadía
La osadía es vencedora de leyes.
Aun los más cobardes hablan con osadía.

domingo, 25 de diciembre de 2011

LA NARRATIVA (1)

LA NARRATIVA (1)

TEXTOS DE INTRODUCCIÓN

"Un texto narrativo es una historia que se cuenta con lenguaje; esto es,
que se convierte en signos lingüísticos. Como se hizo evidente a partir de la
definición de un texto narrativo, estos signos los emite un agente que relata.
El agente no es el escritor. Por el contrario, el escritor se distancia y se
apoya en un portavoz ficticio, un agente al que se denomina técnicamente
narrador. Pero el narrador no relata continuamente. Cuando en el texto aparece
el estilo directo, es como si el narrador transfiriese provisionalmente su
función a uno de los actores. Cuando se describa el estado textual, será por lo
tanto importante determinar quién realiza la narración."

(Teoría de la narrativa, de Mieke Bal)


"Una cosa es lo que cuenta el novelista --la sustancia del contenido-- y otra muy distinta la manera de contarlo--el continente o la expresión--. Una misma historia o anécdota se
puede, por la tanto, contar de muy distintas maneras. Raymond Queneau en Ejercicios de estilo narra de 98 maneras diferentes una misma anécdota: lo que ocurre en un autobús abarrotado de gente y el encuentro de uno de los pasajeros con un amigo. habrá que distinguir,
pues, lo que se suele denominar historia, trama y discurso. la historia es una
narración de sucesos ordenados en su orden temporal. O dicho de otra manera, el
encadenamiento temporal de las acciones que protagonizan los personajes."
(Introducción a los géneros literarios, de Juan Luis Onieva)

"Si nos fijamos en nuestra literatura, es fácil comprobar cómo la mayor parte de la novelística clásica responde al esquema de la sucesión y yuxtaposición de episodios relativamente
aislables, y sólo unificados en función de un protagonista o de unos personajes
centrales. Ya hemos citado los casos del Lazarillo, El Quijote, Guzmán de Alfarache, El Persiles, El Criticón, etc., a los que cabría agregar la mayor parte de las novelas caballerescas, de las pastoriles, las bizantinas, etc.. El esquema del viaje se da en casi todas, así como la
frecuente intercalación de cuentos, novelas cortas, etc.."
(Estructuras de la novela actual, de M. Baquero Goyanes)




1. LA NARRATIVA:
LA HISTORIA Y SUS NARRADORES.

Sin duda alguna el género literario más cultivado y leído es el de la Narrativa. En
este apartado trataremos de la historia que se cuenta en toda narración y los temas fundamentales de la misma. No es lo
mismo historia que argumento, pues mientras éste se basa en la causalidad que
ha originado los hechos, la historia es la mera narración de los mismos aunque
sujetos a un marco temporal. Por último, debemos aclarar que una historia no
existe si no se viste de lenguaje; por ello, una misma historia puede contarse
de muchos modos, según los recursos lingüísticos empleados para contarla.
Dicho esto, la historia puede ser real, irreal, mezcla de una y otra; incluso puede recoger la vida de una persona, conocida o desconocida. Veamos por separado los tipos de historia más corrientes:

.-Parte de la vida de un personaje, como es el caso de Lazarillo de Tormes, que abarca desde el nacimiento del pícaro en el molino del río hasta que se casa en Toledo y ejerce un oficio más o menos honrado.
.-Vidas enteras de un personaje famoso, generalmente reales, contadas en tercera persona, caso de las Biografías (Vidas de los Césares, por ejemplo) o en primera persona, como los libros de Memorias.
.-Historia de un momento decisivo en la vida de un personaje, como en Cinco horas con Mario, de Delibes, en que Carmen, plantea a su marido de cuerpo presente una serie de problemas vitales compartidos con él mientras espera a que vengan los empleados de la funeraria a llevarse el féretro.
.-Un acontecimiento, una experiencia, un proceso de la vida cotidiana, etc. que influirán en el resto de la vida de un personaje o de varios, suceso que puede englobar un tiempo más o menos extenso, como lo ocurrido en El Jarama, de Sánchez Ferlosio, donde un grupo de chicos y
chicas se divierten un domingo de verano a orillas de ese río hasta que el ahogamiento de Luci, una de las chicas, trastoca la alegría en desolación y cambia repentinamente la vida de sus amigos.

.-También hay historias cuyos actores principales son animales, como podemos ver en algunos apólogos del El Conde Lucanor, de don Juan Manuel (Lo que le sucedió a una zorra con un cuervo..., Lo que le pasó a la golondrina con los otros pájaros..., Lo que hacen las hormigas para defenserse...), y otros cuentos tradicionales, como el tan conocido de El gato con botas. Otras historias tratan de viajes (20000 leguas de viaje submarino, de Verne), de ciudades (La ciudad de los prodigios, de E. Mendoza), de objetos (La carta robada, de Poe), de fenómenos naturales (El
rayo de luna, de Bécquer), de batallas (Zaragoza, de Galdós), etc.

Por otra parte, ninguna historia puede existir si no hay detrás un narrador que la cuente desde un
punto de vista determinado. Existen varias clases da narrador:

.-Narrador externo que habla en tercera persona y lo sabe todo de la acción y de los personajes del relato. Por ejemplo, en Zalacaín el aventurero, de Pío Baroja, la persona que habla es omnisciente, conoce hasta el menor detalle de lo que ocurre y lo que piensa cada personaje de la
novela, incluido el protagonista.


"En esta época, los chicos no iban tanto a la escuela como ahora, y Martín pasó mucho tiempo sin sentarse en sus bancos. No sabía de ella más sino que era un sitio oscuro, con unos cartelones blancos en las paredes, lo cual no le animaba a entrar. Le alejaba también de aquel modesto centro de enseñanza el ver que lo chicos de la calle no le consideraban como uno de los suyos, a causa de vivir fuera del pueblo y de andar siempre hecho un andrajoso."
En este tipo de narrador omnisciente puede aparecer la voz del propio autor para dirigirse de vez en cuando al lector avisando, recriminando, valorando los hechos o los dichos de uno o más personajes. es lo que ocurre en muchas de nuestras novelas realistas (las de Galdós, Pereda, Valera...)

.-Narrador externo que habla en tercera persona, pero sólo sabe lo que ve y oye; actúa como una cámara, que registra la imagen y el sonido, sin participar en la acción ni opinar sobre ella. La citada novela de Sánchez Ferlosio, El Jarama, es uno de sus mejores exponentes.
.-Narrador externo que habla en tercera persona y se identifica con un personaje de la
novela; puede estar presente en las acciones principales de la novela, como ocurre con Lolo, el protagonista de tres años de El príncipe destronado, de Delibes.

.-Narrador interno que habla en primera persona y participa en la acción del relato como protagonista de la misma; presta a la narración un tono subjetivo e intimista y la caracteriza como autobiográfica. El citado caso del Lazarillo de Tormes o de cualquiera de los personajes principales de las novelas picarescas son claros ejemplos.
"Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé. Desde aquella hora quise mal al mal ciego, y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo."
.-Narrador interno que habla en primera persona y participa en la acción del relato como un personaje secundario; se llama también narrador testigo porque suele ser un personaje que ha
presenciado los acontecimientos de la historia. Así ocurre con Nelly, la criada de Cumbres borrascosas, de Emily Brontë, sin cuya narración no conoceríamos los detalles del amor tempestuoso entre Catherine y Heathcliff.
También se emplea la primera persona del plural (Azorín, Cortázar).
.-Narrador que emplea la segunda persona (el tú o el usted) para dirigirse a un personaje de
la novela; puede ser omnisciente o cualquier otra clase de narrador. La citada novela de Delibes, Cinco horas con Mario, es un ejemplo palmario, en el cual la viuda se dirige durante toda la novela a su difunto marido, de cuerpo presente, para reprocharle sus defectos y las consecuencias que han causado en la vida de ella misma. O Señora de rojo sobre fondo gris, del mismo Delibes, donde la segunda persona alterna con otras.
"Hace una hora, cuando llegaste, miraba, como cada día, el camino de grava desde el escañil. Vi cruzar tu coche ante el tragaluz. Te estaba esperando. Alicia me lo comunicó ayer. me dijo: Ha terminado la pesadilla. los han soltado. Ana irá a verte mañana. A través de ese cristal
llega hasta mí la apagada vida del pueblo... Todo lo que conforma mi vida actual se recorta cada mañana en el tragaluz. Lo miro todo; lo veo todo. Soy como Dios."

Lecturas y actividades
1. Lee los siguientes textos y contesta las preguntas:


“Alfanhuí y su maestro hablaron mucho aquellas noches. El maestro contó cómo había comido una vez una cereza de la silla. Sabía a nueces, a brasero apagado y a velas de esperma, que es el sabor de los interiores y del hastío de las casas. El maestro había visto en sueños toda la historia de aquel cerezo la noche en que había comido su fruto. Lo había plantado en el jardín el
antiguo dueño de la casa, que era ebanista. Tiempo después se había casado este hombre con una mujer joven y muy guapa y había cortado el cerezo para hacerle una silla. La mujer se sentaba allí todas las tardes, y hacía labor sobre su regazo.”
(Industrias y andanzas de Alfanhuí, de R. S. Ferlosio)

“Desta manera me fue forzado sacar fuerzas de flaqueza, y poco a poco, con ayuda de las buenas gentes, di conmigo en esta insigne ciudad de Toledo, adonde, con la bondad de Dios, después de
quince días se me cerró la herida; y mientras estaba malo, siempre me daban alguna limosna: mas después que estuve sano, todos me decían: “Tú, bellaco y gallofero eres; busca, busca un amo a quien sirvas.” ¿Y adónde se hallará este—decía yo entre mí--, si Dios ahora de nuevo (como crió al mundo) no lo criase? Andando así, discurriendo de puerta en puerta con harto poco remedio (porque ya la caridad se subió al cielo), topóme Dios con un escudero que iba por la calle con razonable vestido, bien peinado, su paso y compás en orden; miróme y yo a él; y díjome: “Muchacho, ¿buscas amo?” Yo le dije: “Sí, señor”. “Pues vente tras mí—me respondió--, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo. Alguna buena oración rezaste hoy. Y seguíle, dando gracias a Dios por lo que le oí, y también que me parecía, según su hábito y continente, ser el que yo había menester.”
(Lazarillo de Tormes, Anónimo)

