TEXTOS DE INTRODUCCIÓN
"Magnífica definición la que
Antonio Machado dio de la poesía --más mirando a la suya que a la ajena--:
"Lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo
dice, con voz propia, en respuesta al contacto del mundo." Precisamente lo
que hizo que él se apartara en seguida de Rubén fue creer que éste buscaba nada
más el colorido, la sensación, la sonoridad, el tema exótico, cuando él creía
nada más que "en la honda palpitación del espíritu", desnuda en la
más desnuda expresividad (...). Y él lo confiesa: "Me siento algo en
desacuerdo con los poetas del día. Ellos propenden a una destemporalización de
la lírica, no sólo por el desuso de los artificios del ritmo sino, sobre todo,
por el empleo de las imágenes en función más conceptual que emotiva."
(Nota
preliminar firmada por F. S. M. a
Poesías
escogidas de A.
Machado, Aguilar, Madrid, 1958)
"Eran
jóvenes que irrumpieron en el mundo literario español(...) con una proclamada
conciencia innovadora y con un gran bagaje intelectual que no procedía sólo de
la pasión autodidacta por la lectura sino también de la formación recibida en
las aulas universitarias y del contacto con los círculos culturalmente más
dinámicos del momento. Familiarizados con los clásicos españoles, tan valorados
por noventayochistas e institucionistas, y con la poesía del "Fin de
siglo" francés, realzada por la obra de Juan Ramón Jiménez, padre
espiritual de todos ellos, muchos de estos jóvenes llegarán a ser también
verdaderos profesionales de la docencia y de la crítica literaria. Tal es el
caso de los llamados "poetas-profesores", entre los que se cuentan,
entre otros, Salinas, Guillén, Dámaso Alonso y Gerardo Diego."
R. Reyes Cano (Sevilla en la Generación del 27)
"En cuanto a las promociones que han ido
sucediéndose, cabría distinguir la que aparecía alrededor de 1935, es decir,
poco antes de la guerra civil, alcanza su madurez en la década siguiente, y la
que hacia 1945, o sea, al fin de la guerra mundial, acusa el influjo de la
atroz crisis espiritual del momento, para evolucionar más tarde hacia lo que
constituirá la nota más significativa de una tercera promoción en la década de
1950: el afán de realismo y el interés por el destino de la colectividad.
Generalizando mucho, podríamos asignar un tono de serena confianza a la
primera, de sombrío desasosiego a la segunda, y de áspera protesta, matizada de
esperanza, a la tercera."
J.
García López (Historia de la Literatura)
GENERACIÓN DEL 98 Y MODERNISMO (1)
La Generación del 98 está formada por un grupo de escritores
intelectuales nacidos entre 1860 y 1875 que tienen en común preocupaciones
filosóficas, éticas y literarias cuya aspiración máxima es lograr la
regeneración de España, y sienten profundamente la crisis nacional producida
por el desastre del 98 en el que se perdieron las colonias de Ultramar. Adoptan
como sistema de pensamiento el existencialismo y lo que éste conlleva: la angustia vital, la intuición o
la voluntad de vivir y en el plano literario reaccionan contra el realismo
y naturalismo anteriores. Entre sus
máximos representantes destacan Antonio Machado, Miguel de Unamuno o Pío
Baroja.
El Modernismo, que es tanto una actitud de vida como un movimiento
literario, representa una reacción contra el prosaísmo del mundo burgués, y sus
miembros, cuyo mayor exponente es Rubén Darío, proponen como postulado esencial
la exaltación de la belleza.
Siguiendo
a Pedro Salinas, la Generación del 98
es un movimiento sobre todo español,
analiza la realidad nacional y escribe una literatura de la vida preferentemente.
Mientras que el Modernismo es cosmopolita, sintetiza elementos
románticos, simbolistas y parnasianos y rinde culto al arte y los sentidos.
Los escritores de la Generación del 98 cultivan prácticamente todos
los géneros literarios, desde el ensayo hasta la poesía, pasando por la novela
y el teatro. Mientras que los representantes del Modernismo se inclinan por el cultivo de una poesía llena de
musicalidad, elementos sensoriales, escapismo hacia lugares exóticos o
referencias mitológicas
Miguel de Unamuno (1864-1936) nació en Bilbao. Estudió Filosofía y Letras en
Madrid. Fue catedrático de Griego y rector de la Universidad de Salamanca,
ciudad donde residió hasta su muerte. Por sus ideas políticas fue desterrado a
Fuerteventura por la Dictadura de Primo de Rivera. Recorrió España de cabo a
rabo y viajó también por Italia, Suiza y Portugal.
