Durante este verano (queda poco ya de él y aún me falta la lectura de algunos libros que había planeado leer) me he dedicado a releer a los autores españoles que más me dicen al corazón. Uno de ellos es sin duda Miguel Delibes de quien destaco
LA LITERATURA EN UN AÑO DE MI VIDA
Un año de mi
vida (Destino, 1972) es un libro muy peculiar de Miguel Delibes
(1920-2010). Escrito a solicitud de su amigo y editor José Verges, recoge
impresiones vividas durante un año casi justo, desde el 26 de junio de 1970 al
20 de junio de 1971, por el autor de, entre otros, El camino, Las ratas, Con la escopeta al hombro, USA y yo, Parábola de un náufrago o Cinco
horas con Mario. Impresiones que van desde el mundo político hasta el
deportivo pasando por asuntos ecológicos, que siempre preocuparon a Delibes, o
literarios, que son los que le tuvieron ocupado la mayor parte de su vida.
Los asuntos literarios que aparecen en Un año de mi vida presentan un abanico
muy amplio y van desde las meras lecturas del propio Delibes hasta comentarios
sobre su obra, pasando por semblanzas de escritores conocidos y muchas veces
amigos del autor y conferencias u opiniones sobre la narrativa en general. Siguiendo
esta clasificación, un tanto cogida por los pelos, distribuiré este modesto
trabajo en cuatro grandes apartados: 1, Lecturas de Delibes; 2, Comentarios
sobre su obra, tanto referidos a sus contenidos como a su forma, técnica y estilo;
3, Semblanzas de escritores; y 4,
Conferencias y opiniones ajenas y propias sobre la narrativa.
1. Entre las lecturas efectuadas por Delibes en ese
año de su vida, destacan las siguientes:
“Relato de un náufrago”, de Gabriel García Márquez (14
de julio de 1970) “Hoy leí “Relato de un náufrago”, de Gabriel García Márquez.
Estos cuadernos de Tusquets Editor son un acierto (el epistolario sentimental
de Freud era una delicia). La narración del desastre marinero es tan viva y
vigorosa que me mareé” (según Delibes eso de marearse le había ocurrido viendo
una película pero nunca leyendo un libro).
“Olas sobre una roca desnuda”, de Terenci Moix (29 de julio de 1970). “Oliveri, el
protagonista, afirma que es el residuo de una sociedad burguesa que él no ha
creado y, por tanto, no es responsable, pero yo pienso que es un cínico, ya que
si la sociedad que nos ha engendrado no nos agrada, lo que hay que hacer es
trabajar para cambiarla, no huir. A mí los ideales burgueses me deprimen, pero
los del heredero de estos ideales, el joven Oliveri, sencillamente me revuelven
las tripas. (…) Afortunadamente, Moix, con mucho talento, expone únicamente la
actitud de un pequeño sector juvenil. El libro revela a un buen escritor. La
mezcla del lenguaje culto con el taco (…) está aquí bien administrada. El
epistolario de Oliveri es interesante. Se me ocurre que quizá por aquí puede
encontrar una salida la novela moderna. La obra participa del relato, el ensayo
e incluso la poesía, esto es, más o menos, como el “Nouveau roman”, pero el
libro de Moix es mucho más enjundioso y penetrable que éste.”
“Las memorias
de Mosby”, de Saul Bellow (22 de agosto
de 1970). Después de afirmar que el libro está bien y que, según ha leído en
“El Norte”, su última novela es un “best seller” en Norteamérica, de lo que se
alegra mucho, añade: “A mí Bellow me parece un gran caracterizador de tipos: el
más directo heredero de Steinbeck. Es duro pero tierno y, cosa importante, su
sentido del humor está muy desarrollado. Cada día admiro más a los escritores
con sentido del humor. Será porque escasean. Pero para exponer problemas graves
no juzgo imprescindible la gravedad. El neorrealismo italiano nos mostró
auténticas llagas con la sonrisa en los labios. Eso es el talento.”
“Los rusos de hoy”, de Leonid Vladimorov (4 de
septiembre de 1970). “La lectura me ha interesado, aunque el libro, sin
pretensiones filosóficas por supuesto, es demasiado esquemático e incompleto.
