lunes, 24 de febrero de 2014

DÍPTICO EN LISBOA





1.

Hay dos cuerpos
desnudos sobre el lecho, relajados,
sin prisa, sin un ruido, sin los coches
rodando por la rauda Liberdade.
Nada es peor que los recuerdos cuando
vive el corazón su amor. ¿A qué volver
la vista a la memoria
si aún espera la mujer de siempre
a quitarse los velos que la velan?


2.

La gloria cotidiana de Lisboa
no es el fado con su guitarra ciega
de vino y amargura, no la historia
de los Panteones y los estilos
de sus igrejas viejas, no la estatua
de bronce de sus praças.
La gloria cotidiana de Lisboa
es la mezcla inviolable en una Rua
de un palacio y las ruinas de una casa,
es la antítesis entre una mesa llena de marisco
y una acera que sirve de vivienda
a un mendigo con un muñón al aire
que come sólo el aire de su olvido.

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