NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS
En la segunda década del siglo XX,
coincidiendo con la producción literaria de los escritores de la Generación del
98 apareció un grupo de jóvenes autores que, sin renegar de los anteriores,
empezaron a superar sus postulados ideológicos y estilísticos, sirviendo así de
puente entre la Generación del 98 y la del 27. Ortega y Gasset es su líder
intelectual, y entre las características
ideológicas y estilísticas del grupo sobresale en primer lugar su preocupación
por España; mantienen contactos con la cultura europea, en especial, Eugenio
D'Ors, Pérez de Ayala u Ortega, cuyas estancias en Alemania fueron frecuentes. Anteponen
las ideas y los valores a lo meramente
individual y humano; la inteligencia
a la sensibilidad (por algo el género más cultivado es el ensayo). Su formación es universitaria y diferencian claramente la
vida y la realidad de la obra de arte, a la que otorgan un valor estético independiente. Así buscan una
forma cuidada, creando un lenguaje
rico y conceptual, con cultismos, metáforas...
También cultivaron otros géneros,
como la poesía (caso de Juan Ramón
Jiménez) o la novela, en la que
destacan Ramón Pérez de Ayala o Gabriel Miró.
En esta época tienen presencia en
España las vanguardias, en especial
el Creacionismo, nacido en París y
difundido por el poeta chileno Vicente Huidobro, el cual propugna la capacidad
creadora de las imágenes y convierte
cada poema en un mundo creado y perfecto;
el Ultraísmo, que, cultivado por el
español Guillermo de Torre, intenta captar la realidad con aisladas
percepciones e imágenes irracionales; y el Surrealismo,
que había dado a conocer también en París André Breton y basa sus postulados en
la libertad de imaginación y en la asociación irracional de ideas, buscando
ante todo la expresión del mundo de las emociones y de los sueños.
Estos movimientos vanguardistas
aparecen en la obra de Ramón Gómez de la Serna y de la mayoría de los poetas
del 27.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958) nació
en Moguer (Huelva) y estudió bachillerato con los jesuitas del Puerto de Santa
María. Luego Derecho en Sevilla. Se trasladó a Madrid, pero al morir su padre regresó
a Moguer y padeció una profunda depresión. Viajó por Europa y a su vuelta
ingresó en un sanatorio de Madrid. Tras una nueva estancia en Moguer, regresó a
la Corte, donde vivió en Residencia de Estudiantes. Marchó a Estados Unidos
donde se casó con Zenobia Camprubí, su más fiel colaboradora. Luego vivió en
Madrid hasta el estallido de la Guerra Civil, en que abandonó definitivamente
España para vivir en Cuba, Estados Unidos y Puerto Rico. Aquí recibió la noticia
de que había obtenido el Premio Nobel, sufrió la muerte de su esposa y
finalmente murió. Hoy sus restos yacen en Moguer.
Escribió ensayo con rasgos líricos
(La colina de los chopos) y destacó
especialmente en la poesía, obra que
puede dividirse en varias etapas: la primera, sencilla y sentimental, abarca
aproximadamente hasta 1915 y posee ecos de Bécquer, Rubén Darío, y otros, y en
la que destacan títulos como Arias
tristes, o Pastorales.
En 1914 escribió Platero y yo, un conjunto de poemas en
prosa cuyo protagonista en un burrito suyo que le sirvió de confidente para
hablar de las cosas pequeñas de la vida que contienen una belleza sin igual. La
segunda etapa se inicia con Diario de un
poeta recién casado y se despoja de adornos modernistas, pasando a ser una
poesía más personal y desnuda, entre cuyos poemarios sobresale el titulado Eternidades. En la última etapa, donde
la desnudez y la pureza son casi absolutas, el poeta expresa su plenitud
espiritual y estética en libros como Animal
de fondo o Dios
deseado y deseante.
Él mismo dejó descrita en 1917 su
evolución poética hasta ese momento, como puede leerse en el poema siguiente:
"Vino, primero, pura,
vestida de inocencia,
y la amé como a un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a se una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y sinsentido!
Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Y se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica
y apareció desnuda toda...
¡Oh, pasión de mi vieja poesía,
desnuda para siempre!"
(Eternidades)
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962)
nació en Oviedo. Acabó el bachillerato con los jesuitas en Gijón. Estudió
Derecho en la capital de Asturias. Viajó por Europa y América. Ingresó en la
Real Academia de la Lengua y perteneció con Ortega y Marañón a
la Agrupación de intelectuales al servicio de la República. Fue nombrado
embajador en Londres hasta 1936. Unos años más tarde marchó a
la Argentina. Finalmente, en 1954
regresó a Madrid, donde vivió hasta su muerte.
