Le toca el turno al segundo libro regalo de estas Navidades, Fantasmas de Barcelona, cuya lectura, entretenida donde las haya y con amplias referencias a la historia más o menos oculta de la ciudad condal, llevo muy avanzada. La autora, Sylvia Lagarda-Mata, lo subtitula Guía histórica de hechos sobrenaturales, que de por sí es un buen gancho para atraer a los presuntos lectores inclinados a estos temas.
Para favorecer la lectura del volumen, editado por Angle Editorial, Barcelona, 2010, su autora lo ha dividido en 13 itinerarios, como si nos invitara a seguir determinadas rutas donde en otro tiempo hicieron de las suyas magos, fantasmas, espectros y aparecidos de todas las calañas: desde La Rambla maldita (empleo sus propias palabras), hasta La ciudad nueva y la parte alta: fenómenos sobrenaturales, pasando por Los misterios del barrio gótico, Almas en pena en Santa María del Mar, El Poblenou encantado, Los fantasmas rondan por las antiguas rondas o La magiadel barrio del Hospital. Asimismo cada itinerario aparece acompañado de un plano de la ciudad que muestra su recorrido con su correspondiente explicación, detalle que ayuda muchísimo a localizar el fenómeno sobrenatural tratado. Personalmente, he "disfrutado" mucho con algunas historias que siembran aquí y allá de terror y misterio dichos itinerarios, como El fantasma de la Ópera, drama en cuatro actos, Espíritus en las gárgolas, El camino del infierno, La cabeza del general Moragues, La espada mágica, El pozo encantado de Malcús, Misas negras en Santa Catarina o La nave de las Almas, entre muchas otras.
Al final del libro se incluye una considerable bibliografía sobre el tema, por si el lector quiere profundizar en él.
Sin embargo, este contenido apasionante y ameno, que sin duda hará las delicias del aficionado a las historias de fantasmas, como ya adelanté más arriba, y cuyo original apareció en catalán, muestra aquí una traducción llena de descuidos gramaticales imperdonables, como si la autora se haya dado demasiada prisa en traducirla sin volver atrás a releer el castellano resultante (aunque en otros casos, las incorreciones no se deben a la traducción en sí). Sin agotar los ejemplos, muestro aquí algunos: "su siniestra oficio", "ninguna otro lugar" (pág. 61); "y la hija, lejos de arrendarse" (¿arredrarse?, ¿amedrentarse?) (pág. 96); lo de arrendarse se repite en "el hombre no se arrendó" (pág. 105); "¡Quizá es por eso que sigue presentándose!" (pág. 107); "de una estocada rebanó una oreja al miserable sirviente" (pág. 126), "que les permitían fabricaban cuerdas..." (pág. 138); "...muecas y volteretas, a cuál más aterradora" (pág. 141); "jamás vio como se las llevaba" (pág. 145); "...dentro de la mancha de aire (¿fuelle?) que utilizan los herreros" (pág. 147); "cada vez que se instalaba una de nueva sucedía lo mismo" (pág. 157), etcétera.
Pero las leyendas están ahí y la emoción de leerlas y conocer mejor una parte de la historia de Barcelona también.
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