Fue un gran poeta como demostró, por ejemplo, con El
Cristo de Velázquez y destacó también en la novela, entre
cuyos ejemplos más importantes sobresalen San Manuel Bueno, mártir, que
narra el problema de fe que tiene un cura de pueblo al que sus
feligreses consideran un santo, o Niebla, a la que
llamó el autor “nivola” y cuyo protagonista Augusto Pérez es el otro yo de
Unamuno, el cual, ante la angustia que le produce saber que el novelista ha
decido darle muerte, se rebela contra él y le dice:
“Pues bien, mi señor creador don
Miguel, también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de la que
salió. ¡Dios dejará de soñarle! Se morirá usted, sí, se morirá aunque no lo
quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos,
todos, todos, sin dejar uno. ¡Entes de ficción como yo, lo mismo que yo.”
Asimismo escribió un teatro esquemático y esencial (Fedra) y numerosos libros de ensayos en los que expresa
con profundidad sus ideas sobre la raza, la inmortalidad, el sentimiento
trágico de la vida o la existencia de Dios. Y también sus impresiones sobre el
paisaje castellano intemporal (Andanzas y visiones españolas),
artículos de crítica literaria (Vida de Don Quijote y Sancho),
o puramente filosóficos, como en La
agonía del cristianismo..
Su estilo es fuerte, atrevido, lírico a veces, áspero otras, dramático
en ocasiones, pero siempre llamativo, un estilo de los que no caen en saco
roto. Además su expresión está llena de paradojas, ironías, con resonancias
etimológicas y palabras terruñeras, castizas.
José Martínez Ruiz “Azorín” (1874-1967) nació en Monóvar (Alicante). Cursó Derecho en
Valencia, Granada y Salamanca. Se trasladó a Madrid, donde trabajó de periodista.. Fue miembro de la
R.A.E. y al llegar la guerra civil se marchó a
Francia. Transcurrida la contienda, regresó a Madrid, donde permanecería
hasta su muerte.
Hizo incursiones en la novela
( por ejemplo, La voluntad), el teatro de tipo fantástico (caso de Brandy,
mucho brandy) y el
ensayo, género en el que destacó con obras como Castilla, donde presenta temas comunes a otros compañeros de la Generación del 98, como
la relación España-Europa, la idea de intrahistoria, la del eterno retorno o la del paso inexorable
del tiempo, que lo destruye todo. O La
ruta del don Quijote, en la que el autor explica sus viajes por la Mancha , visitando en
especial los lugares que sirven de marco a la obra de Cervantes.
Antonio Machado (1875-1939) nació en Sevilla. Estudió en Madrid en la Institución
Libre de Enseñanza. Viajó a París, donde conoció a Rubén Darío. Fue catedrático
de francés en Soria; allí conoció a Leonor Izquierdo y se casó con ella; pero
la muerte de su esposa sumió al poeta en un dolor profundo. Luego enseñó en
Baeza, Segovia y Madrid. Republicano, al estallar la guerra civil, huyó a
Valencia, después a Barcelona y, finalmente, a Collioure, donde murió a poco de
llegar.
Escribió abundante obra en prosa,
de la que destaca Juan de Mairena, que trata temas de carácter literario y
filosófico. También, en colaboración con su hermano Manuel, escribió teatro,
uno de cuyos títulos más representativos es: La Lola se va a los puertos, donde su protagonista, una agraciada
bailaora, representa el alma popular española, eligiendo como marido a su
guitarrista en vez de los señoritos que la cortejaban.
Pero es en la poesía donde
se consagró. Su primer libro, Soledades, contiene rasgos
modernistas, así como el simbolismo del paso del tiempo, el amor, el agua, la
tarde o los caminos..., que se repetirán después. En muchos de sus poemas
aparecen la tristeza, la monotonía o el canto de lo cotidiano y de las pequeñas
cosas, que son motivos constantes en su poesía.
Después apareció Campos
de Castilla, su mejor
obra, en la que se muestra, como sus compañeros de Generación, preocupado
por el tema de España, a la vez que
canta el paisaje castellano, como en el apartado Campos de Soria o
expresa su experiencia amorosa con Leonor, su joven esposa, que moriría al poco
tiempo de casarse.