Escribió libros de poesía como La paz del sendero, en el que se aprecian influencias modernistas y
de ensayo, como los dos volúmenes
dedicados a crítica teatral, Las máscaras,
donde entre otras cosas defiende el teatro de Galdós o Arniches y ataca el
teatro poético o el de Benavente. Pero
su éxito lo obtuvo con la novela, género
que podemos dividir en tres etapas: una tradicional y autobiográfica, en la que
destaca Troteras y danzaderas, sobre
el Madrid bohemio de entonces; otra de transición y de tonos poemáticos, en la
que sobresale La caída de los Limones, mezcla de lirismo y crítica social;
y la tercera, más lograda y de tono
claramente intelectual con temática referida al lenguaje, la educación sexual o
el honor, entre otros; Tigre Juan es
un excelente ejemplo de esta etapa y para muchos una de sus mejores novelas.
Gabriel Miró (1879-1930) nació en
Alicante. De niño estudió en un internado de los jesuitas en Orihuela. Estudió
Derecho en Valencia y Granada. Opositó sin éxito a judicatura y trabajó de
funcionario en Alicante y Barcelona. Después lo hizo en el Ministerio de
Trabajo y en el de Instrucción Pública en Madrid. Fue candidato a la Real Academia de la
Lengua. Finalmente, murió prematuramente en Madrid.
Con un estilo lento, impresionista, cultivó preferentemente
la narrativa, en la que destacan
tanto sus novelas cortas, como Nómada, con la que obtuvo el premio de El Cuento Semanal, como las extensas,
entre las que destacan Las cerezas del
cementerio, que cuenta el trágico amor de Félix Valdivia con una mujer
mayor en un ambiente de erotismo y voluptuosidad que sólo puede acabar en
enfermedad y muerte. Nuestro padre San Daniel está ambientada en la ciudad de Oleza
(Orihuela), envuelta en un sopor de misticismo y sensualidad y cuyos habitantes
aparecen reprimidos por la intolerancia y la religión más reaccionaria. También
escribió las Figuras de la Pasión del Señor, que
es un conjunto de estampas bíblicas más que una novela, en las que destacan al
lado de las figuras elegidas, descritas con patetismo propio de los imagineros
castellanos, la descripción topográfica de los paisajes levantinos.
Lecturas y actividades
1. Lee los dos siguientes poemas de Juan
Ramón Jiménez y contesta las preguntas:
1
" Ya están ahí las carretas...
--Lo han dicho el pinar y el
viento,
lo ha dicho la luna de oro,
lo han dicho el humo y el eco--.
Son las carretas que pasan 5
estas tardes, al sol puesto,
las carretas que se llevan
del monte los troncos muertos.
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo! 10
Los bueyes vienen soñando,
a la luz de los luceros,
en el establo caliente
que sabe a madre y a heno.
Y detrás de las carretas, 15
caminan los carreteros,
con la aijada sobre el hombro
y los ojos en el cielo.
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo! 20
En la paz del campo, van
dejando los troncos muertos
un olor fresco y honrado
a corazón descubierto.
Y
cae el ángelus desde
25
la torre del pueblo viejo
sobre los campos talados
que huelen a cementerio.
¡Cómo lloran las carretas
camino de Pueblo Nuevo!" 30
(Pastorales)
2.
"¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente. 5
Que por mí vayan todos
los que no las conocen a las cosas;
que por mi vayan todos
los que ya las olvidan a las cosas;
que por mí vayan todos 10
los mismos que las aman a las
cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!
(Eternidades)
a) Cuenta brevemente el contenido
del primer texto y escribe un título que le vaya bien. Razona tu respuesta.
b) Di qué clases de versos son los
presentes y qué tipo de estrofa forman. ¿Existe algún tipo de estribillo?
Indica los casos de encabalgamiento y escribe el esquema métrico de la
composición.
c) ¿Qué significan las palabras
siguientes: heno, establo, aijada, ángelus? Luego construye un campo semántico
con el vocabulario perteneciente a las labores campesinas.
d) Localiza los casos de
paralelismo y personificación en los cuatro primeros versos.
e) Explica la metáfora de "la
luna de oro".
f) Comenta la adjetivación empleada
en el primer poema.
g) Haz un estudio de las formas
verbales empleadas en el poema y explica por qué crees que el poeta las ha
escogido.
h) Transforma el contenido de estos
versos en un relato en prosa en el que tú seas narrador testigo.
i) Enuncia la idea central del
segundo poema.
j) Localiza el caso de paralelismo
presente en el poema y explícalo razonadamente.
k) Explica la semejanza y la
diferencia de sentido y forma que existe entre los dos primeros versos y los
tres últimos.
l)¿Qué forma verbal se emplea en el
segundo poema? ¿Qué relación guarda con la idea central del mismo? Razona tu
respuesta.
TEXTO COMENTADO Fragmento de Platero y yo, de J. R. Jiménez.
"Entrando en la dehesa de los
Caballos, Platero ha comenzado a cojear. Me he echado al suelo...
--Pero, hombre, ¿qué te pasa?
Platero ha dejado la mano derecha un
poco levantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con
el casco la arena ardiente del camino.
Con una solicitud mayor, sin duda,
que la del viejo Darbón, su médico, le he doblado la mano
y le he mirado la ranilla roja. Una
púa larga y verde, de naranjo sano, está clavada en ella como un redondo
puñalillo de esmeralda. Estremecido del dolor de Platero, he tirado de la púa y
me lo he llevado al pobre al arroyo de los lirios amarillos, para que el agua
corriente le lama, con su larga lengua pura, la heridilla.