De todos modos, después de lo visto en Checoslovaquia, lo de Rusia no me ha
sorprendido. Los miembros del partido equivalen a los privilegiados en los
sistemas capitalistas. Su dios también es la producción. El hombre sirve a las
máquinas. Y los desheredados, como en Occidente, viven hacinados esperando ocho
o diez años a que el Estado-padre les ceda un piso de treinta metros cuadrados.
El capítulo referente al control de la Prensa lo podía haber escrito yo. Es la misma
cosa.”
“San Camilo”,
de Cela (20), La antinovela, de Bernard Pingaud (21), Conversación en la Catedral, de Vargas Llosa
(27), La sociedad del futuro en Pérez de Ayala, Huxley y Orwell, de María
Teresa Font (29), El Giocondo, de Umbral (37), Jusep Torres Campalans, de Max
Aub (40), Celtiberia, de Luis Carandell (43), Sobre la libertad, de Stuart Mill
(44), Contrapunto, de A. Huxley (49), Almuerzo desnudo, de Williams Burroughs
(54), Love Story, Eric Segal (57), 30 años de teatro de la derecha, de José
Monleón (63), Galimatías y tomaduras de pelo, ensayo de J. Ferrater Mora (65),
Retrato político de los USA, de Pierre Dommergues (71)
2. Entre los comentarios o estudios (tesis, tesinas,
etcétera) de la figura de Delibes o de sus obras hechas por investigadores de
todo el mundo o por él mismo, apuntan las siguientes:
“Las guerras de mis antepasados” (8 de julio de 1970).
Estando una temporada en Sedano, localidad a la que Delibes iba mucho para
encontrar la calma que necesitaba en medio de su ajetreo literario, se lleva
allí las notas “para escribir una nueva novela – “Las guerras de mis
antepasados”, aunque añade enseguida: “No creo que me meta con ella. Me
encuentro cansado. Con la correspondencia, preparar un prólogo que me pide el
“Reader’s Digest” para un libro de viajes, colaboraciones, visitas y viajes a
Valladolid tengo bastante.”
“La mortaja” (25 de julio de 1970). Dos muchachos
cineastas de Madrid van a verlo a su casa para proponerle hacer una película
sobre “La mortaja”. Nos recuerda que también un mes antes otro cineasta le
propuso hacer otra película sobre “Parábola de un náufrago”. Sobre la
realización de una y otra, Delibes dice: “La mortaja” es un tema muy leve (si
el espectador no se interesa por que el niño logre vestir a su padre muerto, el
filme fracasará) y delicado. Más difícil aún me parece la “Parábola”. Aquí, si los recursos empleados
para comunicar al espectador la angustia del cerco son inadecuados, la película
puede caer en lo grotesco y salir el tiro por la culata.” La película sobre “La
mortaja” (con el mismo nombre y dirigida por José Antonio Páramo) salió en
1974.
“Miguel
Delibes: Development of a writer, de Edgar Pauk (10 de agosto de 1970). Se
trata de un volumen de más de 500 folios que el propio Edgar Pauk muestra al
autor en su casa. Allí, preguntado por el investigador “¿Qué tiene Viñó contra
usted?”, Delibes le contestó que nada, y añadió: “Son dos maneras diferentes de
entender la trascendencia. Para él llamar Pierre al protagonista de una novela,
ambientarla en París y arrancar diciendo: “Hoy he roto con Dios” es muy
trascendente. Para mí, la trascendencia depende de la carga humana de la
novela, aunque el protagonista se llame Crescenciano.” Después de cenar
charlaron un rato y Pauk le explicó el trabajo, “ya que yo no leo inglés”, y a
Delibes le pareció bien orientado. De hecho, la tesis de Pauk acabó en el libro
“Miguel Delibes: desarrollo de un escritor (1947-1974)”, que publicó la
editorial Gredos en 1975. Tiene los siguientes apartados: 1, Introducción, con
dos epígrafes, uno dedicado a la novela española desde 1860 hasta el momento en
que Delibes apareció en el panorama narrativo, y el segundo, a la biografía del
escritor vallisoletano. 2, Análisis de obras, a su vez estructurado en A) La
formación del hombre (1947-1949), donde se analizan “La sombra del ciprés es
alargada” y “Aún es de día”. B) El hombre en la sociedad (1950-1961), donde se
analizan, entre otras, “El camino”, “La
partida”, “Diario de un cazador”, “Siestas con viento sur”, “Diario de un
emigrante” y “La hoja roja”. C) El hombre y la sociedad (1962-1968), con los
análisis de obras como “Las ratas”, “La mortaja”, “El libro de la caza menor”,
“USA y yo”, “Cinco horas con Mario” y “La primavera de Praga”, entre otras. D)
La sociedad y el hombre, donde se analizan, entre otras, “Parábola de un
náufrago”, “Con la escopeta al hombro”, “Un año de mi vida” y “El príncipe
destronado”. Y la última parte del libro se llama Temas, que tiene a su vez los
siguientes apartados: Dios y la muerte, La naturaleza, El calor humano, La
justicia social, Lenguaje y técnica narrativa y Humor e ironía. Una conclusión
clarificadora sobre la significación de Delibes y una copiosa bibliografía
cierran magistralmente el volumen.
Tesis sobre su
obra, de Ramona Trullols (20 de agosto de 1970). Esta profesora dominicana que
ejerce en Nueva York y prepara una tesis sobre la obra de Delibes, durante una
comida en Valladolid, habló con el escritor de la posición de éste respecto del
progreso. “Yo le dije que mi punto de vista era claro: las máquinas deben
ayudarnos, deben servirnos, pero no deben esclavizarnos (y la TV es para mí una máquina más).
Por eso aquellos que juzgaron reaccionaria mi actitud frente al Daniel de “El
camino”, deben reconsiderar sus juicios después de Marcuse, de la
deshumanización creciente que nos envuelve.”
“Diario de un cazador”, “Diario de un emigrante” (6 de
septiembre de 1970) Delibes nos confiesa que de la visión de una perdiz albina
en el camino de Mazuelos y de la que tenían disecada en su casa Luis y Tati
Herrero, amigos personales, escribió él un episodio de su “Diario de un
cazador”. Y que de un tío de los Herrero tomó el personaje de don Juanito de su
“Diario de un emigrante”, aquel que cuando le arriman a la cara una guindilla
se pone a sudar la gota gorda. Y añade, a modo de conclusión, “es curioso,
después de escribir una veintena de libros, analizar lo que hay en ellos de
autobiográfico, de observado o de inventado. Creo que el novelista mezcla
proporcionalmente lo que vive, lo que ve y lo que imagina. En sustancia pienso
que el arte de novelar consiste en acertar a ensamblar estos materiales de
distinta procedencia en una misma historia.”
“Cinco horas
con Mario”, tesis de Maria Elena G, de Jesús (7 de septiembre de 1970). La
tesis de esta estudiosa brasileña se titula exactamente “Cinco horas con Mario:
una problemática”, y en ella, según Delibes, logra hacer un análisis muy lúcido
de su novela. “Ella hace ciencia o, por mejor decir, psicología, sociología y
filología de lo que en uno no es más que intuición. María Elena analiza los
caracteres de Carmen y Mario a través de
dos vertientes que ella considera claves en el libro: la erótica y la
económica. Los métodos psicoanalíticos y estructuralistas que utiliza exceden
mi capacidad de comprensión. Aunque al buen tuntún, me cabe la satisfacción de
haber dado en el clavo al elegir los símbolos que tipifican a Menchu.”
Evolución de su
obra, tesis de Jean Tena (16), Permiso para incluir un cuento suyo en una
antología para estudiantes americanos, de la Universidad de Florida
(17), Psicología de Delibes a partir del estudio de su letra, de Santiago
Álvarez (19), Parábola de un náufrago, de Vintila Horia (22), Evolución de su
obra, de Jean Tena (23), (ver también 16), Parábola de un náufrago, de Josefa
Rivas (24), (ver también 22), los Libros de Viajes (26), El libro de la caza
menor (28), Parábola de un náufrago, de Jean Tena (30) (ver también 24 y 22),
Sobre su estilística, de Isabelle Schousboë (34), USA y yo, edición americana
(36), Con la escopeta al hombro (38), Novela española de nuestro tiempo, de
Gonzalo Sobejano (41), La naturaleza en su obra, de Edith Lavrut (46), Su
biografía, de Umbral (48), La evolución de la novela española de posguerra a
través de cuatro autores: Aldecoa, Sueiro, Umbral y Delibes, de Ana María
Navales (50), Parábola de un náufrago, de Luis A. Díez (51) (ver también 30, 24
y 22), Conversaciones con César Alonso de los Ríos (53), Viejas historias de
Castilla la Vieja,
de Hernán Rodríguez Castelo (55), Trabajo sobre su obra, de Juan Luis Guereña
(56), Con la escopeta al hombro (58) (ver también 38), Parábola de un náufrago,
de Ramiro Reig (59) (ver también 51, 30, 24 y 22), Con la escopeta al hombro,
de Américo Castro (60) (ver también 58 y 38), La novelística española de los
60, de J. A. Hernández y E, Guillermo (62), Sobre la evolución de su forma,
deAlfonso Rey Álvarez (64), Las ratas en USA (67), Los personajes de sus
novelas, de Honesto Suárez de Vega (70), La técnica de la caracterización en
Miguel Delibes, de Ramona Trullols (73) (ver también 9).
3. Entre las semblanzas de escritores realizadas por
Delibes, sobresalen las siguientes:
Francisco Antón (hecha el 23 de junio de 1970). A raíz
de la muerte de este buen amigo suyo, Delibes dice de Paco Antón que era un
“gran escritor y experto en arte (…) Armonizaba la inteligencia con la modestia
(…) Zamorano de nacimiento, fue en su juventud amigo de Unamuno, con quien mantuvo
copiosa correspondencia. Después de muchos tira y afloja conseguí publicar
estas cartas en el “Norte de Castilla” (…) La prosa de Antón era rica, tersa y
matizada”.
François Mauriac (1 de septiembre de 1970). La muerte
del escritor francés le afecta mucho aunque es una noticia que ya esperaba.
“Estos grandes cerebros cristianos estimulan mi fe. No importa que la lectura
de Mauriac, cuyas novelas, tal vez por seguir el consejo de Gide, su
contradictor (“es con los buenos sentimientos con los que se hace mala
literatura”), estaban cargadas de pecado, me desconcertara. Me bastaba su fe.
En uno de sus libros más íntimos afirma que a menudo le producía repugnancia
acercarse a comulgar junto a ciertas personas. Yo he notado a veces la misma
sensación, tan poco cristiana. Tenía un gran talento, Mauriac, aunque el
momento no sea muy propicio para reconocerlo.”
P. Martín
Descalzo (18), Vizcaíno Casas (32), Ana María Matute (33), Solzhennitsyn (35),
Jesús Fernández Santos (39), Jiménez Lozano (42), Buero Vallejo (45), Sánchez
Silva (47), Jorge Luis Borges (52), Gloria Fuertes (61), Vargas Llosa (69),
Rosa Chacel (72).
4. Entre las conferencias y opiniones ajenas y del
propio Delibes sobre la narrativa, descuellan las siguientes:
“Novela de la posguerra civil” y “Aportación española
a la nueva narrativa” (14 de agosto de 1970). Son dos charlas que dio Delibes
en el Curso de Extranjeros, de Valladolid. Dice que los asistentes, de edades y
procedencias diferentes, parecían interesados.
Aportación española a la narrativa mundial en los
últimos decenios (18 de agosto de 1970), tema del que habló también en el Curso
de Extranjeros, éste de Burgos. En la charla contrapuso la opinión del
hispanista italiano Carlo Bo a la de Ramón Buckley. El primero había dicho que
“la nueva novela española no merecía un comentario porque sus tentativas de
exploración en la narrativa de vanguardia eran prácticamente nulas. Tal
afirmación (…) equivaldría a prescindir de Moravia, Bellow, Böll, etc., al
valorar la novela actual”.
El Boom de la novela hispanoamericana (24 de agosto de
1970). A petición de Tola, estudioso peruano, Delibes opina sobre el “boom” de
la novela hispanoamericana y la situación de la española, aunque lo hace ante
el micrófono de un magnetófono, aparato que detesta (de ahí que lo que dijo
ante el micrófono lo haya tenido que rehacer por escrito). “Lo del “boom” es
muy complejo y muy confuso. Dentro del “boom” hay unos señores como Vargas
Llosa, Márquez y Rulfo que me gustan mucho y otros que no me gustan nada, que son
meros retóricos en busca de la eufonía. Para mí la novela no es la eufonía.
Pero esto se dice en dos palabras y yo he tenido que llenar diecisiete folios.
Hablamos demasiado.”
El novelista
crítico de su tiempo y profeta de los venideros, de Vintila Horia (25), Reunión
de novelistas portugueses y españoles (31), La novela en Hispanoameérica,
Undurraga (68)...
(Continuará)
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