El siguiente libro, Nuevas
canciones, expresa,
adoptando las formas breves de la lírica tradicional española, los más
profundos pensamientos con la menor sonoridad posible: temores, deseos,
sentencias y reflexiones sobre la existencia humana.
Cierran su
producción poética un Cancionero apócrifo, del poeta
filósofo Abel Martín inventado por él, y Poesías de guerra, entre las que destaca la emotiva elegía al
asesinato del poeta Federico García Lorca.
Más que los temas (el paso del
tiempo, los recuerdos personales, el amor, el paisaje castellano, España...) lo
que importa en Machado es la emoción
profunda y austera que impregna su expresión. Sus versos, sentidos y sobrios, son muchos asonantados y octosílabos,
aunque también emplea las combinaciones de heptasílabos y endecasílabos, los
endecasílabos de sus sonetos y en ocasiones los alejandrinos. Además de los
citados sonetos, sus estrofas más
corrientes son las coplas, los romances y las silvas arromanzadas. Mucha de la
poesía contemporánea española se siente hereditaria de la de Antonio Machado
por su austera y sincera humildad y sencillez de forma métrica.
Lecturas y actividades
1. Lee los siguientes fragmentos de Unamuno (perteneciente a Andanzas y visiones españolas) y Azorín
(incluido en Castilla), y contesta
las preguntas:
1.
“Y esta torre y otras torres nos
meten al ánimo el ansia tormentosa de decir lo indecible, de dejar en la alada
palabra que vuela sonora, y pasa, y se pierde, lo que no pasa ni se pierde: la
visión que queda. Decir lo que se ve y decirlo de modo que se vea oyéndolo; ver
lo que se oye: he aquí todo el secreto del Arte. El Arte hace ver a los ciegos
–y lo son muchos que espejan con los ojos en la mente lo que tienen delante--,
y les hace ver con la palabra; el Arte hace oír a los sordos –y lo son muchos
que resuenan con los oídos lo que les suena en su derredor--, y les hace oír
con la visión reproducida. Un poema da vista al ciego; un cuadro da oído al
sordo. El Arte funde los sentidos, descendiendo a lo que los une a su común
cimiento, y ascendiendo a lo que los une también coronándolos.
Mi torre de Monterrey (...), la que
llevo en el cristal de la mente como una visión que, espejada en un lago, al
cristalizarse éste, quédase por encantada magia en él para siempre, esta mi
torre me dice que quien se dice queda para siempre también. No te importe, alma
mía, lo que digas si te dices. ¿Es que eres más que una frase del pensamiento
de Dios?”
2.
“¿Qué es Castilla? ¿Qué nos dice
Castilla? Castilla: una larga tapia blanca que en los aledaños del pueblo forma
el corral de un viejo caserón; hay una puerta desmesurada. ¿Va a salir por ella
un caballero amojamado, alto, con barbilla puntiaguda y ojos hundidos y
ensoñadores? Los sembrados se extienden verdes hacia lo lejos y se pierden en
el horizonte azul. Canta una alondra; baja su canto hasta el caballero, y es
como un himno --¡tan sutil!—del amor y de lo fugaz. Castilla: el cuartito en
que murió Quevedo, allá en Villanueva de los Infantes; una vieja, vestida de
negro, nos lo enseña y suspira. Pensamos
si suspira todavía. Todavía, porque ésta es la misma viejecita que tenía
piadosamente una vela encendida en tanto que a don Francisco le estaban
poniendo en pies y manos los sagrados aceites. Castilla: en León, en un
mediodía de primavera, hemos dejado la ciudad y hemos salido al campo, y ya en
el campo, caminando por este camino bordeado de enhiestos chopos –cuyas hojas
tembletean—nos hemos detenido y nos hemos sentado en una piedra. ¡Minutos de
serenidad inefable, en que la historia se conjunta con la radiante Naturaleza!
