A Esther Bartolomé Pons (Barcelona, 1952), le debo, además de una amistad sin condiciones, el hecho de haber entrado a formar parte de la tertulia Azor, después de haber enviado a la tertulia mi primer libro Cangilones de vida (Casals, Barcelona, 1978), pues Esther fue quien, en nombre de Jurado Morales y el resto de contertulios, respondió a la carta que incluí con el libro. Desde entonces hemos coincidido en numerosos actos poéticos, desde recitales hasta entrevistas en la radio, pasando por la Antología Breve de Veinte Poetas que Ediciones Rondas dio a la luz pública en 1980. Colega en la enseñanza y licenciada como yo en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona, es, además de una fina poetisa, una excelente crítica literaria pues ha colaborado en revistas especializadas con trabajos sobre Lope de Vega, Aldana, Bécquer y otros, y ha publicado el libro de ensayo Miguel Delibes y su guerra constante (Ámbito Literario, Barcelona, 1979). Como poetisa, destacan los sonetos que publicó en el periódico Campo Soriano y los poemas incluidos en la Antología ya mecionada.
He aquí el soneto de Campo Soriano titulado
Mío
Me sacaron del mar para quererte.
Te quise como sólo quiere un sueño.
Soñé que tú eras mío y tú mi dueño.
Amarte así, y soñarte, fue perderte.
Bajaste de los sueños. Pude verte.
Tomé de ti --ansioso pedigüeño--
el néctar venusiano del ensueño
que inyecta en la mirada conocerte.
Busqué en tus ojos la palabra "amada!;
y en tus brazos --edenes perfumados--,
mi YO perdido en TI (¡Ay, desdichada,
aún crees en paraísos recobrados!).
Eres mío, por fin: eres mi nada
que emerge de tus besos sepultados.
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