Hace cuarenta años era otro.
Era, para empezar, más joven
Y tenía un verano entre las manos,
Dos hijos pequeños y una rosa
Abierta para mí en su primavera.
Sólo digo que era joven y tenía
Mucha vida de luz aún por delante.
Y pisó París por vez primera.
Cuando el Sena desbordado
Anegaba las aceras del amor.
Era, para empezar, más joven
Y tenía un verano entre las manos,
Dos hijos pequeños y una rosa
Abierta para mí en su primavera.
Sólo digo que era joven y tenía
Mucha vida de luz aún por delante.
Y pisó París por vez primera.
Cuando el Sena desbordado
Anegaba las aceras del amor.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizPbvST53Hb-hTT6DvBQ0IAYNsebj1b7tzTVsd94zU0FV7stRTMKp-QNfGs40lA5j2S2-KU812G6Ezx5yxSqZMDSrppWZsum1M1W-TDtqnEoxlLVLE9tGWRssncV8sBxKQYMBblcCvIME/s400/300px-Mona_Lisa_detail_mouth%255B1%255D.jpg)
Y la Mona Lisa reía silenciosa
Para él en el Louvre.
Su mujer disfrutaba como él
Y era así la dicha más perfecta.
Muy temprano desayunaban en el café
Que descubrieron cerca de la Ópera
Y luego se lanzaban a la aventura
Del metro en busca de Montmartre
O del Barrio Latino o del rincón
Que el azar a su alcance disponía.
Comían en ruta y regresaban
Al gozo de ver cosas: galerías, una estatua
Que no salía en la guía o las palomas
Que manchaban de blanco el obelisco
De la Concordia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6AmOF3uago_en9Pr1ubmxkrDt_LM1DFty22tvDEN6f3BVZbXVdw8EgvDbiFTdgk6tPXKVu6X-yVQOZp7mD-aOAtm8vzChWlmOgE60ZCtVhZzwDCxkqSm9pzTqRno7WAxAjhsHsr5R-c0/s400/400_1208892849_plaza-de-la-concordia%255B1%255D.jpg)
Ocurría en un paréntesis
Que dejaba la lluvia y el sol era
Un brillo de diamante en sus miradas
Que irradiaba la blanca
Cúpula del Sacrè Coeur.
Semana Santa del setenta y ocho.
La fecha del suceso.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHdopILU3CRLbOx4hyS2ojH79qxczvviNUTN0TiHv0fZjTLJLssPsw4dGFhU8gGpKlFbZoUKPKZbkOvTqtg_vg-BrzRWpHLEbAnvmuKwC24lc0QZEHUkflkOJNmEZJ28hvy-FbWySr-AM/s400/normal_paris-sacre-coeur%255B1%255D.jpg)
Y cuando el día se escapaba de las calles
Y las luces de neón embellecían
Los cafés, y los bulevares
Se llenaban de pájaros ocultos,
Regresaban rendidos al hotel
Con los pies reventados
Y el alma saturada de belleza.
Aún tenían tiempo de abrazarse.
Se bañaban juntos entre risas
Y, resucitados momentáneamente,
Volvían al mundo del asfalto
Donde París cambiaba de registro.
Y soñaban sentados a una mesa
Cerca de la Madelaine
Mientras la brisa, húmeda y musical,
les traía la voz del “pequeño gorrión”
Que dormía en la piedra de Pere Lachaise.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmLFgLP0vbWNVgzmMX7slF2hkRDE9Xrs49JJDHEZ4Mtg3-HxBoBWbXKk4cvaktfyT53DSQf05JgVxZbREzRVtMmOa4hc26qske_sLjvRyvMlYCUkjDPs7gcCBLFlQki_y3DlVgVcTSjZs/s400/piafvieenrose_thb%255B1%255D.jpg)
Y, finalmente,
Buscaban el sosiego de las sábanas
Esperando la aventura del día siguiente.
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