“Por todos lados descubríamos navíos dispersos, la mayor parte ingleses, no sin grandes averías y procurando todos alcanzar la costa para refugiarse. También los mismos españoles y franceses, unos desarbolados, otros remolcados por algún barco enemigo. Marcial reconoció en uno de estos al “San Ildefonso”. Vimos flotando en el agua multitud de restos y despojos, como
masteleros, cofas, lanchas rotas, escotillas, trozos de balconaje, portas, y, por último, avistamos dos infelices marineros que, mal embarcados y en un gran palo, eran llevados por las olas, y habrían perecido si los ingleses no corrieran al instante a darles auxilio. Traídos a bordo del “Trinidad”, volvieron a la vida, que, recobrada después de sentirse en los brazos de la
muerte, equivale a nacer de nuevo.”
(Trafalgar, de Benito Pérez Galdós)



a) ¿Qué tipo de historia se cuenta en cada uno de los textos anteriores? Razona tu respuesta.
b) Explica qué clase de narrador es el que la narra cada una de ellas. Justifica tu elección.
c) Cuenta brevemente el contenido de cada una de las historias que se narran en los textos anteriores.

2. LA NARRATIVA: LOS PERSONAJES.

Lo mismo que no hay narración sin historia, tampoco sería posible hablar de narración en la que no salieran personajes. Pues son ellos los que realizan los hechos de la historia o nos cuentan lo que ocurre en ella. Veamos en esta unidad los tipos de personajes que pueden darse.

Los personajes de la narrativa suelen ser seres vivos, personas la mayoría de las veces, Don Quijote, Ana Ozores, el Lazarillo…; en ocasiones familias, como apreciamos en Nada, de Carmen Laforet, donde se nos pinta el modo de vivir de los tíos y la abuela de Andrea, la estudiante que va a vivir a la casa que poseen aquéllos en la calle de Aribau de Barcelona. Pero también los animales pueden ser personajes (ahí están los ejemplos de Moby Dick, Colmillo blanco, Juan Salvador Gaviota...). En Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, por ejemplo, el burrito del poeta se convierte en el verdadero protagonista de los numerosos acontecimientos que suceden en la
obra.

“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...”

Otras veces ocurre que el personaje de una narración por la noche se acuesta en la historia siendo persona y se despierta a la mañana siguiente convertido en animal. Es el caso conocido de Samsa, criatura inventada por Kafka en su Metamorfosis. Ejemplos parecidos al anterior ya se dieron en
la obra latina del mismo nombre de Ovidio, en la cual las personas no sólo se transforman, por bendición o maldición de los caprichosos dioses, en animales (pájaros, arañas, etc.), sino en vegetales, como los fieles esposos Cimón y Baucis o el caso más conocido de la ninfa Dafne que, perseguida por Apolo, acaba convirtiéndose en laurel. En El bosque animado, de W. Fernández. Flórez, el verdadero protagonista de la obra son los árboles que forman ese bosque y los animales que viven en él. Hasta un muñeco de madera puede erigirse en protagonista de una historia, como es el caso de Pinocho, de la obra homónima de Collodi. Y hay obras como en Alicia
en el país de las maravillas donde los animales adquieren igual protagonismo que las personas.

Existen otros modos de clasificar a los personajes de la narración. En primer lugar, pueden ser personajes planos, si son estereotipos o se comportan basados en una sola cualidad (son buenos o malos, por ejemplo) y cuyo comportamiento es siempre previsible; y personajes redondos,
cuando son más complejos y cuya caracterización va tejiéndose a medida que se desarrolla la trama de la narración a la que pertenecen.

También pueden dividirse en personajes principales, cuando la acción narrativa se mueve alrededor de ellos; son los casos de Don Quijote, Ana Ozores, Mario y tantos otros; y secundarios, si sólo ayudan a que los principales puedan ejercer su cometido o a dar otra visión del tema central de la historia, como Sancho Panza, Fermín de Pas o Carmen, por citar otros que
pertenecen a las mismas obras que los anteriores.
Finalmente, pueden recibir otros nombres, como personaje protagonista, frente al antagonista, personaje múltiple o colectivo (los más de trescientos personajes de La colmena, de Cela, podrían
considerarse de este tipo), personaje figurante o incidental, que ejerce un papel intrascendente en la obra y muchas veces sirve para ayudar a crear ciertos ambientes sociales...; incluso puede
darse el caso del personaje ausente, del que se habla en la obra pero no aparece en ella, como la madre de Elena en La soledad era esto, de Juan José Millás, por citar un ejemplo.

En cuanto a la caracterización de los personajes, el autor de la narración puede valerse de varias fórmulas:
.-El narrador omnisciente lo retrata directamente y lo hace de manera completa y objetiva, diciéndonos del personaje hasta el detalle más pequeño, la edad, sus rasgos físicos, aficiones y hasta las comidas que suele hacer o las ropas que lo visten. Eso hace Cervantes con su personaje
principal en su obra más famosa. O “Azorín” en este fragmento de Las confesiones de un pequeño filósofo:
“Mi tío Antonio era un hombre escéptico y afable; llevaba unalarga y fina cadena de oro que le pasaba y repasaba por el cuello; se ponía unas veces una gorra antigua con dos cintitas detrás, y otras un sombrero hongo, bajo de copa y espaciado de alas (…). Era un hombre dulce: cuando se
sentaba en la sala, se balanceaba en la mecedora suavemente, tarareando por lo bajo, al par que en el piano tocaban la sinfonía de una vieja ópera.”

.-El narrador protagonista o el narrador testigo lo retratan indirectamente, es decir, dicen de él lo que saben y de qué modo los impresiona o los efectos que en ellos producen los rasgos de carácter y el modo de actuar del personaje. Juan Ramón Jiménez retrata a Platero según
lo ve él y describe este o aquel rasgo del burrito atendiendo al sentimiento, cariño, lástima, sorpresa…, que causa en él.
"En las lentas madrugadas de invierno, cuando los gallos alertas ven las primeras rosal del alba y las saludan, Platero, harto de dormir, rebuzna largamente. ¡Cuán dulce su lejano despertar, en la luz celeste que entra por las rendijas de la alcoba! (...) Y pienso en lo que habría sido del pobre Platero si en vez de caer en mis manos de poeta hubiese caído en las de uno de esos carboneros que van, todavía de noche, por la dura escarcha de los caminos solitarios, a robar los pinos de los montes."

.-El propio personaje se retrata a sí mismo, diciendo cómo actúa, habla o escribe. Son casos muy conocidos en nuestra novelística contemporánea los siguientes: el de Pascual Duarte, personaje creado por Camilo José Cela en La familia de Pascual Duarte, novela tildada de tremendista
por muchas razones, como veremos en su momento; y el de Lorenzo, bedel y cazador, que Delibes hizo protagonista de sus dos novelas con forma de diario: Diario de un cazador y Diario de un emigrante.
"Había que herir con los ojos bien abiertos, con los cinco sentidos puestos en el golpe. Había que
conservar la serenidad que parecía ya como si estuviera empezando a perder ante la vista del cuerpo de mi madre... El tiempo pasaba y yo seguía allí, parado, inmóvil como una estatua, sin decidirme a acabar. No me atrevía; después de todo era mi madre, la mujer que me había parido. Con echarme al mundo no me hizo ningún favor, absolutamente ninguno."


Lecturas y actividades
Lee los textos siguientes y contesta a las preguntas:

1.
" Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita de miel… Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco como de piedra. Cuando paso sobre él los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
--Tiene acero…Tiene acero. Tiene acero y plata de luna al mismo tiempo.”

Juan Ramón Jiménez

2.
“Yo quiero evocar mi vida; en esta soledad, entre estos volúmenes, que tantas cosas me han revelado en estas noches plácidas, solemnes, del verano, parece que resurja en mí, viva y angustiosa, toda mi vida de niño y adolescente. Y si dejo la mesa y salgo un momento al balcón, siento como un aguzamiento doloroso de la sensibilidad cuando oigo en la lejanía el aullido
plañidero y persistente de un perro cuando contemplo el titileo misterioso de una estrella en la inmensidad infinita. Y entonces, estremecido, enervado, torno a la mesa y dudo ante las
cuartillas de si un pobre hombre como yo, es decir, de si un pequeño filósofo, que vive en un grano de arena perdido en lo infinito, debe estampar en el papel los minúsculos acontecimientos de su vida prosaica.”

“Azorín”

3.
“ El gato es el más romántico de los animales; su alianza con el hombre está hecha sólo para poder ensoñar con comodidad, libre de los absorbentes cuidados de ganar la vida y defenderla.
El perro da, en cambio, su trabajo y se muestra siempre dispuesto a él, con celo impaciente. El gato, no. Si coge algún ratón es porque le distraen las peripecias de la caza, pero a veces, cuando está sumido en fantasías cautivadoras, los deja pasar a su lado sin molestarse en entreabrir los párpados. No admite dueños sino anfitriones, y por eso no sirve sino que se deja servir. Tan seguro está de sus propias perfecciones, de la belleza de su piel, de la elegancia de todas sus actividades, que entiende pagar la máxima merced con su presencia.”
W. Fernández Flórez

4.
“Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto finos y de buena educación, y su rostro
moreno no carecía de cierta gracia interesante que, manoseada ya por la vejez, era una gracia borrosa y apenas perceptible. Más de la mitad de la dentadura conservaba. Sus ojos, grandes y oscuros, apenas tenían el ribete rojo que imponen la edad y los fríos matinales. Su nariz destilaba menos que las de sus compañeras de oficio, y sus dedos, rugosos y de abultadas coyunturas, no
terminaban en uñas de cernícalos. Eran sus manos como de lavandera, y aún conservaban hábitos de aseo. Usaba una venda negra bien ceñida en la frente; sobre ella, pañuelo negro, y negros el manto y vestido, algo mejor apañaditos que los de las otras ancianas."
Benito Pérez Galdós

a) Identifica el tipo de personaje de cada uno de los textos anteriores.
b) Explica cómo está caracterizado cada uno de ellos.
FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS SEGUIDORES DE MIS BLOGS

viernes, 23 de diciembre de 2011

ABRE LA VENTANA

Abre la ventana,

y el sol dorará el membrillo de tu alma.

Cierra la ventana,

y la sombra apagará el brillo de tu mirada.

Abre la ventana,

y tu cuerpo olerá a savia y a esperanza.

Cierra la ventana,

y todo tu futuro se voloverá nostalgia.

Abre la ventana,

y entrará en tu corazón la confianza.

Cierra la ventana,

y crecerá en tu corazón la desesperanza.

Abre la ventana,

y el rescoldo de tu amor avivará sus llamas.

Cierra la ventana,

y el ansia de amar se batirá en retirada.

Abre la ventana,

y la libertad te dará más alas.

Cierra la ventana,

y tu vida devendrá soledad encarcelada.

Abre la ventana,

y la dicha cortejará tu casa.

Cierra la ventana,

y la amargura anegará tu almohada.

¡Abre la ventana!

martes, 20 de diciembre de 2011

La familia en la literatura española


La familia como protagonista colectivo

Volviendo a la familia como protagonista colectivo de la obra, nuestra Literatura muestra
variados ejemplos. Uno de ellos es el que Pío Baroja retrata en La casa de Aizgorri (1900), primera novela de las tres que forman la trilogía titulada Tierra vasca.

Escrita en forma dialogada, La casa de Aizgorri pinta una familia semifeudal, cuyo jefe, don Lucio, construye una destilería de aguardiente y le da tanto a la bebida que muere a causa de ella. Pero eso no es lo peor, sino que a sus hijos Luis y Águeda les deja como herencia una fortuna
hipotecada y la inminente quiebra. Luis, heredero de los vicios de su padre, prefiere huir de la casa el mismo día de la muerte de su progenitor, mientras que Águeda, de corazón noble y carácter valiente, intenta sacar adelante la herencia de su padre y, ayudada por el dueño de una pequeña fundición que hipoteca para ese fin, convierte la destilería en hospital. Sin embargo, la
nueva empresa fracasa incluso antes de llevarse a cabo.

Veamos un fragmento del diálogo que mantienen Águeda y don Julián, el médico del pueblo
antes de la muerte de don Lucio, padre de aquélla, sobre los efectos del alcohol.
“Don Julián.—Es que los efectos del alcohol son lentos. El daño que hace en el padre se
manifiesta en el hijo o en el nieto.
Águeda.-- ¿Y usted cree que en nuestro pueblo ha sucedido algo de eso?
Don Julián.-- ¡Ya lo creo! Arbea era uno de los pueblos más fuertes de las provincias
vascongadas, pueblo de agricultores, semibárbaros, que vivía en este valle hundido. Los Aizgorris, tus antepasados, eran los señores,, los jaunchos, como los llamaban aquí, gente aguerrida, con la hermosa crueldad del salvaje; hombres enérgicos, de músculos y de corazón duros como el acero. Vino tu abuelo y puso la fábrica, excitado por el lucro, y poco a poco el alcohol fue infiltrándose y la degeneración cundió por todas partes.
Águeda.—Y de los padres ha pasado a los hijos, ¿verdad?
Don Julián.—Ahí está, precisamente, el mayor mal. Ése es el aspecto más triste de los efectos
del alcohol: no mata, pero hace degenerar a la descendencia, seca las fuentes de la vida. Así los hijos nacidos, desequilibrados y enclenques, pagan las culpas de los padres, por esa fatalidad inexorable de la herencia. (Contemplando a Águeda, que está pensativa y ensimismada.) ¿En qué pìensas?
Águeda.—Pienso en la obra funesta de mi familia. (Sonriendo con tristeza.) Porque, para usted,
nosotros hemos sido los envenenadores del pueblo.”

Una familia especial es la que vive en casa de don Ramón de Villaamil, protagonista de la
novela de Galdós Miau (1888).
Villaamil es un anciano funcionario de Hacienda que próximamente va a quedar cesante en la
empresa donde ha trabajado toda su vida, y ahora su máxima aspiración es trabajar los dos meses que le faltan para conseguir una pensión que les permita a él y a su familia vivir dignamente. Para ello, debe encontrar buenas recomendaciones, y mientras pedir ayuda a los amigos y endeudarse. Su más fiel colaborador es Luis Cadalso, su nieto, que ejerce de cartero de su abuelo continuamente. El pequeño vive con su familia materna tras la trágica muerte de su madre. Convive con tres mujeres: doña Pura, Milagros y Abelarda; unas apasionadas de la buena
vida y asiduas asistentes a la ópera. Por su aspecto relamido, sus facciones menudas y aniñadas y sus pretensiones de aparentar son llamadas «las Miau». Fingen constantemente y amargan la vida de don Ramón con su inconsciencia, frivolidad y estupidez. No se conforman con llevar una vida media, sino que buscan la manera de continuar perteneciendo a la clase acomodada mediante préstamos y empeños constantes.
Con el continuo ir y venir de Luis con las cartas de su abuelo, las salidas a la ópera de las
mujeres y la penuria económica, comienza a dibujarse en la casa una trágica normalidad, que empieza a hundir a Villaamil. Pero entonces llega la sorpresa: aparece el padre de Luis, Víctor Cadalso, que también trabaja en la Administración. Pero a diferencia de Villaamil, no basa su trabajo en la honradez. Víctor se instala en la casa, y a lo largo de su estancia genera continuos conflictos. Seduce a Abelarda prometiéndole amor eterno, sólo para pasar el rato, y cuando ella le
confiesa que también está enamorada, la abandona.
Una deuda contraída con su hermana, lleva a Víctor a entregarle a su hijo. Esto, unido a
su ascenso en la empresa y a la impotencia que siente don Ramón por no poder colocarse, genera tal sentimiento de frustración en él que, cuando se formaliza la boda de su hija y observa que ya no será necesario para su familia, económicamente hablando, se quita la vida.


Leamos un pasaje de la novela en el que doña Pura recrimina a su marido don Ramón su falta de carácter comparándolo al de Víctor Cadalso, su yerno:
“Era el más bruto de la oficina. Ya se sabía; descubierta una barbaridad, todos decían:
“Cucúrbitas”. Después ni un día cesante, y siempre para arriba. ¿Qué quiere decir esto? Que será muy bruto, pero que entiende mejor que tú la aguja de marear. ¿Y crees que no se hace pagar a tocateja el despacho de los expedientes?
--Cállate, mujer.
--¡Inocente!... Ahí tienes por lo que estás como estás, olvidado y en la miseria; por no tener
ni pizca de trastienda y ser tan devoto de San Escrúpulo bendito. Créeme, eso ya no es honradez, es sosería y necedad. Mírate en el espejo de Cucúrbitas; él será todo lo melón que se quiera, pero
verás cómo llega a director, quizá a ministro. Tú no serás nunca nada, y si te colocan, te darán un pedazo de pan, y siempre estaremos lo mismo (acalorándose). Todo por tus gazmoñerías, porque no te haces valer, porque fray Modesto ya sabes que no llegó nunca a ser guardián. Yo que tú, me iría a un periódico y empezaría a vomitar todas las picardías que sé de la Administración, los enjuagues que han hecho muchos que hoy están en candelero. Eso, cantar claro, y caiga el que caiga…, desenmascarar a tanto pillo… Ahí duele. ¡Ah!, entonces verías cómo les faltaba tiempo para colocarte; verías cómo el director mismo entraba aquí, sombrero en mano, a suplicarte que
aceptaras la credencial.
--Mamá, que es tarde—dijo Abelarda desde la puerta, poniéndose la toquilla.
--Ya voy. Con tantos remilgos, con tantos miramientos como tú tienes, con eso de llamarles a
todos dignísimos y ser tan delicado y tan de ley que estás siempre montado al aire como los brillantes, lo que consigues es que te tengan por un cualquiera. Pues sí (alzando el grito), tú
debías ser ya director, como esa es luz, y no lo res por mandria, por apocado, porque no sirves para nada, vamos, y no sabes vivir. No; si con lamentos y con suspiros no te van a dar lo que pretendes. Las credenciales, señor mío, son para los que se las ganan enseñando los colmillos. Eres inofensivo, no muerdes, ni siquiera ladras, y todos se ríen de ti. Dicen: “¡Ah, Villaamil, qué
honradísimo es! ¡Oh!, el empleado probo…” Yo, cuando me enseñan un probo, le miro a ver si tiene los codos fuera. En fin, que te caes de honrado. Decir honrado, a veces es como decir ñoño. Y no es eso, no es eso. Se puede tener toda la integridad que Dios manda, y ser un hombre que mire por sí y por la familia…
--Déjame en paz—murmuró Villaamil desalentado, sentándose en una silla y derrengándola.
--Mamá—repetía la señorita, impaciente.
--Ya voy, ya voy.
--Yo no puedo ser sino como Dios me ha hecho—declaró el infeliz cesante--. Pero ahora no se
trata de que yo sea así o asado; trátase del pan de cada día, del pan de mañana. Estamos como queremos, si… tenemos cerrado el horizonte por todas partes. Mañana…
--Dios no nos abandonará—dijo Pura intentando robustecer su ánimo con esfuerzos de esperanza, que parecían pataleos de náufrago--. Estoy tan acostumbrada a la escasez, que
la abundancia me sorprendería y hasta me asustaría… Mañana…
No acabó la frase ni aun con el pensamiento. Su hija y su hermana le daban tanta prisa, que
se arregló apresuradamente.”