Después, hemos seguido hacia la mar
blanca, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la
espalda."
SITUACIÓN
Dentro de la obra poética de Juan
Ramón destaca el librito en prosa Platero y yo por su tono lírico, tan alto
como el que se halla en su verso. En realidad, el libro es un conjunto de
poemas en prosa donde el poeta muestra su ternura franciscana hacia los
animales, y en especial hacia su asnillo Platero. El texto presente es un
ejemplo palpable de esa ternura.
CONTENIDO
A Platero se le ha clavado en la
parte más blanda del casco una púa de naranjo y empieza a cojear por el dolor.
El poeta se interesa por el animalillo y, tras descubrir la causa de su cojera,
le extrae la púa. Luego le lleva al arroyo para que el agua lave la herida.
Finalmente, continúan el camino hacia el mar mientras el burrito le cabecea en
la espalda en señal de gratitud.
ANÁLISIS
El narrador testigo cuenta la
anécdota del texto, unas veces en tercera persona y otras en primera y en
pretérito perfecto compuesto, como si acabara de pasar, lo que le ha ocurrido a
Platero y lo que hace él (ha comenzado a cojear, me he echado al suelo, ha
dejado, le he doblado, he tirado, hemos seguido...). La estrecha relación que
hay entre el poeta y el animal queda determinada, no sólo por lo indicado, sino
también por el diálogo que entabla Juan Ramón con Platero (las palabras no
pueden ser más entrañables y cercanas: "Pero, hombre, ¿qué te pasa?")
o la expresión inequívoca "estremecido del dolor de Platero...". En
cuanto a los recursos expresivos empleados en el texto, son muy abundantes. El
asíndeton del tercer párrafo y la anáfora de la proposición "sin"
introduciendo complementos circunstanciales de modo o la aliteración "sin
tocar casi con el casco..." (mostrando el dolor de Platero). Léxico
preciso (dehesa, ranilla, casco...). Metáforas ("puñalillo de esmeralda=
la púa de naranjo), comparaciones ("...como un redondo puñalillo...).
Epítetos (ardiente, roja, verde, redondo, amarillos, corriente, larga, pura,
suaves...). Diminutillos apreciativos (puñalillo, heridilla). Personificaciones
("para que el agua corriente le lama, con su larga lengua pura").
Etcétera.
CONCLUSIÓN
A una anécdota entrañable como la
que cuenta el texto, le corresponde el lenguaje y la expresión que ha elegido
el poeta para vestirla. El tono lírico empleado no deja lugar a dudas y así ha
quedado explicado en el análisis.
José Ortega y Gasset (1883-1955) nació en Madrid en una familia de
intelectuales. Se doctoró en Filosofía y amplió sus conocimientos en Alemania.
Fue catedrático de Metafísica en la Universidad de Madrid. Colaboró con la República , pero
desilusionado con sus postulados, se exilió en 1936 y viajó por Francia,
Holanda, Argentina... De vuelta a Madrid fundó el Instituto de Humanidades y se
dedicó a dar conferencias por medio mundo hasta su muerte.
Ensayista y filósofo de primera
línea, su obra es extensísima y
abarca una temática muy amplia que va desde la filosofía a la crítica y teoría
del arte, pasando por la política o la literatura. En Meditaciones del Quijote explica el sentido del quijotismo español
con postulados opuestos a los de Unamuno. España
invertebrada es una reflexión sobre la esencia de nuestro país como
colectividad nacional. En La rebelión de
las masas, continuación del anterior y para muchos su obra más lograda,
interpreta la historia analizando sus modos de gobierno, entre los que prefiere
el de las minorías selectas. En El tema
de nuestro tiempo resume todo su sistema filosófico (la realidad básica del
hombre es la razón vital : "yo soy yo y mis circunstancias").
El estilo de Ortega se acerca más a la literatura que a la filosofía y no desdeña el lenguaje adornado con
metáforas inteligentes y adjetivación matizada.
Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)
nació en Madrid en una familia acomodada. Estudió Derecho pero se dedicó de
lleno a la Literatura. En Madrid dirigió la tertulia Pombo, entregada, entre otras cosas, a difundir los movimientos
vanguardistas En 1936 se exilió a Buenos Aires, donde vivió hasta su muerte.
Su extensa obra abarca casi todos los géneros: teatro (Los medios seres), biografía (Retratos
completos, entre otros, de Baroja, Unamuno, Chagall, Picasso... ), ensayo, novela (El torero Caracho) y, sobre todo, Greguerías, género al que definió como una suma de humor más
metáfora, si bien no todas sus greguerías responden a esta fórmula. He aquí
algunas muestras: "Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia".
"El agua se suelta el pelo en las cascadas". "El obelisco es la
palmatoria de los siglos". "La lava parece un cocodrilo que avanza".
"Las espigas son langostinos vegetales". "El rayo es un
sacacorchos encolerizado"."El
más pequeño ferrocarril del mundo es la oruga". En realidad, muchos de sus
escritos son pretextos para encadenar greguerías.
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