martes, 29 de mayo de 2012

TU PRESENCIA




Yo llegaba a tiempo siempre entonces

A tus huellas de vidrio y de ternura.

El barrio estaba en paz

Y el camino de mi vida quieto

Y vivo a la vez como aquel río

Que reflejaba el brillo de mi infancia.

Y el brillo me lo daba tu presencia

Oculta entre las cosas de la vida,

Dios humilde como los cantos lisos

Que mi infalible tirador lanzaba

Más allá de la pluma y el destino

De los pájaros, Dios

Humilde y libre como los viejos sauces,

Como el balón que entre los pies cerraba

Solemnemente el libro de las tardes,

Como las dulces noches

Que después se abatían como copos

De amor y de silencio sobre mí.

Y eras tú la caricia,

Tú el callado murmullo.

Y yo seguía aprendiendo

Tu eternidad diaria en las almedras

Que crecían en leche y en azúcar

Para morir de gusto entre mis manos,

En el rayo de luz que en el desván

Convertía en oro el polvo de las cosas.

Y te aprendí tranquilo

Sin religión ni pruebas,

Como aprendí a la vez el sitio de la casa,

El escalón sonoro

O la sonrisa dulce de la madre.

viernes, 18 de mayo de 2012

Fervor de mayo


MAYO: FERVOR DE FORMAS Y COLORES





Mayo: fervor de formas y colores
que en el bosque celebran la llegada
de la fiel y reidora primavera
a caminos, taludes y hondonadas,
la niña primavera que se adorna
con joyeles de luz y de esperanza.

Y mayo sabe cómo embellecerla,
cómo bordar los bajos de sus faldas,
llenar sus tiernos dedos de sortijas,
adornar su cabello de guirnaldas.

¡Qué bello matrimonio formarían
si mayo, pasional, aún esperara
un poco a que la niña primavera
pasara de doncella a bella dama!

El bosque es el edén para que pueda
extender ese amor sus bellas alas.

miércoles, 2 de mayo de 2012

CEMENTERIO DE LA OROTAVA


Cuando sople aquí el viento,
todo el cementerio olerá a romero.


Entre las tumbas pasa
sus horas el domingo de paseo.


La gente habla entre sí
mientras riega las flores de sus muertos.


Y los nichos parecen
patios andaluces por sus tiestos.


Sobre las cruces,
entre tules de cielo,
asoma su presencia el dios del fuego,
el Teide paternal que ampara
la paz del cementerio.

Paz cotidiana
que une a vivos y a muertos
mientras huele a romero
infatigable el viento.