Otra familia igualmente singular, es la que Carmen Laforet retrata en Nada (1944), novela que
obtuvo el recién inaugurado premio Nadal. En ella Andrea, una joven canaria, que viene a Barcelona a estudiar en la Universidad, se instala en el piso su abuela, situado en la calle de Aribau. Allí se encontrará con una familia cuyos miembros son cada cual más raro y conflictivo. Junto a la anciana viven sus hijos Angustias, Román y Juan y Gloria, la mujer de este último. La primera es una beata hipócrita que acosa a la sobrina advirtiéndole de los peligros que encierra la sociedad, cuando ella no tiene reparo alguno en mantener relaciones sexuales con un casado y para evitar el qué dirán se marcha de casa para meterse monja. Román es el tío pintor y bohemio, que vive al margen de las convenciones sociales. Mientras que su otro tío Juan, es un maltratador que inflige a su mujer Gloria todo tipo de vejaciones incluido el maltrato físico; por otro lado, Gloria es el tipo de mujer débil y acomodaticia, que sufre en silencio y sigue queriendo, pese a todo, a su marido. El único personaje inocente, que parece vivir sólo y exclusivamente para lograr la paz en su familia es la abuela. Andrea, la universitaria adolescente, testigo y narradora
de los hechos, se ve envuelta en una atmósfera irrespirable; sólo el conocimiento de Ena, una compañera de la Universidad, puede salvarla.
Leamos lo que le dice la tía Angustias a Andrea al principio de vivir en el piso de la abuela
sobre el resto de la familia:
“Tengo que advertirte algunas cosas. Si no me doliera hablar mal de mis hermanos te diría
que después de la guerra han quedado un poco mal de los nervios… Sufrieron mucho los dos, hija mía, y con ellos sufrió mi corazón… Me lo pagan con ingratitudes, pero yo les perdono y rezo a Dios por ellos. Sin embargo, tengo que ponerme en guardia…
Bajó la voz hasta terminar en un susurro casi tierno:
--Tu tío Juan se ha casado con una mujer nada conveniente. Una mujer que está estropeando su
vida… Andrea; si yo algún día supiera que tú eras amiga de ella, cuenta con que me darías un gran disgusto, con que yo me quedaría muy apenada…
Yo estaba sentada frente a Angustias en una silla dura que se me iba clavando en los muslos bajo la falda. Estaba además desesperada porque me había dicho que no podría moverme sin su voluntad y la juzgaba sin ninguna compasión, corta de luces y autoritaria. He hecho tantos juicios equivocados en mi vida, que aún no sé si éste era verdadero. Lo cierto es que
cuando se puso blanda al hablarme mal de Gloria, mi tía me fue muy antipática.”

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Breve diccionario senequista

Seguimos con el Diccionario, hoy con las letras H, I, L

H

Hambre
Todo lo vence el hombre menos el hambre.
En poca costa nos mete el hambre y en mucha el hastío.
Hastío
En poca costa nos mete el hambre y en mucha el hastío.
Hombre
Mozos fueron primero los que ahora son hombres.
Todo lo vence el hombre menos el hambre.
Todo lo puede esperar el hombre mientras viva.
Lo más perfecto que hay en el hombre está libre del poder de los hombres.
Honestidad
No hay cosa honesta que no sea útil.
Todo honesto tiene por bajeza el que a su cuerpo ama demasiado.






I

Inconstancia
La inconstancia acorta los días de nuestra vida.
Inexperiencia
La inexperiencia destruye e inutiliza muchas buenas ocasiones.
Ingenio
Desde la infancia da señales el ingenio.
Curioso es naturalmente nuestro ingenio.
Ignorancia
La ignorancia en las gentes siempre está en su principio.
Ingrato
Ingrato es el que sólo en secreto es agradecido.
Ingrato es el que por miedo es agradecido.
Injuria
El que desea hacer una injuria ya la ha hecho.
El mayor castigo de la injuria es haberla hecho.
Injusto
Quien puede ser injusto quiere serlo.
Injusto es hacer mal al que menos veces te lo hizo.
Inocencia
Muchas veces por dolor la inocencia se hace culpable.
Parte de inocencia es la ceguedad.
Yerra el que por odio del malo pone su inocencia en peligro.
Ira
Arrojo nos da la ira.
No hay mal que n haga una mujer airada.
La ira del mozo, súbito se enciende y fácilmente se apaga.
En nadie es la ira más peligrosa que en el que a otro castiga.
El sabio nunca provoca la ira del poderoso, sino que procura evitarla.




L

Lealtad
La confianza produce muchas veces la lealtad.
Lectura
No interesa el que leas muchos libros; interesa más el que sean buenos libros los que leas.
Libertad
Carecemos de libertad para nacer a nuestro arbitrio.
El que aconseja que se piense en la muerte, la libertad aconseja.
Obedecer a Dios es libertad.
En los ancianos es ocasión de más constancia el estar cerca de su libertad.
Libro
La diversidad de libros distrae el entendimiento.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Mónologo del preso


MONÓLOGO DEL PRESO

Adaptación muy libre de un poema
del chileno Víctor Domingo Silva (1882-1960)

No saben ustedes lo guapa que era la americanita, la hija mayor de mi patrón mister Edward. Marylin de nombre pero que nosotros la llamábamos cariñosamente Lin.
Era rubia como el oro y más bonita que un día de sol.
(Pausa.)
Todavía recuerdo el alboroto que formaba cuando aparecía por la hacienda montada en su caballo Carbonero, negro y bello como una noche de verano, una mano en el lazo y otra en la rienda, chaqueta de cuero larga y pantalones tejanos. Iba ella mejor a caballo que todos nosotros juntos andando, y cuidado con que alguien hiciera el menor comentario negativo sobre la señorita y su manera de montar.
Una vez se le ocurrió a un lechuguino criticar la forma de montar de Lin, y poco le duró la crítica en la boca pues de un solo golpe de su lazo la señorita lo sacó de la silla de su caballo limpiamente.
(Pausa.)
Todos la queríamos a rabiar, se lo juro, y cuando se ausentaba de la hacienda para hacer algún recado en la capital, más la echábamos de menos a ella que al vino de las fiestas.
Lin tocaba a la perfección el acordeón y la guitarra, y en los rodeos, corriendo vacas con su corcel Carbonero, nos superaba a todos con una gracia y una elegancia dignas de premio.
(Pausa más larga.)
Pasó el tiempo. Se fue la señorita a vivir a la capital. Resultó para todos una verdadera desgracia verse privados de su belleza y alegría. Fue tan grande la pena que nos entró, que nos dio por beber sin freno y hasta olvidábamos a ratos la faena. Hasta que nos enteramos de que se había casado y que se iba a América. Incluso vimos en los papeles la noticia de su boda y a ella vestida de novia con un ramo de flores de azahar. Tan bonita como siempre. Y al novio más contento que unas castañuelas. ¡Cómo no iba a estarlo si se había llevado la flor de estos lugares, la luz que para nosotros relucía más que una estrella de Navidad.

(Pausa.)
Déjeme que haga memoria, como cada uno aprecia lo que tiene, ponga atención en lo que viene ahora, que es lo mejor de esta historia. Dicen que el marido era malo y muy celoso y un día nos dijeron que se había vuelto loco porque le había dicho ella en un momento de sinceridad que no estaba segura de si lo quería de verdad o no, y sin darle tiempo a explicarle sus dudas, desenfundó la pistola y la mató de un tiro.
(Pausa larga.)
¿Que por qué estoy aquí? Por muy poca cosa. Un día que acompañé al patrón a comprar ganado a la capital me perdí en la plaza y oí hablar del suceso del asesinato de la señorita, y un forastero
faltón y voceras por demás, con la boca caliente de tanto hablar de lo que desconocía, se permitió decir que la señorita Lin había llevado su merecido porque era una… ¡Señor! ¡Cómo iba
a ser eso mi patroncita! Y sin esperar un segundo, me llegué al forastero faltón, le llamé mal
nacido y saqué a relucir a todos sus parientes sin dejar a nadie, y como quiso pasarse de valiente y bravucón, lo desafié a pelear de hombre a hombre y en menos que canta un gallo lo cosí a cuchilladas por deslenguado.
(Pausa.)
Ni me arranqué corriendo ni me escondí de nadie. Fui hecho preso. ¿Por qué andar con
engaños? Me abrieron proceso y, demostrada mi culpabilidad, me condenaron a veinte años. Soy un reo, un penado. ¿Y que hay con eso?
FIN

domingo, 4 de diciembre de 2011

Lafamilia en la literatura española


La relación padre-hijo y viceversa

La relación padre-hijo o viceversa presenta variantes contrapuestas en nuestra literatura.
El aspecto positivo lo vemos en las Coplas por la muerte de su padre (1479),
de Jorge Manrique, o en El alcalde de Zalamea (1639), de
Calderón de la Barca. El negativo aunque con final feliz, en La vida es sueño (1635), del
dramaturgo anterior, y, de consecuencias terribles, en La tierra de Alvargonzález
(1912), de Antonio Machado. Si bien existen hechos en que la relación padre-hijo
adquieren tintes dramáticos porque interviene el elemento patriótico, como es
el caso de Guzmán el Bueno, que, siendo gobernador de Tarifa, prefiere la
defensa e integridad de la ciudad a la vida de su propio hijo, acompañando su
patriótica decisión con el ya mítico gesto de arrojar desde la muralla a los
sarracenos, que tienen de rehén a su hijo, su propio cuchillo para que le den
muerte; tema llevado a la literatura entre otros por Antonio Gil de Zárate, en
su drama histórico titulado precisamente Guzmán el Bueno (1842).

En las Coplas, además de hablar de la fugacidad de la vida y sus elementos materiales, del
paso inexorable del tiempo y del poder igualatorio de la muerte, entre otras
cosas, el hijo poeta presenta a su padre como un dechado de virtudes, entre las
que destacan la aceptación de la muerte con resignación cristiana. He aquí unas
cuantas estrofas donde se aprecia el homenaje final, la ternura y el amor que
un hijo siente por su padre fallecido:
“Aquel de buenos abrigo,
amado, por virtuoso,
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
sus hechos grandes y claros
no cumple que los alabe
pues los vieron;
ni pretendo hacerlos caros,
ya que el mundo todo sabe
cuáles fueron.

Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
y parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
y valientes!
¡Qué seso para discretos!
¡Qué gracia para donosos!
¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos!
¡A los bravos y dañosos,
¡qué león!
Luego sigue una larga lista de virtudes en comparación con figuras ilustres de la historia
pasada: bondadoso como Trajano, generoso como Tito, clemente como Antonio Pío,
elocuente como Adriano, etcétera, etcétera.
Acaban las Coplas con la visita que le hace la Muerte en su villa de Ocaña invitándole a dejar este mundo engañoso y perecedero para entrar en otra vida mejor y perdurable. Obviamente, como buen cristiano, el maestre consiente de buen grado:
“No tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
para todo;
y consiento en mi morir
con voluntad placentera,
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
es locura.”
Y tras pedir perdón a Jesús, exhala su último aliento rodeado de su familia. De este modo
pinta el poeta, su hijo, ese momento:
“Así, con tal entender ,
todos sentidos humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos y hermanos
y criados,
dio el alma a quien se la dio
--el cual la ponga en el cielo,
en su gloria--,
que aunque la vida perdió,
dejónos harto consuelo
su memoria.”

En El alcalde de Zalamea, se cuenta la historia del alcalde Pedro Crespo.
Éste, un rico labrador viudo entrado en años, es feliz porque tiene cuanto puede desear ya que la vida le ha concedido unos hijos buenos y disfruta de una bien ganada fama de hombre honesto. Hasta que un día Isabel, su querida hija es violada por el capitán Álvaro de Ataide, que se alojaba en casa del labrador.
La hija se lo cuenta al padre y éste, viendo afligido que, tras rogar al infractor que repare el daño que ha hecho casándose con la ofendida, recibe como respuesta la burla y la vejación, manda, como alcalde, primero apresarlo y luego ajusticiarlo con el garrote, amparándose en la convicción de que
“Al rey la hacienda
y la vida se ha de dar;
pero el honor
es patrimonio del alma,
y el alma sólo es de Dios.”
Y cuando el propio rey, Felipe II, le recrimina el hecho de haberlo ajusticiado con garrote
en vez de degollarlo como le correspondía por ser capitán y caballero, Pedro Crespo le contesta sabiamente:
“Señor, como los hidalgos
viven tan bien por acá,
el verdugo que tenemos
no ha aprendido a degollar.
Y esa es querella del muerto,
que toca a su autoridad
y hasta que él mesmo se queje
no les toca a los demás.”

En La vida es sueño, Basilio, rey de Polonia, advertido por los adivinos del reino que el hijo que tenga se levantará contra él, nada más nacer Segismundo, lo manda encerrar en un calabozo, donde será educado y cuidado de la mejor manera. Pasado el tiempo, arrepentido el rey de su fea acción, manda sacar del calabozo a su primogénito tras narcotizarlo para que crea que todo ha sido un sueño. Pero Segismundo se comporta en la corte de manera indebida y hasta arroja por el balcón del palacio a un cortesano que le replica. Basilio, juzgando que sería muy peligroso que un hombre así de cruel y despótico sería un mal rey, vuelve a narcotizar a Segismundo y a encerrarlo en la prisión nuevamente. El monólogo a que da lugar esta situación es ya antológico:
“Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida?, un frenesí;
¿qué es la vida?, una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”
Pero a todo esto, el pueblo se ha sublevado a favor de Segismundo, a quien considera
legítimo heredero del trono. Éste, una vez liberado, lucha contra su padre y lo vence. Basilio, al verse arrodillado ante su hijo, se convence de la verdad de los vaticinios. Sin embargo, Segismundo, gracias a la experiencia pasada, que le ha cambiado el carácter, se comporta generosamente con su padre, quien le nombra su heredero.

Peor sin duda es lo que acontece en La tierra de Alvargonzález (el propio autor escribió un
cuento-leyenda con el mismo motivo), en que Alvargonzález sueña un día junto a la fuente que sus hijos mayores lo matan,
“Los dos mayores se alejan
por los rincones del sueño.
Entre los dos fugitivos
reluce un hacha de hierro.”
Al despertar ve que era verdad; luego los parricidas lo arrojan al fondo de la Laguna Negra con
una piedra atada a los pies. La suerte quiso que a un buhonero que pasaba por aquellas tierras le culparan del crimen. Con lo que los asesinos pudieron heredar las tierras de Alvargonzález impunemente.
“Pasados algunos meses,
la madre murió de pena.
Los que muerta la encontraron
dicen que las manos yertas
sobre su rostro tenía,
oculto el rostro con ellas.”
Pero si bien durante un tiempo las tierras siguieron dándoles fruto, pronto se tornaron
estériles, y la pobreza, junto con el remordimiento, hundió la vida y el ánimo de los parricidas.
“A los dos Alvargonzález
maldijo Dios en sus tierras,
y al año pobre siguieron
largos años de miseria.”
Hasta que un día el hermano menor, Miguel, que se hallaba en las Indias, volvió rico dispuesto a
afincarse en la aldea donde había nacido. Para ello empezó comprándoles a sus hermanos parte de la tierra, la cual, trabajada de sol, a sol, volvió a mostrarse fértil, mientras que las de los asesinos se tornaban más estériles que nunca.
Desesperados, se las vendieron a su hermano mientras la envidia les comía el corazón. Hasta que una noche se asomaron al huerto y vieron un hombre encorvado sobre la tierra.
“Mírale—dijo uno al otro--;
hasta de noche trabaja.”
Acto seguido le gritaron, pero aquel hombre no era Miguel, sino el viejo Alvargonzález. “Los mayores volvieron a sentir en sus venas la sangre de Caín, y el recuerdo del crimen les azuzaba al crimen.” Y mataron al hermano menor ahogándolo en la presa del molino. Y otra vez las tierras de Alvargonzález pasaron a ser suyas, y de nuevo volvieron a cosechar felizmente el primer año;
pero al segundo, la tierra se empobreció otra vez. Y un día, mientras uno de ellos abría un surco con el arado y al volver la cabeza veía que el surco se cerraba, el otro hermano comprobaba que al arrancar las malas hierbas de la huerta de la tierra brotaba sangre.
El remordimiento de los crímenes que habían cometido con su padre y su hermano pequeño se hizo tan insoportable que decidieron acabar con él de una vez. Tomaron el camino de la Laguna Negra y al llegar a las rocas que la circundan, gritaron “¡Padre!”. “Y cuando en los huecos de las rocas el eco repetía: ¡Padre! ¡Padre! ¡Padre!, ya se los había tragado el agua de la laguna sin fondo.”

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Breve diccionario senequista

Continuamos con el Diccionario senequista; hoy con las letras E, F y G

E

Edad
La edad se descubre más cuando se disimula con arte.

Enemigo
El peor enemigo es el traidor.
Más difícil es vencernos a nosotros mismos que a
nuestros enemigos.
Presume de tu amigo que puede ser en algún tiempo tu
enemigo.
Más daño hace el enemigo al que huye.
Enfermedad
La enfermedad que sobreviene al convaleciente es más
peligrosa.

Enfermo
No puede el médico curar bien sin tener presente al
enfermo.
No quiere el enfermo médico elocuente, sino que le
sane.
Envidioso
Igual es el número de los envidiosos que el de los
aduladores.
Error
No consienten que le reprendan el que no reconoce
haber errado.
Yerra el que por odio del malo pone su inocencia en
peligro.
Esclavitud
No hay esclavitud más vergonzosa que la voluntaria.
Pero se sufre el menosprecio que la esclavitud.
Esfuerzo
Tanto más crece el esfuerzo, cuanto más consideramos
la grandeza de lo emprendido.
Esperanza
Siempre el esperar, aunque sea el bien, da cuidado.
Quien no tiene que esperar, de nada debe desesperarse.
Las esperanzas se encadenan.
Esperanza es nombre de un bien dudoso.
Estudio
Los estudios, aunque no tengan efecto, son dignos de
alabanza.
Procura en tus estudios no saber más que los otros,
sino saberlo mejor.
Experiencia
A los que poca experiencia tienen, mucho les
acrecienta su mal pensar que no tienen semejante.
Necesaria es la experiencia para saber cualquier cosa.
El que más experiencia tiene, teme más los peligros.





F

Fama
Bueno es tener fama, pero más seguro es tener dinero.
Felicidad
Necesarios son nuevos favores de la fortuna para
conservar la felicidad.
La felicidad no mira de dónde nace, sino adónde puede
llegar.
Se puede llamar felicidad aquella que se mide con
nuestros deseos.
No hay felicidad tan perfecta que carezca de todo
sinsabor.
No hay felicidad que mucho dure.
La felicidad de nuestra vida no consiste en vivir,
sino en vivir bien.
Sirven de impedimento para la felicidad las muchas
ocupaciones.
La felicidad no tiene cosa semejante a lo que muestra.
Felicidad es no necesitar de ella.
Feliz
Feliz quien desprecia la fortuna.
Firmeza
Prueba de buen espíritu es tener firmeza.
Flaqueza
Flaqueza es temer lo que nunca experimentamos.
Fortuna
Para mayores desgracias guarda la fortuna a quien
favorece.
La fortuna teme a los valientes y avasalla a los
cobardes.
La fortuna puede robarnos la hacienda, pero no el
valor.
No puede la fortuna quitar lo que no dio.
No se contenta la fortuna de hacer un solo daño.
La fortuna no tiene poder sobre el tiempo que pasa.
La fortuna no tiene poder en nuestras costumbres.
Si a las lágrimas no vence la razón, la fortuna las
aumenta.
Nunca te rindas a la fortuna.
Más seguro está contra la fortuna aquel a quien
después de la fortuna le queda alguna cosa.
De ninguna fortuna debemos fiarnos salvo de la buena.
No se debe menospreciar la fortuna de alguien cuando
el que la menosprecia puede descender a ella.
Frugalidad
La frugalidad es una pobreza voluntaria.
Futuro
Mejor es precaver lo venidero que disputar sobre lo
pasado.