A lo lejos se destacan las torres de la catedral; una campana suena; torna el
silencio. Los siglos han creado todas esas maravillas artísticas; ante
nosotros, átomos en la eternidad, se abren arcanos e insondables los tiempos
venideros. ¿Qué hombre estará sentado en esta piedra, aspirando la paz y la
luminosidad de la mañana, dentro de trescientos, de quinientos años? ”
a)
¿En cuántas partes puede
dividirse el texto de Unamuno? Anota la idea principal de cada una de ellas.
b)
¿En qué reside el secreto del
Arte y cuáles son sus poderes?
c)
¿Cuál es la verdadera torre
de Monterrey para Unamuno, la real y física o la ideal?
d)
¿Qué afinidad existe entre la
última oración del fragmento y las palabras que le dirige Augusto Pérez a
Unamuno en Niebla?
e)
Resume brevemente el
contenido del texto de “Azorín”
f)
En dicho texto aparecen dos
referencias literarias. Coméntalas.
g)
Explica las metáforas con que
el autor identifica a Castilla.
h)
Comenta la persona y el punto
de vista de los narradores de los dos textos.
"¿Por qué,
decidme, hacia los altos llanos
huye mi corazón
de esta ribera,
y en tierra
labradora y marinera
suspiro por los
yermos castellanos?
Nadie elige su
amor. Llevóme un día 5
mi destino a los
grises calvijares
donde ahuyenta al
caer la nieve fría
las sombras de
los muertos encinares.
De aquel trozo de
España, alto y roquero,
hoy traigo a ti,
Guadalquivir florido, 10
una mata del
áspero romero.
Mi corazón está
donde ha nacido,
no a la vida, al
amor, cerca del Duero...
¡El muro blanco y
el ciprés erguido!"
SITUACIÓN
Antonio Machado en Campos de Castilla incorpora los tres
grandes temas de la
Generación del 98: la preocupación histórica, el paisaje y el
amor. Aquí aparecen los dos paisajes del poeta: el de su tierra natal,
Andalucía, y el de Soria, donde se enamoró. El texto es el segundo soneto del grupo titulado Los sueños dialogados .
CONTENIDO
El poeta añora la meseta castellana
en su tierra natal. El destino un día lo llevó a Soria para sentir el amor como
nunca. De ahí que lleve a su Guadalquivir florido una mata de romero de las
tierras sorianas. Confiesa que su corazón está donde conoció a su mujer y donde
yacen sus restos. El contenido queda distribuido así: en la 1ª estrofa el poeta
añora en su tierra natal los yermos castellanos; en la 2ª, el destino le lleva
un día a enamorarse allí; en la 3ª, el poeta trae al Guadalquivir florido una
mata de romero soriano; y en la 4ª, su corazón se encuentra donde conoció el
amor y lo perdió.
ANÁLISIS
Es un soneto poco común (cuarteto, serventesio,
terceto, terceto); así que su esquema métrico es 11A 11B 11B
11A; 11C 11D 11C 11D; 11E 11F
11E; 11F 11E 11F. Los encabalgamientos
se dan en los ocho primeros versos (el serventesio todo él es un
encabalgamiento). Respecto de los recursos expresivos más destacables, el
cuarteto constituye una interrogación retórica (afirma que su corazón huye de
su tierra natal a la desnuda meseta castellana). El "huye"
intensifica su nostalgia y constituye una personificación ("huye mi
corazón"). En "Nadie elige su amor" el amor es una metáfora del
destino. Con sendas perífrasis se alude
a los dos paisajes queridos por el poeta (Andalucía: esta ribera, tierra
labradora y marinera; Soria: altos llanos, yermos castellanos, grises
calvijares, nieve fría, encinares, aquel trozo de España alto y roquero...). En
los tercetos leemos por fin los nombres
de los ríos de ambos paisajes. Léxico de Machado: altos llanos, mi corazón,
tierra labradora, grises calvijares, nieve fría, sombras, muertos encinares,
romero...; en "Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor,
cerca del Duero" se resume el tema y la afirmación-negación es un prodigio
de asíndeton. Finalmente, los puntos suspensivos del verso 13 preparan la
emoción expresada en el último verso, "¡El muro blanco y el ciprés
erguido!", sentida metáfora que alude al cementerio soriano donde yace su
joven esposa Leonor.
CONCLUSIÓN
Se trata, en resumen, de un soneto
donde expresa Machado su amor por las tierras sorianas donde, ya mayor, nació al amor y a la vida al conocer a la
mujer que sería su esposa en una tierra y un paisaje, el de la meseta regada
por el Duero, que siempre estaría presente en su poesía, pese a que allí
también sufriera la terrible desaparición de su mujer. El amor y el paisaje,
dos temas del 98, aparecen, pues en el
poema que acabamos de analizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario