De vez en cuando me gusta releer libros al azar. Subo a la biblioteca y en semipenumbra saco un libro de uno de sus estantes para entrar de nuevo en el mundo mágico de sus páginas. Esta vez he tenido más suerte que en otras ocasiones pues me ha tocado un libro de Borges, escrito con la colaboración de Margarita Guerrero, por el que siento verdadera devoción: EL LIBRO DE LOS SERES IMAGINARIOS, que, como reza el prólogo, se trata de "un manual de los extraños entes que ha engendrado, a lo largo del tiempo y del espacio, la fantasía de los hombres".
He vuelto a recordar algunos de esos entes fantásticos, especialmente los animales soñados por Kafka, Lewis y Poe; sin embargo, hoy me quedo con esos dos peces iguales, Abtu y Anet, que en la mitología egipcia nadan delante de la embarcación de Ra, dios del sol, advirtiéndole de los peligros que pudieran salirle al encuentro, de día viajando por el cielo de este a oeste, y de noche, bajo tierra, en sentido contrario.
Es un libro lleno de sorpresas que me hace pasar momentos inolvidables.
Lo recomiendo.
He vuelto a recordar algunos de esos entes fantásticos, especialmente los animales soñados por Kafka, Lewis y Poe; sin embargo, hoy me quedo con esos dos peces iguales, Abtu y Anet, que en la mitología egipcia nadan delante de la embarcación de Ra, dios del sol, advirtiéndole de los peligros que pudieran salirle al encuentro, de día viajando por el cielo de este a oeste, y de noche, bajo tierra, en sentido contrario.
Es un libro lleno de sorpresas que me hace pasar momentos inolvidables.
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