G

Gloria
El que sin peligro vence no consigue la gloria
Gozar
Cada uno sufre o goza según sus obras.
Grandeza
El que siempre busca grandezas, alguna vez las
encuentra.
Guerra
No hace solamente la guerra el que se halla en el
campo de batalla.
El buen capitán no ha de confiar tanto en la paz, que
no se prepara para la guerra.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Comentar textos literarios

Concluimos hoy las entradas de Textos literarios comentados con los
siguientes:

Ejemplo 6
Poema de Cántico.
Jorge Guillén.

"Dije: ¡todo ya pleno!
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
sonaron con amor.
Los verdes eran grises, 5
el amor era sol.
Entonces, mediodía,
un pájaro sumió
su cantar en el viento
con tal adoración 10
que se sintió cantada
bajo el viento la flor
crecida entre las mieses,
más altas. Era yo,
centro en aquel instante 15
de tanto alrededor,
quien lo veía todo
completo para un dios.
Dije: todo completo.
¡Las doce en el reloj!" 20

SITUACIÓN
Dentro del Grupo del 27, la producción de Jorge Guillén es la
que representa la tendencia pura de la poesía. La concisión es esencial. Con las
menos palabras posibles se expresa el máximo de contenido. Cántico, título que
abarca la mayor parte del quehacer poético de Guillén (la otra se denomina
Clamor), alude al tono festivo, de júbilo y exaltación que adopta el poeta para
cantar al mundo, que "está bien hecho", con palabras suyas. El poema presente se
ajusta a esos postulados.

CONTENIDO
El poeta se encuentra en el centro del universo, viéndolo
todo, completo y hermoso, como si fuera un dios. Es la hora perfecta: las doce
del mediodía. Todos los elementos giran en torno suyo cantando al simple vivir,
jubilosos y enamorados. El amor lo domina todo: las hojas del álamo, los verdes,
el sol, el pájaro, el viento, la flor...Hay en el texto tres partes: dos
simétricas, el principio (primer verso) y el final (los dos últimos), que
insisten en la perfección de todo lo que rodea al poeta, y la más amplia, la
central (versos 2-18), que enumera los elementos naturales y telúricos inmersos
en su cántico de amor.

ANÁLISIS.
La estructura externa del poema está formada por veinte
versos heptasílabos que riman asonantemente en los pares (ó aguda) formando un
romancillo; así que su esquema estrófico es 7- 7a 7- 7a 7- 7a 7- 7a 7- 7a 7- 7a
7- 7a 7- 7a 7- 7º 7- 7a. El encabalgamiento más amplio se da en los versos 8 al
14; los demás se hallan en los versos 3-4, 15-16, 17-18. Relacionada con la
estructura interna del poema está la simetría del principio y el fin que forman
una especie de estribillo, con alguna variante: "Dije: ¡todo ya pleno!" (primer
verso), "Dije: todo completo." (verso 19). Simetría que se remata en el último
verso: "¡Las doce en el reloj!" (hora del mediodía que causa el efecto
entusiasta y amoroso retratado por el poeta en el resto de los versos). Respecto
de los recursos expresivos de que se vale el poeta para intensificar el canto de
todos esos elementos, destacan en primer lugar las personificaciones ("las hojas
plateadas sonaron con amor", "el pájaro sumió su cantar en el viento con tal
adoración", "se sintió cantada bajo el viento la flor"). Es de notar la
metáfora, por su significación, "el amor era sol". Y los nombres del poema,
todos referidos a elementos naturales, plantas, pájaros. Y las repeticiones (la
más significativa, la de "todo". Y las elipsis ("todo completo" "las doce en el
reloj" "todo ya pleno"). Y las exclamaciones (expresión de la emoción de alegría
del poeta). Y el empleo del estilo directo para expresar lo que siente y el
indirecto para hablar de él como centro de tanta dicha.

CONCLUSIÓN
Modelo de poesía pura, el texto cuenta y canta con las
palabras justas la emoción inmensa que siente el poeta al sentirse centro de la
belleza, júbilo y amor del universo, en consonancia con los temas de su
principal libro Cántico.

Ejemplo 7
Poema de Lo eterno.
Blas de Otero

"Sólo el hombre está solo. Es que se sabe
vivo y mortal. Es que se sabe huir
--ese río del tiempo hacia la muerte--.
Es que quiere quedar. Seguir siendo,
subir, a contra muerte, hasta lo eterno. 5
Le da miedo mirar. Cierra los ojos
para dormir el sueño de los vivos.
Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata." 10

SITUACIÓN
En la lírica de la posguerra Blas de Otero representa la
tendencia desarraigada, opuesta a la conformista; al lado de los temas
religiosos y profundamente humanos aparecen los sociales y políticos; de ahí que
sirva de referencia a posteriores generaciones de poetas, desde la de Claudio
Rodríguez y Ángel González hasta la de los últimos nombres. En cuanto al poema
que comentamos, se encuentra al principio de Ángel fieramente humano, libro que
con Redoble de conciencia forman el núcleo esencial de la primera época del
autor. Después vendrían otros, como Pido la paz y la palabra, En castellano, Que
trata de España... Al poeta más que la poesía en sí, le interesa la vida y por
eso sus versos, vitales, expresan la vida y al hombre y están escritos para
despertar la conciencia humana y hacer creer en el hombre, en la paz y en la
patria.

CONTENIDO
El poema recoge lo que de eterno hay en el hombre, pese a que
sabe que está solo y que su vida es un paso hacia la muerte. Ese deseo de
eternidad es una vacuna contra la muerte; quiere quedarse, seguir siendo el
hombre que es y existiendo en medio de la vida. Vemos en esta inquietud
existencial de Otero, la misma inquietud vital de otro bilbaíno, del
noventayochista Unamuno, su mentor en muchas ocasiones. Le da miedo mirar
alrededor porque todo le recuerda que es mortal, tiempo en manos del tiempo. Por
eso cierra los ojos para seguir soñando el sueño de los vivos, que es no querer
morir nunca. Pero eso sólo es una mentira piadosa que se cuenta a sí mismo.
Porque sabe que la muerte tarde o temprano le hará suyo. El hombre está solo, es
vivo y mortal: esas son las tres notas que caracterizan la esencia humana.
ANÁLISIS
Son diez versos endecasílabos blancos (el cuarto tiene diez
sílabas). El primer verso anuncia la verdad existencial del hombre, su soledad.
El juego de esos dos "solo" (epanadiplosis), uno con acento (solamente) y otro
sin él (único, solitario) la confirma. La inquietud insistente del hombre solo,
vivo y mortal y su deseo de vivir siempre se intensifica con la anáfora o
repetición de la expresión "Es que..." en los versos 1, 2 (también paralelismo:
"Es que se sabe...") y 4. La clásica metáfora del río hacia la muerte (verso 3)
resume su situación vital. Por otro lado, el deseo de permanencia y, por tanto
llegar a ser eterno, queda perfectamente reflejado por la perífrasis durativa
del verso 4 y las construcciones de infinitivo que la acompañan. Intensificado
por el juego de la frase hecha, "a contra corriente", aquí transformada por "a
contra muerte". Los versos 6 y 7 insisten en la idea del sueño de los vivos,
creerse eternos. Pero los tres versos últimos, ejemplo perfecto de paralelismo,
se encargan de recordarle insistentemente que la muerte está dentro de cada uno
de nosotros y que gradualmente nos ve, nos vigila y, finalmente, nos mata.

CONCLUSIÓN
El tema de la mortalidad del hombre, asunto que siempre ha
inquietado a los grandes poetas de todos los tiempos, Otero lo trata en esta
lacónica pero sentenciosa composición poética con la forma y expresión que él
mejor domina: el empleo del endecasílabo, repeticiones, contrastes, juegos de
palabras y, en especial, la metáfora aprendida en Manrique: "nuestras vidas son
los ríos / que van a dar en la mar/, que es el morir", y que él, magistralmente
resume en el verso "ese río del tiempo hacia la muerte."

Ejemplo 8
Poema de Sepulcro en Tarquinia.
Antonio Colinas

"Escuchadme, Señor, tengo los miembros tristes.
Con la Revolución Francesa van muriendo
mis escasos amigos. Miradme, he recorrido
los países del mundo, las cárceles del mundo,
los lechos, los jardines, los mares, los conventos, 5
y he visto que no aceptan mi buena voluntad.
Fui abad entre los muros de Roma y era hermoso
ser soldado en las noches ardientes de Corfú.
A veces he sonado un poco el violín
y vos sabéis, Señor, cómo trema Venecia 10
con la música y arden las islas y las cúpulas.
Escuchadme, Señor, de Madrid a Moscú
he viajado en vano, me persiguen los lobos
del Santo Oficio, llevo un huracán de lenguas
detrás de mí, de lenguas venenosas. 15
Y yo sólo deseo salvar mi claridad,
sonreír a la luz de cada nuevo día,
mostrar mi firme horror a todo lo que muere.
Señor, aquí me quedo en vuestra biblioteca,
traduzco a Homero, escribo de mis días de entonces, 20
sueño con los serrallos azules de Estambul."
SITUACIÓN
Antonio Colinas (La Bañeza, León,1946) es un poeta
perteneciente a las últimas generaciones de la lírica española. Sepulcro en
Tarquinia, libro a que pertenece el poema, posee un lenguaje brillante que busca
la belleza clásica y modernista y no desdeña las referencias culturalistas
aunque vayan acompañadas de elementos sentimentales e intimistas.
CONTENIDOGiacomo Casanovas se dirige al Conde de Waldstein para aceptar el cargo
de bibliotecario que le había ofrecido en Bohemia. De paso le cuenta los
avatares de su vida, los viajes que ha tenido que realizar, unos por placer y
otros obligado por su proceder y las actividades religiosas, militares que ha
llevado a cabo. Ahora sólo desea la tranquilidad, que espera encontrar en la
biblioteca traduciendo a Homero, escribiendo sus memorias o soñando con placeres
pasados.
ANÁLISISLa estructura externa está formada por 21 versos alejandrinos
libres, sin rima (algunos, como el 9 hay que leerlo así: "a veces el sonado / un
poco el vïolín (con cesura entre "sonado" y "un" y diéresis en vï-o-lin; o como
el 14, cesura entre "llevo" y "huracán").El yo del poeta se dirige a un tú
mayestático presente en el texto por el vocativo "Señor" (hasta cuatro veces),
las formas verbales en imperativo (segunda persona del plural, como conviene el
trato: escuchadme, miradme permitidme...) y otras formas pronominales, verbales
y determinantes ( vos, sabéis, vuestra biblioteca...). El resto habla de sí
mismo en primera persona, unas veces en presente actual (tengo, llevo, deseo, me
quedo, traduzco, escribo, sueño..), otras, en pretérito perfecto compuesto de
acciones pasadas en un tiempo reciente (he recorrido, he visto, he sonado, he
viajado...)y alguna en pretérito perfecto simple de acciones acabadas en el
tiempo (fui), y todas para narrar la vida que ha llevado hasta el momento
presente en que se halla en la biblioteca del receptor de las palabras. Además
de ser, pues, un poema básicamente narrativo, posee recursos estilísticos de
gran belleza, junto con referencias culturalistas, tan propias de este tipo de
poesía tan cercano a la de los Novísimos: Revolución Francesa, Venecia, Madrid,
Moscú, el Santo Oficio, Homero, serrallos de Estambul... Entre los recursos
expresivos más importantes destacan los siguientes: asíndetos, polisíndetos,
personificaciones (cómo trema Venecia), metáforas (salvar mi claridad)...
CONCLUSIÓN
Se trata, pues de un poema de brillante lenguaje (con múltiples
referencias culturalistas y versos alejandrinos, propios de la poesía última, en
la que destaca no tanto la intimidad del poeta como las impresiones lujosas y
exóticas recibidas de sus múltiples viajes y lecturas.
AHORA TE TOCA A TI
COMENTAR UN TEXTO.
Ya has visto cómo se hace. De todos modos, quiero guiarte
mientras lo vas realizando. Antes debes leer con atención y detenimiento el
poema:
Adolescencia
Juan Ramón Jiménez
“En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día éramos novios.
--El paisaje soñoliento 5
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño--.
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena los ojos 10
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
--Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún 15
un perfume de heliotropos--.
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios...
y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos." 20
SITUACIÓN
a)Sitúa este poema en la trayectoria de la obra de
Juan ramón Jiménez y la obra de éste en su movimiento correspondiente. razona tu
respuesta.
CONTENIDO
b) Resume el contenido del poema.
c)¿Qué elementos naturales
son objeto de la atención del yo poético? ¿Por qué crees que el poeta los
utiliza?
d) Confecciona un campo semántico relacionado con la estación del año
que figura en el poema.
ANÁLISIS
e) ¿Qué clases de versos emplea Juan Ramón
Jiménez en este poema? ¿Qué estrofa forma? Escribe su esquema métrico.
f) Diferencia las dos partes del poema; la descriptiva y externa a los personajes;
y la referida al diálogo y la escena que mantienen ellos. ¿Cómo los separa el
poeta?
g) Comenta el hipérbato y el encabalgamiento presentes en los primeros
cuatro versos.
h) Localiza la personificación de los versos 5 a 9 y explícala.
i) En el poema se emplea el estilo indirecto en dos ocasiones. Explica ambas y
transfórmalas en estilo directo.
j) Explica la comparación que existe en los
versos 9 a 12.
k) Comenta los elementos sensoriales presentes en el poema. ¿De
qué movimiento literario son propios? Razona la respuesta.
CONCLUSIÓN
l) ¿Qué opinión te merece la forma elegida por el poeta para expresar el contenido de
los versos?
m) Redacta un comentario que englobe los aspectos
analizados.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Comentar textos literarios


Seguimos con el Comentarios de textos literarios
Ejemplo 2
Poema.
Antonio Machado
"¿Por qué, decidme, hacia los altos llanos
huye mi corazón de esta ribera,
y en tierra labradora y marinera
suspiro por los yermos castellanos?
Nadie elige su amor. Llevóme un día 5
mi destino a los grises calvijares
donde ahuyenta al caer la nieve fría
las sombras de los muertos encinares.
De aquel trozo de España, alto y roquero,
hoy traigo a ti, Guadalquivir florido, 10
una mata del áspero romero.
Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero...
¡El muro blanco y el ciprés erguido!"
SITUACIÓN
Antonio Machado es el poeta por excelencia de la Generación del 98 aunque empezó siguiendo los dictados del Modernismo en Soledades. Pero es en Campos de Castilla donde incorpora los tres grandes temas de aquélla: la preocupación histórica, el paisaje y el amor. En el poema que nos ocupa aparecen dos de ellos: el paisaje (aquí referido a los dos que el poeta frecuentó: el de su tierra natal, Andalucía, y el de Soria, donde se enamoró y fue feliz hasta la muerte de su esposa Leonor). Pertenece al apartado de Sonetos que tituló el poeta Los sueños dialogados (concretamente es el II).
CONTENIDO
El poeta se pregunta por qué, estando en su tierra natal, sigue añorando la meseta castellana. Y se contesta que el destino humano, siempre misterioso, un día lo llevó hasta allí para enamorarse y sentir el amor como nunca lo había sentido. Por eso, a su Guadalquivir florido le trae de aquellas tierras sorianas una mata de romero, y acaba confesando que su corazón sigue allí, junto al Duero, donde conoció a su mujer Leonor y donde hoy yace en su cementerio. El contenido puede distribuirse en tantas partes como estrofas tiene el poema: 1ª, el poeta añora en su tierra natal los yermos castellanos; 2ª, el destino le llevó un día a enamorarse allí; 3ª, el poeta trae al Guadalquivir florido una mata de romero soriano; 4ª, su corazón se encuentra donde conoció el amor y lo perdió.
ANÁLISIS
El poema, compuesto de 14 versos endecasílabos, es un soneto poco común, pues en vez de dos cuartetos tiene uno solo (la segunda estrofa de cuatro versos es en realidad un serventesio); así que su esquema métrico es 11A 11B 11B 11A; 11C 11D 11C 11D; 11E 11F 11E; 11F 11E 11F. Los encabalgamientos no abundan tanto como en otros poemas de Machado, excepción hecha en las dos primeras estrofas, en especial, el serventesio, que forma todo él un encabalgamiento. Veamos ahora los recursos expresivos más destacables. La primera estrofa forma una interrogación retórica (en realidad, afirma que su corazón huye de su tierra natal, labradora y marinera, a la desnuda meseta castellana). Notemos de paso el verbo que emplea, "huye", que intensifica su nostalgia y que constituye una personificación ("huye mi corazón"). La segunda estrofa comienza con la oración "Nadie elige su amor", (amor aquí es metáfora de destino, que aparece a continuación). Adviértanse las perífrasis que emplea el poeta para aludir a los dos paisajes queridos a lo largo del soneto (Andalucía: esta ribera, tierra labradora y marinera; Soria: altos llanos, yermos castellanos, grises calvijares, nieve fría, encinares, aquel trozo de España alto y roquero, áspero romero...); sólo en los tercetos nos encontramos con los nombres de los dos ríos representativos de ambos paisajes: el Guadalquivir y el Duero. Notemos también el léxico propio de Machado: altos llanos, mi corazón, tierra labradora, grises calvijares, nieve fría, sombras, muertos encinares, romero (nombres y adjetivos de signo negativo los que se refieren al paisaje castellano ( añadamos aquí el sintagma "áspero romero"). Por último, señalemos la aseveración del segundo terceto :"Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor, cerca del Duero" (de ahí que haya huido de su tierra natal, como nos decía en el primer cuarteto), afirmación resuelta en ese prodigio de asíndeton de los versos 12 y 13. Finalmente, los puntos suspensivos del verso 13 preparan la emoción y el sentimiento expresados en el último verso, "¡El muro blanco y el ciprés erguido!", sentida metáfora que alude al cementerio donde yace su joven esposa Leonor.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un soneto donde expresa Machado su amor por las tierras sorianas donde, ya mayor, nació al amor y a la vida al conocer a la mujer que sería su esposa en una tierra y un paisaje, el de la meseta regada por el Duero, que siempre estaría presente en su poesía, pese a que allí también sufriera la terrible desaparición de su mujer. El amor y el paisaje, dos temas del 98, aparecen, pues en el poema que acabamos de analizar.
Ejemplo 3
Fragmento de La dama del alba.
Alejandro Casona
"PEREGRINA.- (Con profunda emoción de queja.) Entonces, ¿por qué me condenas sin conocerme bien? ¿Por qué no haces un pequeño esfuerzo para comprenderme? (Soñadora.) También yo quisiera adornarme de rosas como las campesinas, vivir entre niños felices y tener un hombre hermoso a quien amar. Pero cuando voy a cortar las rosas todo el jardín se me hiela. Cuando los niños juegan conmigo tengo que volver la cabeza por miedo a que se me queden fríos al tocarlos. Y en cuanto a los hombres, ¿de qué me sirve que los más hermosos me busquen a caballo, si al besarlos siento que sus brazos inútiles me resbalan sin fuerza en la cintura? (Desesperada.) ¿Comprendes ahora lo amargo de mi destino? Presenciar todos los dolores sin poder llorar... Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usar ninguno... ¡Y estar condenada a matar siempre, siempre, sin poder nunca morir!(Cae abrumada en el sillón, con la frente entre las manos. El ABUELO la mira conmovido. Se acerca y le pone cordialmente una mano sobre el hombro.)
ABUELO.- ¡Pobre mujer!
PEREGRINA.- Gracias, abuelo. Te había pedido un poco de comprensión y me has llamado mujer, que es la palabra más hermosa en labios de hombre. (Toma el bordón que ha dejado apoyado en la chimenea.) En tu casa ya no tengo nada que hacer esta noche; pero me esperan en otros sitios. Adiós."
SITUACIÓN
Casona es, dejando aparte a Lorca, el verdadero dramaturgo de la Generación del 27, en cuyas obras se mezcla la realidad y el misterio. Dentro de la producción teatral de este maestro de escuela (La sirena varada, Los árboles mueren de pie, La barca sin pescador...) destaca por su belleza y poesía La dama del alba, cuya acción transcurre en una casa de labor asturiana, en la que reina el dolor desde que cuatro años atrás Angélica, la primogénita de la familia, según cree la gente, muriera ahogada en el río. El texto corresponde al momento en que la Peregrina (la Muerte) habla con el abuelo de la casa, tras haber jugado con los nietos y caer rendida por el sueño. Luego seguirá su camino hacia el paso del Rabión, donde tiene una cita. El viudo de Angélica se vuelve a casar aunque sabe que su mujer se fue de casa y se lo cuenta a su esposa. La Muerte lo oye. Y cuando durante el baile de San Juan aparece Angélica en la casa se encuentra con la Peregrina, a quien le dice que es mejor morir que destruir la felicidad que reina en la casa. Así sucede. Angélica aparece flotando en el río con una sonrisa y adornada con flores. Todo el pueblo la mira como a una santa.
CONTENIDO
La Muerte le confiesa al abuelo la amargura de su destino, sus temores inconsolables y sus deseos irrealizables, resumidos en no poder llorar y estar condenada a matar siempre y nunca morir. Puede dividirse en las siguientes partes:
1, la confesión de la Peregrina (su parlamento y las acotaciones narrativas y descriptivas);
2, la reacción comprensiva y apenada del abuelo (la segunda acotación y las palabras del hombre referidas a la desgracia de la mujer),
3, el agradecimiento de la Peregrina al abuelo por haberla llamado mujer y su despedida por el momento (su parlamento y la acotación narrativa que lo acompaña).
ANÁLISIS
Dado que es un texto teatral, conviene que empecemos hablando de los elementos teatrales visibles en el fragmento. Los nombres de los personajes aparecen con mayúscula, tanto al principio de los parlamentos (PEREGRINA, ABUELO) como en cuantas acotaciones se refiera el autor a ellos (ABUELO). Las acotaciones narrativas y descriptivas aparecen entre paréntesis (indican los gestos, emociones y movimientos que deben manifestar en la escena.El lenguaje empleado, aunque sencillo y claro no está exento de belleza. Algunos recursos expresivos presentes en el texto son: las dos interrogaciones retóricas del principio (en realidad, la Peregrina pide al abuelo que no la condene antes de conocerla y que se esfuerce por entender su destino. La correlación entre los deseos (adornarse de rosas, vivir entre niños felices, amar a un hombre hermoso) y la penosa realidad (las rosas se le hielan, los niños pueden quedarse fríos si los mira y los hombres hermosos dejan caer sus brazos inútiles) La anáfora del "cuando" en las tres circunstancias mencionadas. Respecto al uso de ciertos rasgos gramaticales, destacamos la abundancia de infinitivos verbales, unas veces formando parte de perífrasis verbales (voy a cortar, tengo que volver) y la mayoría como constituyentes de oraciones independientes, si bien se identifican con "lo amargo de su destino": Presenciar todos los dolores sin poder llorar, Tener todos los sentimientos de una mujer sin poder usas ninguno, y estar condenada a matar... sin poder nunca morir. Notemos de paso el paralelismo que existe entre estas tres oraciones, con la nota común de la subordinada "sin poder..."
CONCLUSIÓN
En resumen, se trata de un texto en el que el contenido, de alcance transcendente, se viste de un lenguaje bello, aunque sencillo, lleno de rasgos emocionales y humanos, pese a que es la Muerte la que habla, una muerte que echa de menos lo que cualquier mujer posee a lo largo de su vida.
Ejemplo 4
Fragmento de Mala hierba.
Pío Baroja
“La superioridad del espíritu de Langairiños no le permitían suponer que un hombre que no fuera él valiese más que otro.Su obra maestra era un artículo titulado “Todos golfos”. Se trataba de una conversación entre un maestro del periodismo –él—y un aprendiz de periodista.Aquel derroche de sal ática terminaba con este rasgo de humor:El aprendiz.- Hay que tener principios.El maestro.- En la mesa.El aprendiz.- Hay que decir con verdadera crudeza al país.El maestro.- Se le van a indigestar. Acuérdese usted de los garbanzos de la casa de huésped.El Superhombre escribía siempre así, de un modo terrible, shakesperiano.A consecuencia del desgaste cerebral producido por sus trabajos intelectuales, el Súper se encontrabaneurasténico, y para curar su enfermedad tomaba glicerofosfato de cal en las comidas y hacía gimnasia.”
SITUACIÓN
Pío Baroja es el novelista por excelencia de la Generación del 98. Entre sus novelas destaca Mala hierba, perteneciente a la trilogía La lucha por la vida, donde Manuel Alcázar, el protagonista, lucha en un Madrid difícil por salir adelante. En su camino se encuentra a personajes curiosos como el Langairiños del texto.
CONTENIDO
El texto en su concisión, exactitud y brevedad se limita a retratar al periodista Langairiños en dos apartados: en el primero se alude a sus aires de superioridad, ironía, ocurrencia, y con estilo shakesperiano... Conviene citar el título de su obra maestra, Todos golfos, por lo que aporta; en el segundo apartado se habla de su enfermedad y sus causas ( está neurasténico por el desgaste cerebral que implica su trabajo; por ello se ve obligado a medicarse y hacer gimnasia.
ANÁLISIS
El narrador, omnisciente, habla de Langairiños en tercera persona y en pretérito imperfecto (propio de la descripción: no le permitían suponer, era, terminaba, escribía, se encontraba, tomaba...), excepto en el diálogo (perífrasis obligativas en presente). Hay dos lenguajes diferentes: el del retrato de Langairiños (que se hace de dos maneras: por lo que dice de él el narrador omnisciente y por lo que dice de él el maestro de periodismo, que es el propio Langairiños en el texto teatral) y el del diálogo. Nótese la perífrasis del primer párrafo para decir que no había nadie superior a él) o la ironía en sus réplicas al aprendiz; la primera, "en la mesa"( a la afirmación de "hay que tener principios"); y la segunda, respecto a criticar duramente al país, con la referencia a la indigestión de los garbanzos de la pensión. Que no es otra cosa que una metáfora (crítica dura al país=indigestión alimenticia). Asimismo, conviene destacar la presencia del narrador omnisciente en el juego que hace con los apodos del maestro periodista y su superioridad (Superhombre, Súper). también emplea el narrador el tono de zumba en el último párrafo del texto ("desgaste cerebral producido por sus trabajos intelectuales"). No podían faltar las referencias médicas tan abundantes en la novelística de Baroja (desgaste cerebral, neurasténico, enfermedad, glicerofosfato de cal...)
CONCLUSIÓN
Este texto es un ejemplo de la eficacia de expresión del autor vasco. Con las menos palabras posibles, la exactitud, la claridad y la rapidez que le caracterizan, retrata el modo de ser, de hacer y decir del periodista Langairiños.
Ejemplo 5.
Fragmento de Platero y yo.
J. R. Jiménez.
"Entrando en la dehesa de los Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo...--Pero, hombre, ¿qué te pasa?Platero ha dejado la mano derecha un poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con el casco la arena ardiente del camino.Con una solicitud mayor, sin duda, que la del viejo Darbón, su médico, le he doblado la manoy le he mirado la ranilla roja. Una púa larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa y me lo he llevado al pobre al arroyo de los lirios amarillos, para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura, la heridilla.Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda."
SITUACIÓN
Dentro de la obra poética de Juan Ramón destaca el librito en prosa Platero y yo por su tono lírico, tan alto como el que se halla en su verso. En realidad, el libro es un conjunto de poemas en prosa donde el poeta muestra su ternura franciscana hacia los animales, y en especial hacia su asnillo Platero. El texto presente es un ejemplo palpable de esa ternura.
CONTENIDO
A Platero se le ha clavado en la parte más blanda del casco una púa de naranjo y empieza a cojear por el dolor. El poeta se interesa por el animalillo y, tras descubrir la causa de su cojera, le extrae la púa. Luego le lleva al arroyo para que el agua lave la herida. Finalmente, continúan el camino hacia el mar mientras el burrito le cabecea en la espalda en señal de gratitud.
ANÁLISIS
El narrador testigo cuenta la anécdota del texto, unas veces en tercera persona y otras en primera y en pretérito perfecto compuesto, como si acabara de pasar, lo que le ha ocurrido a Platero y lo que hace él (ha comenzado a cojear, me he echado al suelo, ha dejado, le he doblado, he tirado, hemos seguido...). La estrecha relación que hay entre el poeta y el animal queda determinada, no sólo por lo indicado, sino también por el diálogo que entabla Juan Ramón con Platero (las palabras no pueden ser más entrañables y cercanas: "Pero, hombre, ¿qué te pasa?") o la expresión inequívoca "estremecido del dolor de Platero...". En cuanto a los recursos expresivos empleados en el texto, son muy abundantes. El asíndeton del tercer párrafo y la anáfora de la proposición "sin" introduciendo complementos circunstanciales de modo o la aliteración "sin tocar casi con el casco..." (mostrando el dolor de Platero). Léxico preciso (dehesa, ranilla, casco...). Metáforas ("puñalillo de esmeralda= la púa de naranjo), comparaciones ("...como un redondo puñalillo...). Epítetos (ardiente, roja, verde, redondo, amarillos, corriente, larga, pura, suaves...). Diminutillos apreciativos (puñalillo, heridilla). Personificaciones ("para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura"). Etcétera.
CONCLUSIÓN
A una anécdota entrañable como la que cuenta el texto, le corresponde el lenguaje y la expresión que ha elegido el poeta para vestirla. El tono lírico empleado no deja lugar a dudas y así ha quedado explicado en el análisis.